Un tiempo de quietud con Jesús
Anímate, repensarnos no es tarea fácil pero es sanadora. Somos el proyecto de Dios, en manos de Jesús, somos sus hijas, hijos amados que quiere tener cerca suyo.

La ESPIRITUALIDAD es una dimensión del ser humano tan necesaria para su supervivencia como los latidos del corazón, sin ella, el ser humano estaría incompleto.
Desde la perspectiva cristiana y evangélica metodista, la espiritualidad es la conciencia de la comunión con Cristo Jesús a través del Espíritu Santo. La espiritualidad se profundiza en tanto vamos recorriendo el camino de la Santificación, buscando llegar a una profunda relación con Jesucristo. Ése es el camino, dejarse inspirar a través de las guías para ser transformados personal y comunitariamente por el Espíritu de Jesús.
Anímate, repensarnos no es tarea fácil pero es sanadora. Somos el proyecto de Dios, en manos de Jesús, somos sus hijas, hijos amados que quiere tener cerca suyo.
Te propongo que oremos por la ciudad y sus habitantes en Bahía Blanca. En esta situación de desamparo, desesperación y desolación de miles de familias venímos a vos Dios de amor y compasión pidiéndote ayuda.
Miércoles de Cenizas: Nos recuerda a las y los creyentes nuestra condición humilde y el carácter transitorio de la vida humana en relación a la eternidad de Dios.
Vamos resucitando al dejar que Dios nos habite, nos llene y transforme, que Dios nos haga florecer para su acción salvadora y liberadora.
Hay que empezar a sembrar justicia y cosechar el amor: aunque no veamos el amor como lógica de construcción, aunque nos tilden de locos/locas, o nos traten con indiferencia.
Que la imagen de Dios sea restaurada en mí y que mi imaginación sea transformada en Dios.
Qué bueno que en este Tiempo de Navidad, la llegada de Jesús, nos ayude Biblia en mano a pensar en otros y otras, porque para eso envió Dios a su Hijo al mundo, a enseñarnos cómo vivir entre nosotros/as bajo su mirada de amor y misericordia.
En medio de las dificultades, en medio de situaciones que parecen llenarse de sombras, necesitamos sentir que tu gracia infinita, se despliega entre nosotros y tener así la seguridad de tu presencia en nuestras vidas.
Santo Espíritu, ayúdame a vivir este día al máximo, siendo auténtico/a contigo en todo. Cristo Jesús, ayúdame a darme a los demás, siendo amable con toda la gente con la que me encuentre.
Partir es, ante todo, salir de uno mismo. Romper la coraza del egoísmo que intenta aprisionarnos en nuestro propio yo.