Paz y bien amada hermandad.
Que la ternura del Dios de la vida buena esté en sus ministerios y sea su fuente de ánimo y sabiduría.
Mientras que Pedro era bien vigilado en la cárcel, en la iglesia se oraban por él constantemente.
Hch. 12: 5.
Lucas nos ayuda a comprender cómo es una fe que no ve, pero que cree, y cómo se manifiesta el poderío de la resurrección allí dónde uno lo espera.
En la historia que se nos narra, es evidente que Pedro no tenía ninguna escapatoria, aunque la iglesia oraba con insistencia por él a Dios, aún sin ver. Es evidente que Pedro no tenía salida alguna, pero Dios puede hacer posible lo imposible. Somos animados y animadas a tener valor en medio de la persecución o el cautiverio más desesperanzador.
La convocatoria es creer aún cuando todo parece andar pésimamente mal. Somos despertados y despertadas a caminar en libertad el camino de la resurrección.
Abrazo cálido y sereno.
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo
Suscribite al envío por email Suscripción