La ESPIRITUALIDAD es una dimensión del ser humano tan necesaria para su supervivencia como los latidos del corazón, sin ella, el ser humano estaría incompleto.
Desde la perspectiva cristiana y evangélica metodista, la espiritualidad es la conciencia de la comunión con Cristo Jesús a través del Espíritu Santo. La espiritualidad se profundiza en tanto vamos recorriendo el camino de la Santificación, buscando llegar a una profunda relación con Jesucristo. Ése es el camino, dejarse inspirar a través de las guías para ser transformados personal y comunitariamente por el Espíritu de Jesús.
El tiempo que le dediquemos al ayuno y oración, es personal. Muchos, por diferentes motivos, no podremos hacer un ayuno completo o ni siquiera, parcial. Siempre es bueno recordar que podemos...
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Señor Dios Omnipotente, que al comenzar el día, podamos sentir tu presencia en cada momento de nuestra jornada. Que esta palabra tuya la podamos poner en práctica. Que frente a...
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El tiempo que le dediquemos al ayuno y oración, es personal. Muchos, por diferentes motivos, no podremos hacer un ayuno completo o ni siquiera, parcial. Siempre es bueno recordar que podemos...
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Nos preparamos para comenzar el día. En base a nuestras posibilidades físicas, como de trabajo o estudio (u otras), comenzamos el tiempo de ayuno. Señor, ¡cómo han aumentado mis enemigos!...
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Ustedes, siervos del Señor, ¡alábenlo! ¡Alaben el nombre del Señor! ¡Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y para siempre! ¡Alabado sea el nombre del Señor desde la salida...
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Señor, tú eres fiel con el que es fiel, e intachable con el que es intachable. Juegas limpio con quien juega limpio, pero al tramposo le ganas en astucia. Tú...
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Señor, tú eres mi roca. A ti clamo. ¡No te apartes de mí! De lo contrario, seré como los que bajan al sepulcro. Escucha mi clamor, que pide tu ayuda,...
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Gracias te damos, Dios mío, gracias te damos, porque tu nombre está cerca de nosotros. ¡Todos hablan de tus hechos portentosos! «En el momento en que yo decida, habré de...
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Decidí prestar atención a mis caminos para no incurrir en pecado con mi lengua; decidí refrenar mis palabras mientras tuviera un malvado cerca de mí. Y guardé un profundo silencio;...
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Dios mío, ¡escucha mi oración! No te escondas; ¡atiende mi súplica! Préstame atención; ¡respóndeme! En mi oración clamo a ti, y me conmuevo por las amenazas de mis enemigos, por...
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