Tiempo de pandemia, también es tiempo de repensar lo que pasa desde la lectura atenta de las palabras de Jesús: “no lo que entra en la boca contamina…más lo que sale de la boca, esto contamina…” (Mateo 15.11) palabras que nos invitan a estar con otros y otras y pensar nuevas estrategias.
Ayudar a reencontrarnos con nuestros espacios, pero sobre todo a reencontrarnos unos con otros, unas con otras, es siempre el gran desafío cristiano. Poder llegar a reencontrarnos con ese Dios que habita en cada persona, ya sin mediación tecnológica y reconocernos como hermanos.
Nuestras comunidades educativas, de un modo u otro, se mantuvieron abiertas para sostener la vida y hacerse presentes en este tiempo. Mantenemos la fe para aprender, estudiar, enseñar, pensar y repensar conservando la esperanza de inscribir en nuestra gran casa otro mundo posible.
En medio de la pandemia, los gestos y encuentros se redefinieron radicalmente, en una especie de paradoja que nos invitó a amar en nuevas formas y con nuevas palabras, que debimos aprender en el camino.
Los años 2020 y 2021 serán recordados como algunos de los más dolorosos y tristes de nuestra generación. Ninguno se imaginaba el 1 de enero de 2020 qué nos esperaba ese...
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“Hay un niño en la calle: Dejen que los niños vengan a mí” Estoy presentando este libro con un título compuesto, lo que es, sin duda intencional: “Hay un niño en...
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Bucear en la experiencia de fe en clave poética y teológica nos invita a sentir y pensar nuestro ser y estar en este mundo doliente e incierto, abrirnos a descubrir y percibir las manifestaciones del Dios de las Naciones, el Dios que nos habla en sueños, el que es pan y panadero, señal de comunión; el que deseamos oír, con fe, en el silbo de su gracia.
Estamos llamadas, llamados a caminar con el Resucitado… Llamados a ser un pueblo que alaba al Dios de Jesucristo, porque un pueblo que alaba no tiene el horizonte clausurado. Somos iglesia peregrina, que ama, sirve y espera ver cielos nuevos y tierra nueva.
No estamos solos. Emanuel es Dios con nosotros, no Dios solo para mí, no Dios sin los hermanos y hermanas, tanto los de la iglesia como los del barrio. Demos gracias a Dios por ese pan de la gracia de Dios que nos cuida y que vivimos y hacemos todos y todas…
¿Te preguntas en este tiempo cuáles son tus sueños? ¿dónde está Dios en medio de esos sueños? Hay señales de resistencia frente a lo inevitable y la resiliencia se configura como esperanza porfiada de lo que vendrá. Esperanza propia de Jesús que, a diferencia del optimismo que busca un resultado “ganador”, tiene convicción de lo que espera más allá de sus resultados posibles.