Recursos litúrgicos y pastorales – Junio a agosto 2025

Junio a agosto 2024 (Ciclo C)
Tiempo de Pentecostés
JUNTOS POR LA VIDA
MISIÓN Y EVANGELIZACIÓN EN CONTEXTOS CAMBIANTES
Compartimos, resumida, la última afirmación del Consejo Mundial de Iglesias sobre Misión y Evangelización, de 2012. El objetivo de este proceso de discernimiento fue buscar perspectivas, conceptos y orientaciones que renovaran el entendimiento y la práctica de la misión y evangelización en contextos en evolución. Presentamos la introducción al tema y el comienzo del primer capítulo: Espíritu de misión, soplo de Vida.
JUNTOS POR LA VIDA: INTRODUCCIÓN AL TEMA
- Creemos en el Dios Trino y Uno, el creador, redentor y sustentador de toda la vida. Dios creó todo la ecumene a su imagen y obra constantemente en el mundo para afirmar y salvaguardar la vida. Creemos en Jesucristo, la vida del mundo, la encarnación del amor de Dios por el mundo (Jn 3.16; Jn 10.10). Creemos en Dios, el Espíritu Santo, el dador de vida, que sustenta y da fuerza a la vida y que renueva toda la creación. El Dios de vida nos invita a participar en la misión vivificadora de Dios Trino y Uno y nos da los medios para dar testimonio de la visión de vida en abundancia para todas las gentes.
- La misión comienza en el corazón del Dios Trino y Uno, desbordante hacia toda la humanidad y la creación. El Dios misionero que envía a su Hijo al mundo hace un llamamiento a todo su pueblo (Jn 20.21), y le da poder para que sea una comunidad de esperanza. A la iglesia se le encomendó que celebre la vida, y que resista y transforme las fuerzas que destruyen la vida, en el poder del Espíritu Santo.
- La vida en el Espíritu Santo es la esencia de la misión, y el centro de por qué hacemos lo que hacemos y de cómo vivimos nuestras vidas. La espiritualidad da un sentido más profundo a nuestras vidas y motiva nuestra acción. Esta espiritualidad de misión posee una dinámica de transformación que, mediante el compromiso espiritual de personas y comunidades, es capaz de transformar el mundo en gracia de Dios.
- Dios no envió a su Hijo solo para la salvación de la humanidad ni para darnos una salvación parcial. El evangelio es la buena nueva para cada parte de la creación y cada aspecto de vida y de la sociedad. Es esencial que reconozcamos la misión de Dios en un sentido cósmico, y que afirmemos toda vida, la totalidad del oikoumene, como interconectado en la red de la vida.
- La historia de la misión se caracterizó por concepciones de expansión geográfica a partir de un centro cristiano hacia “territorios aún no alcanzados”. Hoy nos enfrentamos con un panorama eclesial que está cambiando radicalmente y en el que la mayoría de los cristianos viven o tiene sus orígenes en los países del Sur o del Este. La migración es un fenómeno mundial y multidireccional, que está reorganizando el panorama cristiano, por ejemplo, con el surgimiento de pujantes movimientos pentecostales y carismáticos.
- La misión se había entendido como un movimiento que iba del centro a la periferia, y de los privilegiados a los marginados de la sociedad. Actualmente las personas que viven en los márgenes están reivindicando su misión clave de agentes de la misión y afirman que la misión es transformación. Esta inversión de los papeles en la concepción de la misión tiene sólidos fundamentos bíblicos porque Dios escogió a los pobres y quienes no tienen poder (1 Cor 1.18-31) para hacer avanzar su misión de justicia y de paz a fin de que la vida pueda prosperar.
- Vivimos en un mundo en el que la fe en “Mamón”, el rey dinero, amenaza la credibilidad del Evangelio. La ideología del mercado difunde la creencia de que el mercado global salvará al mundo mediante un crecimi9entoilimitado. Este mito es una amenaza no solo para la vida económica sino también de toda la creación. ¿Qué tipo de acción misionera puede realizar la iglesia en medio de la injusticia y las crisis económicas y ecológicas a escala mundial?
