Un tiempo de quietud con Jesús
¿Quién es Jesús para mí?, ¿Cuánto creo y espero en sus promesas?, ¿Cuánto me preocupo por los que no conocen el mensaje de salvación?, ¿Hablo con el Señor y le cuento qué pienso y qué siento?.

¿Quién es Jesús para mí?, ¿Cuánto creo y espero en sus promesas?, ¿Cuánto me preocupo por los que no conocen el mensaje de salvación?, ¿Hablo con el Señor y le cuento qué pienso y qué siento?.
Padre del cielo y de la tierra escucha nuestro silencio y danos la oportunidad de sentir tu latido, tu silencio que tanto nos dice. Amén.
En este tiempo de Cuaresma es bueno que nos miremos por dentro para preguntarnos ¿Cómo andamos de amor? ¿Cómo estamos amando?
Anímate, repensarnos no es tarea fácil pero es sanadora. Somos el proyecto de Dios, en manos de Jesús, somos sus hijas, hijos amados que quiere tener cerca suyo.
Esta es la época en la que cristianos en todo el mundo han comenzado una temporada marcada por un tiempo más intenso de ayuno, oración, búsqueda de las Escrituras, participación en el culto público y reflexión personal y grupal, confesión de pecado y penitencia. Los metodistas estamos entre estos millones.
En una sociedad en la que impera la violencia y la lucha por el poder, Jesús se levanta como modelo de vida nueva.
Cuaresma viene a subrayar la necesidad imperiosa de renovar, transformar nuestras prácticas y modelos de vida, para hacerlos profundamente evangélicos.
Cuaresma es tiempo propicio para renovar la vitalidad de nuestra vocación en la diversidad de ministerios, de vivenciar la llamada al primer amor.
Cuaresma es un llamado imperioso a la conversión no sólo personal, sino a repensar la casa toda a la luz del evangelio. Cuaresma es hacer la voluntad de Dios. Venga, Señor, tu Reino a nuestra vida, a nuestro mundo, a nuestra casa, a nuestras relaciones humanas.
Hoy los sectores más vulnerables de nuestra sociedad se ven enfrentadas a un modelo de libre mercado con ajustes y licuación de ingresos que está siendo aplicado sin miramientos.
Avisos