Tiempo de ayuno y oración – Propuesta semanal para el 6 de mayo

05 May 2020
en Espiritualidad y devoción
Tiempo de ayuno y oración – Propuesta semanal para el 6 de mayo

Encuentro con Dios


Salmo 116:1-4, 12-19

Yo amo al Señor porque él me escucha,
porque oye mi voz cargada de súplicas.
El Señor se digna escucharme;
por eso lo invocaré mientras viva.
Los lazos de la muerte me envolvieron,
y me angustié al verme tan cerca del sepulcro;
mi vida era de angustia y de aflicción constante.
Pero en el nombre del Señor clamé:
«Señor, ¡te ruego que me salves la vida!»
¿Con qué voy a pagarle al Señor
tantas bendiciones que de él he recibido?

13 ¡Sólo ofreciendo libaciones por su salvación,
e invocando el nombre del Señor!
14 ¡Sólo cumpliendo al Señor mis promesas
en presencia de todo su pueblo!

15 A los ojos del Señor es muy valiosa
la muerte de quienes lo aman.
16 Señor, yo soy tu siervo;
mi madre fue tu sierva, y yo también lo soy,
pues me libraste de mis cadenas.

17 El sacrificio que te ofrezco es mi alabanza;
voy, Señor, a proclamar tu nombre.
18 Voy a cumplirte mis promesas
en presencia de todo tu pueblo,
19 en los atrios de tu templo, Señor;
¡en medio de ti, ciudad de Jerusalén!

¡Aleluya!


Alabad al Señor

Canta, canta, alma mía, a tu rey y tu Señor;
al que amante te dio vida, te cuidó y perdonó.
Canta, canta, alma mía, canta al poderoso Dios.

Canta su misericordia, que a tus padres protegió;
cántale pues de su gloria te bendice con favor.
Canta, canta, alma mía, canta su fidelidad.

Como padre él te conoce, sabe tu debilidad,
con su brazo te conduce, te protege de maldad.
Canta, canta, alma mía, prueba de cantar su amor.

Henry Francis Lite (1793-147) – Canto y Fe 200

Lectura del día

Isaías 25:6-9 (RVC)

6 En este monte el Señor de los ejércitos ofrecerá un banquete a todos los pueblos. Habrá los manjares más suculentos y los vinos más refinados. En este monte rasgará el velo con que se cubren todos los pueblos, el velo que envuelve a todas las naciones. Dios el Señor destruirá a la muerte para siempre, enjugará de todos los rostros toda lágrima, y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo. El Señor lo ha dicho. En aquel día se dirá: « ¡Éste es nuestro Dios!¡Éste es el Señor, a quien hemos esperado! ¡Él nos salvará! ¡Nos regocijaremos y nos alegraremos en su salvación!»

 

Este pasaje, escrito por un profeta anónimo, pertenece al llamado «Apocalipsis de Isaías» (capítulos 24 al 27 de su libro). Es posible que este profeta anónimo, haya sido discípulo del gran Isaías que vivió después del destierro de Babilonia, describió en este apocalipsis o «revelación», el juicio de Dios.

Lo que el texto trata de decirnos es que llegará el día que Yahvé pondrá fin a la vergüenza  que padece su pueblo y se acabará la burla de sus enemigos. Este pueblo que aún espera contra toda esperanza, en la diáspora se le preguntará en un tono de burla; «¿Dónde está tu Dios?», reunido en presencia de Dios mismo y ante todos los pueblos, encontrará al fin una satisfacción para sus esperanzas y la contestación a las burlas de sus enemigos. Dirá entonces y responderá con gozo: «Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara».Y comenzará una fiesta que no tendrá fin.

Bien… Hay momentos en nuestra vida en que deseamos sanarnos de nuestra ansiedad, vergüenza, broncas o la pérdida de una amistad o de un ser querido. ¿Podemos presentar nuestras necesidades de sanar, ante el Resucitado, y pedir su ayuda?

Jesús dio gracias al compartir el pan y los pescaditos… Ese hecho ¿no nos invita a hacer lo mismo…? A los enfermos y necesitados se nos ofrece; plenitud de vida y talentos. Jesús nos llama a la “vida abundante”, perdonando y sanando toda carencia de talentos o esfuerzos que poseemos y nos invita a ser un signo de la presencia de Dios en nuestra comunidad y en el mundo.

Estimada lectora, lector; permítanme decirles que para quien les escribe, este tiempo de pandemia-cuarentena no es fácil de sobrellevar, sospecho que para ustedes tampoco… Sin embargo, atrevámonos esperar el día que todo esto se termine, donde todos nuestros miedos o temores, todas nuestras limitaciones y caídas en nuestra fe, ya no importarán, pues redescubriremos que siempre hemos estado en la presencia de Dios y que los consejos para cuidarnos y cuidar a nuestro prójimo han sido buenos y efectivos. Y por último, descubrir que la experiencia del salmista, que hemos citado al comienzo, es también la nuestra. Amén.

ROG

Oremos en paz y en comunión…

Amado Dios, Padre y Madre; es difícil estar solo. Nos creaste para vivir en comunidad, no para el aislamiento. Te agradecemos que sin importar lo solo que nos sintamos, tú nunca nos dejas ni abandonas. Te agradecemos por la tecnología ya que nos ayuda a estar en contacto con los demás. Hoy, recuérdanos que este tiempo de distanciamiento social y aislamiento no durará para siempre. Fortalécenos para soportar este tiempo tan difícil y profundizar en nuestra relación contigo y con tu pueblo. Danos una dosis extra de tu amor, paz, esperanza y alegría, porque lo necesitamos. Recuérdanos tus promesas y por favor sana nuestra tierra. En el nombre de Cristo-Jesús, amén.


Oremos por…

  • Aquellos que están pasando momentos de miedo y soledad.
  • Por todas las personas infectadas del Covid19.
  • Por las familias que han perdido un ser querido por esta enfermedad.
  • Por quienes han perdido el trabajo o se han quedado sin su salario.
  • Por los países que están afectados a esta pandemia.
  • Por nuestros países hermanos.
  • Para que podamos ayudar a familias que están sin un ingreso para vivir.
  • Por los médicos/as, enfermeros/as, y todo el personal que trabaja en el ámbito de la salud, investigación, seguridad y en otros lugares esenciales para la vida cotidiana del pueblo.
  • Por los pastores, laicos, laicas obispos que están trabajando y manteniendo la fe de nuestro pueblo, tanto en nuestro país como en otros de nuestra Latinoamérica y Caribe.
  • Para que nuestro Señor Jesús ponga sus manos de sanidad en este mundo y hombres y mujeres, veamos en Él, el camino, la salvación y la luz para construir un futuro más justo y verdadero.


La fe mueve montañas,
El amor mueve fronteras,
La pasión mueve voluntades
Y la oración mueve las manos de Dios.



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