- Evangelizar es compartir con humildad y confianza nuestra fe y convicciones con otras personas. Es compartir es un don que ofrecemos a otros y que anuncia el amor, la gracia y la misericordia de Dios en Cristo. Es el fruto insoslayable de la fe verdadera. Por ello, en cada generación, la iglesia debe renovar su compromiso con la evangelización como parte esencial de la proclamación del amor de Dios al mundo. ¿Cómo proclamar el amor y la justicia de Dios a una generación que vive en un mundo individualizado, secularizado y materializado?
- La iglesia vive en contextos plurirreligiosos y pluriculturales y las nuevas tecnologías de la comunicación permiten una mayor conciencia de las identidades e intereses. Tanto a nivel local como mundial los cristianos están comprometidos con creyentes de otras religiones y culturas en la construcción de comunidades de amor, paz y justicia. ¿Cuál es nuestra convicción ecuménica en una misión que da vida a un mundo de muchas religiones y culturas?
- La iglesia es un don de Dios al mundo en aras de su transformación para avanzar hacia el reino de Dios. Su misión es aportar nueva vida y anunciar la presencia amorosa de Dios en nuestro mundo. Debemos participar en la misión de Dios en unidad, superar las divisiones y tensiones que existen entre nosotros, a fin de que el mundo crea y que todos seamos uno (Juan 17.21). La iglesia, como comunión de los discípulos de Cristo debe ser una comunidad incluyente siendo su razón de ser aportar sanación y reconciliación al mundo.
- En esta declaración se destacan algunos avances en la comprensión de la misión del Espíritu Santo en el marco de misión del Dios Trino y Uno, reunidos bajo cuatro temas principales:
- Espíritu de misión: Soplo de vida
- Espíritu de liberación: la misión desde los márgenes
- Espíritu de comunidad: la Iglesia en marcha
- Espíritu de Pentecostés: buena noticia para todos.
ESPÍRITU DE MISIÓN: SOPLO DE VIDA
- En el principio, el Espíritu de Dios se movía la faz de las aguas, siendo la fuente de la vida y el aliento de la humanidad (Gn 1.2,7). En la Biblia hebrea, el Espíritu conduce al pueblo de Dios inspirando sabiduría (Prov 8), dando poder de profecía (Is 61.1), dando vida a huesos secos (Ez 37), induciendo sueños (Joel 2) y aportando renovación al templo para llenarlo de la gloria del Señor (2 Cr 7.1).
- El mismo Espíritu de Dios que “se movía sobre las aguas” en el momento de la creación y descendió sobre María (Lc 1.35) y dio vida a Jesucristo. Fue el Espíritu quien invistió de poder a Jesús en su bautismo (Mc 1.10) y le encomendó su misión (Lc 4.14,18). Jesucristo, lleno del Espíritu de Dios, murió en la cruz. Y entregó su espíritu (Jn 19.30). Por el poder del Espíritu Santo, el primogénito de los muertos fue levantado de entre los muertos, a la vida (Rm 8.11).
- Tras su resurrección, Jesucristo apareció a su comunidad envió a sus discípulos en misión: “Como me envió el Padre, así también yo los envío a ustedes” (Jn 20.21,22). Por el don del Espíritu Santo, “el poder desde lo alto”, fueron constituidos en una nueva comunidad de testigos de la esperanza en Cristo (Lc 24.49; Hch 1.8). En ese Espíritu de unidad, la iglesia primitiva vivió en comunidad unida, y todo lo compartían entre sus miembros (Hch 2.44-45).
- Así, toda la economía del Espíritu en la creación y la obra del Espíritu en la redención deben entenderse juntas como la misión del Espíritu para los nuevos cielos y la nueva tierra, cuando Dios sea finalmente “todo en todos” (1 Cor 125.24-28). El Espíritu Santo obra en el mundo en formas misteriosas y que sobrepasan nuestra imaginación (Lc 1.34-35; Jn 3.8; Hch 2.16-21).
- El testimonio bíblico da cuenta de una diversidad de entendimientos del papel del Espíritu Santo en la misión. Una perspectiva destaca que el Espíritu Santo es totalmente dependiente de Cristo, el Paracleto, y se considera que el Espíritu Santo es la presencia permanente de Cristo, su agente encargado de cumplir la tarea de la misión. Este entendimiento apunta a una misiología centrada en el envío y el ir al mundo. Por ello, un enfoque neumatológico de la misión cristiana reconoce que la misión tiene un fundamente esencialmente cristológico y relaciona la obra del Espíritu Santo con la salvación a través de Jesucristo.
