Tiempo de Oración – Propuesta semanal para el 10 de enero
Encuentro con Dios
Alabad al Señor
Llegaron ya los reyes eran tres
Melchor, Gaspar y el negro Baltasar.
Arrope y miel, le llevaran,
Y un poncho blanco de alpaca real.
Changos y chinitas duérmanse
Que ya Melchor Gaspar y Baltasar,
Todos los regalos traerán
Para jugar mañana al despertar.
El niño Dios muy bien lo agradeció
Comió la miel y el poncho, lo abrigó
Y fue después, que sonrió,
Y a media noche el sol despertó.
Ariel Ramírez
Lectura del día
Mateo 2: 1-12. Reina Valera Contemporánea (RVC)
« De todos los Evangelios de la Infancia de Jesús, tal vez el más conocido es el de los Reyes Magos. ¡Quién no recuerda cada año, al llegar la Navidad, a aquellos misteriosos personajes que arribaron a Belén de tierras lejanas, envueltos en sus exóticos atuendos, para ofrecerle al Niño Dios sus presentes de oro, incienso y mirra!
El único evangelista que conserva el recuerdo de este hecho es Mateo 2:1-12 y una historia legendaria, también contada en el Evangelio Apócrifo: “Libro sobre el nacimiento de la beata Virgen y la infancia del Salvador” Este relato de « los Magos » sea legendario o no, nos dejan una profunda enseñanza.
Según Mateo, procedían de algún lugar de Oriente, y lograron encontrar a Jesús gracias a que una misteriosa estrella los guió por el camino.
Este episodio está tan grabado en la mentalidad popular, que millones de niños en todo el mundo creen que los Reyes Magos todavía siguen viniendo cada año, en la madrugada del 6 de enero (día de su fiesta), a dejarles a ellos también algún regalo en sus zapatitos.
Pero ¿qué sabemos exactamente de esos Magos? ¿De dónde procedían? ¿Por qué desaparecieron de la historia sin dejar rastros, siendo que fueron los primeros extranjeros en descubrir el secreto del Niño Dios escondido en la criatura que habían visto en Belén?
Tres ideas que corregir:
- Lo primero que debemos tener en cuenta es que, según el Evangelio de Mateo, los tres Reyes Magos no eran ni tres, ni Reyes, ni Magos. En efecto, Mateo no habla de «tres», sino de «unos» Magos que llegaron de Oriente (Mt 2,1), sin precisar exactamente el número.
- Tampoco dice que se tratara de «Reyes». Sólo dice «Magos». No debemos, pues, imaginarlos como monarcas de ningún lado.
- Finalmente, no eran «Magos» en el sentido actual de la palabra, es decir, no eran personas que realizaban trucos de magia ―ilusionistas. En la antigüedad se llamaba «magos» a los estudiosos de las ciencias secretas, a los sabios, especialmente a los que investigaban el curso de las estrellas en el cielo; eran algo así como los científicos de la época. Por lo tanto, a los «Magos» de Mateo hay que considerarlos como astrónomos, representantes del saber y de la religiosidad pagana de aquel tiempo » (COMENTARIO HOMILÉTICO MERCABA)
Ahora bien… El camino hacia Cristo es un camino de búsqueda, tal como lo hicieron los Magos.Un camino donde se cuestionan nuestras certezas o nuestras dudas enla fe y además nos exige una respuesta que nos pone también en camino por el sendero de un deseo de Dios nuevo y más profundo.
Tal vez haya algo que hemos dado por descontado, por ya conocido: sabemos bien donde esta y quien es «el rey de los judíos que acaba de nacer», e incluso estamos en condiciones de dar indicaciones precisas a quien nos pregunte al respecto, pero…
¿Es verdad que le conocemos el camino?
Los sabios orientales, de los que nos habla el evangelio han convertido sus conocimientos en un equipaje de viaje, lo que habían aprendido antes, les ha servido sólo para sostener una búsqueda guiada no por la luz de su propio intelecto, sino por la luz de los signos de Dios.
Que no nos pase, por el contrario, que nos acomodemos en lo que sabemos de Cristo sin dar un paso más para encontrarle de verdad, para adorarle y convertirle en el centro de nuestra existencia y cuando lleguemos a ese estadío de nuestra fe solo miremos aquellas cosas “que creemos celestiales” y nos olvidemos de todas las personas que nos rodean y que también buscan a Cristo vivo y encarnado…
No es fácil aprender que Dios nos habla por medio de nuestras propias historias que son como la luz de una estrella. Los Magos dejaron sus seguridades, buscaron al que no conocían, encontraron a un niño y a su madre en un pesebre y reconocieron en una realidad muy común la presencia, del Dios-con-nosotros.
Nosotras y nosotros buscamos y encontramos a Cristo vivo y encarnado que nos da, generosamente, el perdón, la verdad, la justicia y la paz. Maravillosos regalos que también, son para compartir…
Roberto González
Oración de la mañana
Oh Dios, Dios único, «Dios de todos los nombres» con los que los humanos de todos los tiempos te han buscado. Tú que te has hecho buscar por todos los pueblos, y a todos ellos también les has salido al encuentro en su propia vida espiritual, en su propia religión, concédenos apertura de corazón para sentir tu presencia omnímoda en todas las religiones de la Tierra. Tú que vives y das vida, y dialogas con todos los pueblos, ahora y desde siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
SERVICIO KOINONÍA
Oremos por
- Nuestras Por los proyectos de misión en nuestras comunidades.
- Por los campamentos de verano en las distintas iglesias de nuestro país.
- Por nuestros mayores, tanto de las familias como de nuestro barrio y país.
- Por aquellos que sufren hechos de injusticia.
- Para que en nuestro país se ofrezca la posibilidad del trabajo, de dignidad, de vida.
- Para nuestras actividades y descansos en tiempo de vacaciones.
- Agreguemos más motivos para orar en la semana…
Oración Nocturna
Señor, que en nuestro descanso sintamos tu amor reconfortante, tu alegría inspiradora, que tu paz nos envuelva, que tu fortaleza nos sustente. Y que tu bendición, Padre y Madre, Hijo y Espíritu Santo nos proteja, ahora y siempre. Amén
Lección de las escrituras: Isaías 60: 1-5
¡Levántate, resplandece! ¡Tu luz ha llegado!
¡Ya la gloria del Señor brilla sobre ti!
La tierra está cubierta de tinieblas,
Y una densa oscuridad envuelve a las naciones;
Pero sobre ti brilla el Señor, como la aurora;
Sobre ti se puede contemplar su gloria.
Tu luz guiará los pasos de las naciones;
Los reyes se guiarán por el resplandor de tu aurora.
Levanta la vista y mira a tu alrededor:
Todos estos se han reunido, han acudido a ti.
Tus hijos vienen de muy lejos; tus hijas son llevadas en brazos.
Cuando veas esto, te pondrás radiante;tu corazón se ensanchará
Y quedará maravillado al ver que a ti llega la abundancia del mar,
Y sobre ti se vuelcan las riquezas de las naciones.