El devocional del Obispo
Santo Espíritu, ayúdame a vivir este día al máximo, siendo auténtico/a contigo en todo. Cristo Jesús, ayúdame a darme a los demás, siendo amable con toda la gente con la que me encuentre.

La ESPIRITUALIDAD es una dimensión del ser humano tan necesaria para su supervivencia como los latidos del corazón, sin ella, el ser humano estaría incompleto.
Desde la perspectiva cristiana y evangélica metodista, la espiritualidad es la conciencia de la comunión con Cristo Jesús a través del Espíritu Santo. La espiritualidad se profundiza en tanto vamos recorriendo el camino de la Santificación, buscando llegar a una profunda relación con Jesucristo. Ése es el camino, dejarse inspirar a través de las guías para ser transformados personal y comunitariamente por el Espíritu de Jesús.
Santo Espíritu, ayúdame a vivir este día al máximo, siendo auténtico/a contigo en todo. Cristo Jesús, ayúdame a darme a los demás, siendo amable con toda la gente con la que me encuentre.
Partir es, ante todo, salir de uno mismo. Romper la coraza del egoísmo que intenta aprisionarnos en nuestro propio yo.
En este tiempo casi de ADVIENTO... Que nuestros pasos sean de fe, que nuestros gestos sean de paz y nuestras palabras de amor.
Con cada agresión, muerte, violencia abuso o asesinato de mujeres, queda afectado Dios mismo y su gloria se hace pedazos. Dios es violentado en lo más íntimo de su misma gracia.
Siempre Dios nos invita a dar saltos de fe: abrir nuestros corazones, hogares e iglesias hacia una hospitalidad generosa, incluso cuando creemos que los recursos son escasos para hacerlo.
Dame, Señor, valentía para exponerme, flexibilidad para tambalearme y fortaleza para no caer. Dame, Señor, un corazón que se estire y una piel sensible, Unos ojos despiertos y oídos atentos para no ser sordo a tu paso silencioso.
Bienaventuradas y bienaventurados somos al haber experimentado la gracia, que en definitiva no es otra cosa que ser conmovidos por la misericordia de Dios.
"Dios no prometió días sin dolor, risa sin tristeza, sol sin lluvia, pero él sí prometió fuerzas para cada día, consuelo para las lágrimas, y luz para el camino"
A veces los relatos de los evangelios son como una película, y uno puede imaginar las escenas, puede imaginar a los discípulos allí a orillas de lago...
Nunca tratamos de apagar, sino de iluminar; nunca de amargar, sino de dar gusto y sabor.