Paz y bien amada hermandad. Que en cada una de sus vidas y ministerios reciban la guía y la fuerza del Espíritu. Y que les regale la sabiduría y el discernimiento para andar como Jesús anduvo por este mundo.
“Porque Dios me es testigo de cuánto los amo a todos ustedes con el entrañable amor de Jesucristo. Y esto le pido en oración: que el amor de ustedes abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprueben lo mejor, a fin de que sean sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de los frutos de justicia que vienen por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios”.
Filipenses 1:8-11
El apóstol confirma, con un juramento, que añora a los filipenses y lo describe con la palabra: “splanchnois”, en las entrañas de Jesús que, para los griegos, es la sede de los sentimientos. De aquí nace el amor, la compasión y la misericordia. Al tener esta añoranza por la comunidad, el Apóstol percibe al mismo tiempo inmerso en el amor de Jesucristo. Pablo añora a sus compañeras y compañeros de gracia porque, en la comunión con ellas y ellos, puede experimentar concretamente el amor entrañable y tierno de Cristo.
La iglesia primitiva en medio de un mundo hostil, experimentaba ese amor entrañable, que los sacaba del duro ambiente que producía el poderío imperial de Roma.
Pablo expone el motivo de su súplica por la comunidad. El amor de ellos debe crecer aún más, hasta rebosar en CONOCIMIENTO – PROFUNDA COMPRENSIÓN (Epignosis) y en DISCERNIMIENTO- PERCEPCIÓN. (Aisthesis). El desafío y la vocación de hacer lo correcto en cada momento, lo adecuado y lo que conviene. El amor de Jesucristo que han experimentado, se tiene que hacer visible en un estilo de vida coherente y auténtica.
Que seamos cada día mejores imágenes del amor de Dios sin tacha y con autenticidad junto a nuestras comunidades de fe, fruto de su presencia transformadora.
Abrazo cálido y sereno.
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo
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