Jesucristo nos llama a buscar la paz, vivir en paz y ayudar para que todos tengan paz
Declaración por la Paz de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina y de la Iglesia Evangélica Luterana Unida.
No es suficiente un enérgico llamado a vivir en paz. Los conflictos bélicos se repiten y aumentan cada día. Miles de vidas inocentes son cercenadas en diferentes partes del mundo, pero es alarmante el silencio o la callada aceptación de esta situación en muchas partes.
La guerra es una derrota para toda la civilización humana, que pone de manifiesto la degradación de la dignidad humana. Es absurdo hablar de ganadores y perdedores. Hay que denunciar, una vez más, que detrás de los conflictos religiosos que buscan sustentar o justificar esas guerras hay intereses egoístas que procuran la apropiación de la riqueza y bienes materiales de los pueblos y producir la concentración de los bienes de la creación en pocas manos.
Vivir en paz necesita convertirse en un derecho humano y ningún conflicto bélico puede aceptarse como medio de resolución de sus problemas, como tampoco un sistema social que impida la realización de los seres humanos en comunidad.
Nuestro compromiso cristiano nos llama a oponernos a todo régimen de violencia que no sólo degrada al ser humano, sino a toda la creación. Allí, donde se idolatran los intereses económicos el mercado no tiene ni puede tener la última palabra sobre nuestro futuro.
Las Iglesias cristianas somos llamadas a dar nuestro testimonio de paz con gestos concretos de solidaridad y denuncia profética de las injusticias que se padecen.
El derecho humano a vivir en paz nos desafía a construir relaciones justas entre las personas y los pueblos. Necesitamos orar y construir la paz aportando a la construcción de una cultura de la paz en nuestra sociedad. Serán señales, tanto de nuestro grado de compromiso como de la necesaria transformación que también las iglesia debemos experimentar. Nos inspira aquel que se entregó para que la humanidad encuentre paz permanente.
Jesucristo nos llama a buscar la paz, vivir en paz y ayudar para que todos tengan paz porque toda vida humana es valiosa para Dios.
“La paz les dejo, mi paz les doy; ya no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo.” (San Juan 14: 27)
Al recordar el 21 de septiembre como el día de la paz, que toda celebración sea una oportunidad para reafirmar el compromiso por la verdadera paz.
Pastor Frank de Nully Brown
Obispo de la Iglesia Metodista
Pastor Gustavo Gómez
Presidente de la Iglesia Evangélica Luterana Unida
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