Tiempo de Oración – Propuesta semanal para el 8 de noviembre
Encuentro con Dios
Alabad al Señor
Por la fecunda tierra, por el dorado pan,
Por la vida, por el techo, el amor y la amistad;
¡Gracias Señor! ¡Gracias Señor!
Porque no llega a todos ese techo y ese pan,
Por sufrir el desatino de la injusta humanidad;
¡Perdón Señor! ¡Perdón Señor!
Porque en Cristo retomamos tu designio original
Y el milagro repetido de compartir nuestro pan;
¡Gracias Señor! ¡Gracias Señor!
Vicente J. Tripputi
Lectura del día
1ra Pedro 4:10. Reina Valera Contemporánea (RVC)
Ponga cada uno al servicio de los demás el don que haya recibido, y sea un buen administrador de la gracia de Dios en sus diferentes manifestaciones.
En la carta a los Romanos se recomienda poner al servicio de la comunidad los diferentes dones recibidos. Pablo se sirve para ello de la imagen del cuerpo, cuyos miembros deben obrar en común (Rom. 12: 3-8); Pedro sigue ateniéndose a la imagen de la casa; que es la comunidad de fe como «casa de Dios»; pues ella, tiene muchos administradores con sus propias funciones, utilizándolas con fidelidad y sensatez; (Lc 12: 42) de manera que deben administrar y distribuir lo que se les ha confiado. Todas tienen su valor; hasta las más pequeñas ocupaciones son dones de Dios.
Lo que afirma Pedro es que somos mayordomos o administradores de todos los bienes de Dios…
«Hoy están amenazadas todas las formas de vida en el planeta, incluso la humana (2 de cada 3 personas, de la población mundial sobreviven por debajo de la línea de pobreza) y la misma Tierra es destruida. Evitar la anticipación del Apocalipsis exige cuestionar los mitos de la modernidad -como mercado, desarrollo, Estado uninacional-, todos ellos basados en la razón instrumental… Los pueblos originarios siempre han sido tratados por nosotros, rostros pálidos, como enemigos del progreso. Pero es nuestro concepto de desarrollo el que se opone a ellos e ignora la sabiduría de quien hace de lo necesario lo suficiente y nunca impide la reproducción de las especies vivas. Tenemos mucho que aprender de los que poseen otros paradigmas, otras formas de conocimiento, respetan la diversidad de cosmovisiones, saben integrar lo humano y la naturaleza y practican la ética de la solidaridad.»
FREI BETTO – Amigos de la Fe Adulta –
Frente a este problema que presenta Frei Betto el obispo (e) Carlos T. Gattinoni, tiene una respuesta (*)«El desafío básico es: “Hijo mío, entrégame tu corazón”, (Proverbios 23: 26) dame el centro de tu vida, el trono de tu existencia. Porque “donde estuviese tu tesoro estará tu corazón” y viceversa. ¿Qué harás tú? ¿Qué haré yo? ¿Cómo le responderemos? A Él no le contestamos con palabras, sino con actitudes fundamentales. Recordemos su severa admonición: “No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 7: 21)
Estamos hablando de la conversión. Cuando alguien se convierte a Cristo, se apodera del tal una convicción básica: saber que no se pertenece a sí mismo, sino a Dios. Esta convicción corre pareja con la determinante declaración bíblica: “No sois vuestros” (1 Corintios 6: 19-20; 7:23). Consagración quiere decir entregar a Dios nuestra vida entera sin retaceos; haciendo lo cual sólo venimos a darle lo que es suyo. Lo entendió así David al dirigir al pueblo en oración para presentarle las ofrendas para el Templo: “Todo es tuyo y de lo recibido de tu mano, eso te damos” » (1 Crónicas 29: 14)
De manera que…“el mundo, la vida, la muerte, lo presente o lo por venir, todo es de ustedes” (1ª Co.3:22 RVC); es decir que, el buen Dios nos entregó todo, para que lo administremos con amor, con justicia y sobre todo con sabiduría porque es nuestro: la naturaleza maravillosay la vida de nuestro prójimos, sosteniéndolas, protegiéndolas y defendiéndolas hasta la últimas consecuencias; tal como lo haría Jesús.
(*)Carlos T. Gattinoni BREVIARIO DEL DADOR ALEGRE
Oración de la mañana
Señor nuestro Padre celeste, Dios eterno omnipotente, que nos has conducido fielmente hasta el principio de este día defiéndenos durante el mismo con tu poder y concédenos la gracia de no incurrir en cualquier pecado, así como la de no correr riesgo alguno, sino que todos nuestros actos sean de tal forma dirigidos por ti y que todo lo que hagamos sea recto delante de ti.
Breviario de Sarum – s. XI
Oremos por
- Por todos quienes no tienen a quién recurrir
- Por las víctimas de violencia y abuso
- Para que el diálogo sea superador de la confrontación
- Por nuestras familias y amistades.
- Por la sanidad de nuestros enfermos.
- Por el testimonio de nuestras congregaciones
- Por nuestra iglesia, el obispo, las secretarías generales y la Junta General
- Por el Equipo Nacional de Jóvenes y la FeMMA – Pastoral de la Mujer
- Agreguemos más motivos para orar en la semana…
Oración Nocturna
Que tu presencia sea con nosotros, Dios todopoderoso. Protégenos durante las horas de silencio de esta noche ya que estamos cansados de las tareas cotidianas y de los cambios de este mundo pasajero e inconstante. Que podamos descansar en tu eterna inalterabilidad, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Liturgia de San Gelasio – s. V
Salmo 19: 1-8, 14 RVC
Los cielos proclaman la gloria de Dios;
el firmamento revela la obra de sus manos.
Un día se lo cuenta al otro día;
una noche se lo enseña a la otra noche.
Sin palabras, sin sonidos,
sin que se escuche una sola voz,
su mensaje recorre toda la tierra
y llega al último rincón del mundo,
en donde el sol pasa la noche.
Y el sol, cual novio que sale del tálamo,
cual si fuera un poderoso guerrero,
se levanta alegre para hacer su recorrido.
Sale por un extremo de los cielos,
y sigue su curso hasta el otro extremo,
sin que nada se esconda de su calor.
La ley del Señor es perfecta: reanima el alma.
El testimonio del Señor es firme: da sabiduría al ingenuo.
Los preceptos del Señor son rectos: alegran el corazón.
El mandamiento del Señor es puro: da luz a los ojos.
El temor del Señor es bueno: permanece para siempre.
Los decretos del Señor son verdaderos, y todos ellos justos.
Tú, Señor, eres mi roca y mi redentor;
¡agrádate de mis palabras y de mis pensamientos!