Sal y luz – Carta Pastoral de abril
Nuestra existencia tan solo tiene sentido en tanto y en cuanto se gaste o se consuma en beneficio de los demás.
Nuestra existencia tan solo tiene sentido en tanto y en cuanto se gaste o se consuma en beneficio de los demás.
Hermano, hermana, hacer justicia es la oportunidad de expresar el amor de Dios. Es decir, estamos convocados y convocadas a proclamar el reino de Dios aquí y ahora, tanto por la proclamación, como por la acción.
La narrativa del evangelio de Marcos nos recuerda nuestro horizonte de seguimiento, nos invita a preguntarnos cómo construimos comunidad al estilo de Jesús y cómo seguimos colaborando en hacer posibles esas comunidades.
Navidad es siempre un fuerte llamado a renacer, una vocación a reavivar la alegría, la esperanza, la solidaridad, la hermandad y la confianza total en el amor de Dios.
El tiempo de Adviento –se nos acerca la Navidad– es una llamada incesante a la esperanza: nos recuerda que Dios está presente en la historia para conducirla a su fin, llevándola hacia su plenitud, que es el Señor Jesucristo.
Como iglesia hemos acompañado intensamente la construcción de una sociedad con mayor justicia que ponga fin a la desigualdad, en donde la democracia se fortalezca como un valor fundamental de la pluralidad, la diversidad y la consecución del bien común.
Al hacer memoria y celebrar la Reforma siempre nos desafiamos y nos llamamos a ser libres, guiados y guiadas por el Evangelio en sencillez y en humildad, para llevar la buena noticia de esperanza y vida nueva a nuestros pueblos.
El llamado hecho por Dios a su Iglesia a través de la historia es el manifestar el Reino de Dios y su justicia.
A 40 años del retorno a la vida democrática, integrantes del cuerpo pastoral de la Iglesia Metodista reafirmamos aquel contundente NUNCA MÁS.
Este 20 de septiembre se conmemoran 39 años de la presentación del Informe “Nunca Más” realizado por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP).