Nos propusimos en esta nueva edición, acompañar el tiempo de Navidad en clave de Bienaventuranzas, una manera de acercarnos al dolor que producen la soledad, la distancia, los despojos y al mismo tiempo descubrir la presencia amorosa de nuestro Dios que se nos ofrece esperanza viva, transformando la vida que duele, en vida que se goza en la buena noticia: Ha nacido el Salvador!
Las bienaventuranzas hablan de personas con muchos conflictos (los pobres, los que lloran, los perseguidos), pero también es cierto que el Señor les agrega lo que vendrá, lo que les tiene reservado (el Reino, consolación, el reconocimiento como hijos de Dios). Y esta es la invitación a la esperanza, entre lo que está pasando (o nos está pasando) y el nuevo tiempo que el Padre nos tiene preparado.
Bienaventuradas las personas que, sin conocerlo, fueron al encuentro del niño Jesús, porque Dios estará presente en cada uno de sus gestos de cuidado y contención.
Bienaventuradas las personas que vieron la estrella y llegaron donde estaba el niño Jesús para adorarle con regalos, porque Dios bendecirá su actitud amorosa para el crecimiento de Su reino.
Bienaventuradas las personas que debieron salir de su país, porque Dios las recibirá en nuevas tierras donde se sentirán a salvo.
Bienaventuradas las personas que debieron salir de su país, porque Dios las recibirá en nuevas tierras donde se sentirán a salvo.
En esta nueva edición del EEE, abrimos un espacio para el desarrollo de aportes puntuales sobre la paz, con la intención de enriquecernos tanto con una mirada bíblico-teológica como con una reflexión pastoral, profundizar en el diálogo entre paz y derechos humanos así como conocer una experiencia concreta de trabajo por la paz en el ámbito de una escuela metodista del país.
La perspectiva bíblico-teológica que nos propone el Pastor Pablo Oviedo, de Córdoba, nos mueve a reflexionar sobre las dimensiones sociales de la paz y la tensión orden, justicia y paz. Nos invita a conocer la paz que se menciona en la Escritura tanto en lo que refiere al shalom de Dios como a la perspectiva de Jesús, una paz que exige, a los testigos activos, energía, acción en nombre del propósito divino en la creación, un poder que sustenta y defiende la vida.
La Pastora Anahí Alberti, de Salta, nos acerca una reflexión profunda, humana, sentida y desafiante que nos interpela en tiempos de enfrentamientos, separaciones, dolores y muerte. Nos revela un mensaje que apunta a reconocer que Dios ya hizo su parte por la paz en nuestras vidas y pone al descubierto la importancia vital de nuestra parte, hijos e hijas diligentes que deseamos trabajar por la paz.
El Pastor, representante del MEDH – Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos- y Capellán de UCEL, Luis Vázquez, de Rosario, nos guía en un agudo recorrido para descubrir el significado de la paz, el diálogo con la tradición evangélica metodista y la valoración de los derechos humanos desde esa mirada cristiana. En este caso, su aporte se presenta en cuatro partes, para agilizar la lectura y puntualizar cada uno de los focos que se propone desarrollar.