La revolución de los géneros en la educación
Creo fervientemente que cada escuela debe hacer su aproximación a estos temas en función de su historia e identidad. Pero estoy absolutamente convencida de que no podemos educar hoy en día desoyendo a la realidad que se nos cuela por la ventana y traspasa los poros de las paredes.
Un colegio metodista con larga trayectoria y fuerte identidad. Una escuela secundaria con Centro de Estudiantes desde 1924. Una relación de respeto y cercanía con los estudiantes, donde el diálogo posibilita generar cosas nuevas, transitar caminos no recorridos. Una institución comprometida con la educación sexual integral desde pequeñitos, y que fue pionera, décadas atrás, en el terreno de la educación sexual. Un colegio que educa desde la fe, en libertad.
Todo ello retrata parcialmente el sustrato que dio pie a un panel sobre “Interrupción Voluntaria del Embarazo” en el que participaron chicos y chicas de primero a sexto año de Secundaria del Colegio Ward. Más de 90 preguntas al panel, que dan cuenta de la fortísima movilización que varones y mujeres tienen en relación con este tema que conmueve a la sociedad toda.
Pero… ¿cómo llegamos a esto? En los últimos años, venimos percibiendo una fuerte inquietud en nuestros estudiantes por las problemáticas de género, especialmente la violencia entre varones y mujeres. Ello ha permitido profundizar el tema de los vínculos y el “trato” entre unas y otros, entre adultos y jóvenes, en un análisis que va mucho más allá de la tradicional “educación sexual”. Paralelamente, nuestros docentes se han ido capacitando, aprovechando muchas veces recursos oportunos y adecuados del Estado; otras veces, recurriendo a organizaciones civiles que trabajan en estos temas.
En este marco, algunos hitos que delinean el recorrido de este último tiempo. En 2016, al calor del clamor social del “Ni Una Menos”, las adolescentes de sexto año nos sorprendieron con la iniciativa de hacer ellas mismas talleres sobre el tema para sus compañeras. El Colegio celebró la propuesta y designó a una docente para acompañarlas en el proceso. Hicieron talleres cuyo valioso contenido de elaboración grupal se expuso a fin de año en la ExpoWard, la muestra académica anual.
En 2017, el Centro de Estudiantes Secundarios, decidió incorporar a sus comisiones de trabajo una para abordar “Problemas de Géneros”. Nos sorprendieron con esta interesante y saludable forma de encauzar sus inquietudes y darlas a conocer a la institución en su conjunto. Retomaron el reclamo de la Comisión anterior respecto de un mayor énfasis en temas de sexualidad y género, razón por la cual, a la tarea escolar habitual, sumamos con los alumnos y alumnas más grandes varios encuentros para profundizar en estos temas de la mano de una ONG que nos supo acompañar con una mirada sobre la historia de los géneros.
Iniciado el 2018, en ocasión del #8M, el cuerpo directivo organizó un trabajo interniveles para destacar el sentido de la fecha: nos reunimos todos en el patio principal, conversamos sobre el porqué de la conmemoración de la fecha en la historia, pero también en el presente de nuestro país y del mundo. Cerramos cantando con mucho entusiasmo y emoción, “Dame la mano y vamos ya” de María Elena Walsh, en la convicción de que la caminata es compartida con otros y con otras…
A principios de mayo, aparecieron un día varias alumnas luciendo sus pañuelos verdes… Inmediatamente, llegó el reclamo de otras compañeras: “Queremos traer los pañuelos celestes”. El mensaje del Colegio fue de aprobación a la posibilidad de expresar su sentir sobre el tema, siempre y cuando fuera en el respeto a quienes tuvieran una perspectiva diferente. Junto con todo ello, se dio una hermosa oportunidad para trabajar con nuestro ideario: la libertad de pensamiento democrática, el respeto por el pensamiento diferente –tan wesleyano-, el valor de la vida humana, el de los afectos, la convivencia social…
“¡Queremos que inviten a alguien a hablar sobre la Ley!”, fue lo que siguió como desafío. Allí nos largamos a planear con mucho cuidado y respeto el panel que tuvo lugar el 6 de junio. Tenía que haber posturas distintas, debían escucharse voces femeninas pero también masculinas; había que salir del terreno de lo religioso como única dimensión de análisis. Y así fue que –poniendo pautas muy claras para los alumnos/as, para integrantes del panel, y siendo muy explícitos en cómo se estaba organizando todo al comunicar la actividad a las familias, pudimos llevarlo a cabo. La actividad, que reunió a 350 estudiantes, se realizó en un respetuoso silencio que no dejó dudas sobre el profundo interés de la audiencia.
Creo fervientemente que cada escuela debe hacer su aproximación a estos temas en función de su historia e identidad. Pero estoy absolutamente convencida de que no podemos educar hoy en día desoyendo a la realidad que se nos cuela por la ventana y traspasa los poros de las paredes. Y que cuando los chicos y las chicas piden más, en la familia o en la escuela, lo están haciendo en el mejor lugar que pueden encontrar. Está en nosotras, en nosotros, no defraudarlos.
Por Adriana Murrielo
Licenciada y Profesora en Pedagogía (Universidad CAECE), con un Posgrado en Administración de la Educación (OEI – FLACSO – MCyE). Directora General del Colegio Ward (Buenos Aires). Vicepresidenta de IAMSCU (International Association of Methodist Schools, Colleges and Universities).
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