Fortalecer lazos, estar presente

04 Nov 2021
en El Estandarte Evangélico, Instituciones educativas, Nov-2021
Fortalecer lazos, estar presente

El Equipo Editorial de EEE respeta la opinión de sus colaboradores/as. Los artículos firmados expresan única y exclusivamente pareceres de sus autores. Permitida la reproducción total o parcial de los artículos, citando la fuente.

En el Colegio Alberto Schweitzer (CAS) en la ciudad de Mendoza, trabajamos en la búsqueda permanente de nuevas formas de aprendizaje y conexión como comunidad. Por tanto, durante la Pandemia compartir y crecer en conocimientos no fue el único desafío al que nos enfrentamos.




Colegio Alberto Schweitzer

Ciudad de Mendoza


La pandemia nos sorprendió a todos, y la comunidad educativa del Colegio Alberto Schweitzer (CAS) en la ciudad de Mendoza no fue la excepción. De golpe, y sin estar preparados, dejamos de asistir al edificio. Libros, cuadernos, toda clase de materiales quedaron guardados en los armarios. Esto nos obligó a buscar nuevas formas de aprendizaje y de estar conectados como comunidad. Comenzamos como pudimos, haciendo uso de distintas formas de comunicación, y con la esperanza que pronto volveríamos al aula.

Con el paso del tiempo fuimos descubriendo que este regreso no sería pronto y empezamos a buscar alternativas para continuar la tarea desde una mejor comunicación con las familias. Armamos nuestras aulas virtuales, buscando diversas formas para ayudar a los que tenían dificultades para la conexión. Pero, a esta altura, ya habíamos perdido los espacios privados. Los horarios de clases se volvieron flexibles, docentes atendieron a consultas en horarios de descanso, las casas de todos se volvieron aulas y dejaron de ser espacios privados. Hijos y mascotas participaron de las clases. Todos, estudiantes, familias, docentes, estaban cansados.

Seguir encontrando la forma de compartir y crecer en conocimientos no fue el único desafío al que nos enfrentamos. Nuestra comunidad se caracteriza por ser como una gran familia, dónde podemos sentarnos a conversar sobre nuestras preocupaciones, dificultades y sentimientos. No es raro ver alumnos conversando con docentes o directivos, observar abrazos que calientan el alma o escuchar la preocupación. ¿Cómo hacíamos para continuar con estos lazos tan importantes? ¿Cómo seguimos abrazando al que lo necesitaba sin estar juntos? ¿Cómo acompañamos a las familias en momentos de enfermedad, de pérdida, de dificultades? Estos fueron nuestros verdaderos desafíos. 

Desde la capellanía y las direcciones buscamos estar presente de la mejor forma que pudimos, enviando oraciones a través de videollamadas, compartiendo insumos para las despedidas. Sin embargo, esto era difícil. La comunidad entera estaba preocupada por este tema, y por ese motivo fue una prioridad brindar espacios para expresar las emociones tanto en la virtualidad como al regreso a la presencialidad. Todavía hoy, 18 meses más tarde, estamos viendo los efectos de este dolor. Al entrar al aula podemos ver el dolor en los ojos de los chicos y las chicas que perdieron padres, tíos, abuelos. Podemos ver el miedo en la mirada de aquellos que vieron sufrir a seres queridos. Pero, también podemos hacer lo que era difícil en la virtualidad: abrazar, escuchar, contener.

La pandemia nos desafió, nos incomodó, nos llevó a buscar nuevas formas de comunicación que mejoran nuestros aprendizajes y también nos mostró cuán importante son esos abrazos que compartimos. 


Equipo de Capellanía CAS, Meg Whitlatch y Pastor Douglas Williams
Colegio Alberto Schweitzer (CAS) en la ciudad de Mendoza




El Estandarte Evangélico

La escuela en pandemia

Noviembre 2021




Instituciones educativas de la IEMA y pandemia

La Pandemia Covid 19 puso al mundo y, en este caso, a las instituciones educativas de la IEMA, frente a profundos e inmediatos retos, aunque también nuevas oportunidades de hacer, transformar y preguntarse. ¿Cómo revisamos hoy nuestras prácticas institucionales, curriculares, pedagógicas?

Fortalecer lazos, estar presente

En el Colegio Alberto Schweitzer (CAS) en la ciudad de Mendoza, trabajamos en la búsqueda permanente de nuevas formas de aprendizaje y conexión como comunidad. Por tanto, durante la Pandemia compartir y crecer en conocimientos no fue el único desafío al que nos enfrentamos.

Se cerraron las puertas abriéndose otras ventanas

Qué contarles de las ventanas que Dios abrió en este tiempo y que, por más que lo intentemos, ya no volverán a cerrarse. Porque si para algo nos cambió esta Pandemia es para sentirnos y sabernos más cercanos en todos los momentos, en todas las circunstancias.

“Te toco y sos mancha…”

Tiempo de pandemia, también es tiempo de repensar lo que pasa desde la lectura atenta de las palabras de Jesús: “no lo que entra en la boca contamina…más lo que sale de la boca, esto contamina…” (Mateo 15.11) palabras que nos invitan a estar con otros y otras y pensar nuevas estrategias.

Una mano que nos ayuda a reencontrarnos

Ayudar a reencontrarnos con nuestros espacios, pero sobre todo a reencontrarnos unos con otros, unas con otras, es siempre el gran desafío cristiano. Poder llegar a reencontrarnos con ese Dios que habita en cada persona, ya sin mediación tecnológica y reconocernos como hermanos.

Educación, pandemia y después

Nuestras comunidades educativas, de un modo u otro, se mantuvieron abiertas para sostener la vida y hacerse presentes en este tiempo. Mantenemos la fe para aprender, estudiar, enseñar, pensar y repensar conservando la esperanza de inscribir en nuestra gran casa otro mundo posible.

Amar en nuevas formas

En medio de la pandemia, los gestos y encuentros se redefinieron radicalmente, en una especie de paradoja que nos invitó a amar en nuevas formas y con nuevas palabras, que debimos aprender en el camino.





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