- Otra perspectiva destaca que el Espíritu Sano es el “Espíritu de Verdad” que conduce a “toda verdad” (JN 16.13) y sopla para donde quiere ir (Jn 3.8), o sea abarcando todo el cosmos, y proclamando al Espíritu Santo como la fuente de Cristo y a la iglesia como la reunión escatológica del pueblo de Dios en el reino de Dios. La segunda perspectiva postula que los fieles van en paz (en misión) tras haber tenido la vivencia, en su reunión eucarística, del reino escatológico de Dios como un vislumbre y un anticipo. Así pues, la misión como envío es el resultado y no el origen de la iglesia, y se la designa como “la liturgia después de la liturgia”.
- Por el Espíritu participamos, entonces, en la misión de amor que está en el centro de la vida de la Trinidad. Esto da lugar a un testimonio cristiano que promueve sin cesar el poder salvífico de Dios por medio de Jesucristo, y afirma constantemente la participación dinámica de Dios mediante el Espíritu Santo en todo el mundo creado. Todos los que responden a la efusión del amor de Dios están invitados a reunirse con el Espíritu en la misión de Dios.
“Juntos por la Vida: Misión y Evangelización en Contextos Cambiantes”, declaración de la Comisión de Misión Mundial del Consejo Mundial de Iglesias, Ginebra, Suiza, 5 de septiembre de 2012.
En el archivo encontrará
- Orientaciones para la predicación
- Orientaciones para la acción pastoral
- Orientaciones para la liturgia del culto comunitario
Esta ha sido una nueva entrega de Recursos Litúrgicos y Pastorales, siguiendo los tiempos de Cuaresma y Resurrección, de Junio a Agosto 2022, (Ciclo C). Reedición de 2025 con nuevos materiales,
- para hermanos y hermanas que asumen el ministerio de la Palabra,
- realizando trabajos pastorales en amplio sentido y con distintos grupos
- y a personas encargadas y colaboradoras en la liturgia del culto comunitario.
Cotejamos el “Leccionario Común Revisado” (LCR), en ediciones de varias iglesias hermanas. Nos permitimos abreviar algunos textos para la lectura pública, y algunas veces extendemos los textos bíblicos comentados, proponiendo también otras alternativas, generalmente dentro del LCR.
Este material circula en forma gratuita y solamente en ámbitos pastorales, dando crédito a todos los autores hasta donde los conocemos, valorando mucho su disponibilidad.
Agradecemos todos los materiales que hemos usado –ya disponibles en varias redes–, como aportes para estos “recursos”. Y especialmente agradecemos los materiales litúrgicos enviados por la pastora Cristina Dinoto, y las fotos de la pastora Hanni Gut.
Las indicaciones de las fuentes musicales son:
- CA – Cancionero Abierto, ISEDET.
- CF – Canto y Fe de América Latina, Igl. Evangélica del Río de la Plata.
- CN – Himnario Cántico Nuevo, Methopress.
- MV – Mil Voces para Celebrar, himnario comunidades metodistas hispanas, USA.
- Red Crearte, https://redcrearte.org.ar/
- Red de Liturgia del CLAI: reddeliturgia.org
- Red Selah: webselah.com
Y anotamos las versiones de la Biblia mayormente usadas:
- RV60 o RV95 o RVC – Reina-Valera o Reina-Valera Contemporánea (Edic. de Estudio)
- DHH – Dios habla hoy, desde la tercera edición o Biblia de Estudio.
- NBE – Nueva Biblia Española, Edición Latinoamericana – Ediciones Cristiandad
- NBI – Nueva Versión Internacional – Edit. Vida, USA
- BJ – Biblia de Jerusalén – Desclée de Brouwer, Bélgica-España
- Libro del Pueblo de Dios – Verbo Divino, Argentina
Fraternalmente, Laura D’Angiola y Guido Bello, desde la congregación metodista de Temperley, Buenos Aires Sur.
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