Un tiempo de quietud con Jesús
En medio de las dificultades, en medio de situaciones que parecen llenarse de sombras, necesitamos sentir que tu gracia infinita, se despliega entre nosotros y tener así la seguridad de tu presencia en nuestras vidas.
Período que señala el comienzo del año litúrgico cristiano y comprende las cuatro semanas anteriores a la Navidad; empieza el domingo más próximo al día de san Andrés (30 de noviembre).
En medio de las dificultades, en medio de situaciones que parecen llenarse de sombras, necesitamos sentir que tu gracia infinita, se despliega entre nosotros y tener así la seguridad de tu presencia en nuestras vidas.
El Adviento nos invita a ser comunidades de esperanza y ternura para quienes andan con el corazón roto resultado de las realidades duramente humanas.
Este taller tiene como objetivo ofrecer herramientas litúrgicas para vivir y celebrar el Adviento y la Navidad de manera profunda, reflexionando sobre la esperanza, paz, justicia y reconciliación que trae el nacimiento de Jesús en nuestros contextos actuales.
Yo tengo un Dios único, nada ni nadie se le compara. Tengo un Dios que se me revela, tengo un Dios que se hace carne, tengo un Dios que se hace pobre. Tengo un Dios que me perdona, y me perdona siempre.
Ese Dios que estuvo atento a buscar a una jovencita para que sea la madre de su hijo, está atento a buscar a todos aquellos que queremos ser hijos suyos, hermanos del mismo Jesús.
Así fue el espíritu compartido junto al equipo de Misión de Tucumán, en la visita a la obra en Huiñaj Atun, en la provincia de Santiago del Estero, para el comienzo...
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Adviento es tiempo de provocación y la profecía de Isaías nos provoca a buscar un Salvador Isaías 61.1-3, 8-11 La humanidad necesita urgentemente un Salvador, pero un salvador que no sea...
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¡¡¡Qué lindo!!! ¡Qué lindo! si lo anunciado comenzara a ser historia Fueran felices los pobres y rieran los que lloran ¡Qué lindo! si al despertarnos nos halláramos hermanos Sin codicia en...
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El tiempo de Adviento –se nos acerca la Navidad– es una llamada incesante a la esperanza: nos recuerda que Dios está presente en la historia para conducirla a su fin, llevándola hacia su plenitud, que es el Señor Jesucristo.
Haz, Señor, que este Adviento nos empuje hacia ti; nos ayude a vivir centrados en tu Hijo Jesucristo. Que sea un tiempo de salvación. Un tiempo de encuentro y de conversión.