“El Cielo Canta Alegría” mientras la iglesia se conduele ante fallecimiento de Pablo Sosa

12 Ene 2020
en En contexto, Hombres
“El Cielo Canta Alegría” mientras la iglesia se conduele ante fallecimiento de Pablo Sosa

Por Rev. Gustavo Vasquez: Director de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU.

El Rev. Pablo Sosa, uno de los más prolíficos compositores, músicos y arreglista del metodismo de habla hispana, falleció el 11 de enero a los 85 años en su natal Argentina. Nació el 16 de diciembre de 1934, fue pastor de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina (IEMA) y un líder mundialmente reconocido por su labor ministerial en la composición musical, docencia, dirección coral, liturgia y promoción de la integración de los valores musicales y culturales, de las diferentes regiones del mundo en la experiencia del culto de adoración.

El Rvdo. Sosa se formó teológicamente en el Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos (ISEDET), donde obtuvo su título de Bachiller en teología y posteriormente fue profesor emérito en las cátedras de Liturgia e Himnología. En 1962 fundó la Escuela de Música de la institución, y a partir de 1976 se integró a su equipo de producción adscrito al Departamento de Comunicaciones. En 1972 organizó el conjunto “Música para Todos”, que dirigió hasta 2003.

En el ámbito secular fue profesor de Dirección Coral en el Conservatorio Nacional de Música “Carlos López Buchardo” de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, durante 30 años.

Alcanzó un bachillerato en el área musical y una Maestría en Música Sacra. Fue uno de los primeros latinoamericanos en realizar estudios en Estados Unidos y en Alemania en el área de liturgia y música, tomando clases en el Westminster Choir College de la ciudad de Princeton en Nueva Jersey, la Hochschule für Musik (Universidad de la Música) en Berlín y la Escuela de Música Sacra del Seminario Unión en la ciudad de Nueva York. Además, estudió canto, órgano, dirección coral, Historia de la Música y análisis formal.

Sosa desarrolló una notable labor pedagógica en el área de música y liturgia dictando cursos y seminarios en Argentina, Brasil, Costa Rica, Bolivia, Japón, Suiza, Dinamarca, Filipinas, Canadá y Zimbabwe. Fue un incansable promotor de la inclusión de expresiones de las culturas locales en la música y la liturgia de la iglesia.

En el metodismo de habla hispana y más allá, se reconoce su labor en la producción de innumerables himnos y piezas musicales, con un contenido teológico enraizado en la teología wesleyana y latinoamericana contemporánea. Participó en la edición de varios himnarios y cancioneros, entre los cuales se destacan el “Cántico Nuevo” (1962), el “Cancionero Abierto” (1974) y “Canto y Fe de América Latina” (2005) en colaboración con otros colegas.

Tuvo un papel muy destacado en el ámbito de la liturgia a nivel internacional, entre otras cosas, por su participación como liturgista de la VI Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y como productor del himnario usado en esta reunión, que se llevó a cabo en Vancouver, Canadá, en 1983. Al respecto, Andrew Donaldson, ex consultor litúrgico del CMI expresó que esa asamblea: “significó un cambio en mi vida, motivado por la pasión y compasión de Sosa en su introspección de la cultura, las alegrías, los dolores y las luchas de la comunidad que originaba las canciones.”

En 2018 fue distinguido por la Sociedad de Himnología de EEUU y Canadá (The Hymn Society in the United States and Canada) con el título de “Fellow”, equivalente al de Miembro Pleno de dicha sociedad. Este reconocimiento de carácter vitalicio, el más alto otorgado por esta institución, respondió a su labor como compositor, profesor, director coral, músico eclesiástico y promotor cultural.

“Como director de ‘Música para Todos’, Sosa trabajó para derribar las barreras entre la música popular y la música clásica y facilitar el acceso a los diferentes géneros de música, superando divisiones culturales y denominacionales. Sosa es un intelectual incansable, que está siempre incorporando nuevas ideas, utilizando nuevos enfoques”, afirmó Donalson en el momento en que se le otorgó la distinción en 2018. La Hymn Society de EEUU y Canadá, fundada en 1922, es un organismo ecuménico de gente apasionada por los himnos y el canto congregacional.

Sosa fue compositor de reconocidos cantos de la liturgia y la himnología protestante latinoamericana, los cuales han sido traducidos al inglés, alemán, portugués, sueco, finlandés, chino y japonés. Entre las piezas musicales más conocidas se encuentran: “El cielo canta alegría” (1958), “Cristo vive” (1960), “Si fui motivo de dolor”(1960), “Miren qué bueno” (1970), “Gloria” (1978), “La bendición del Dios de Sara” (1988), “Este momento en punto” (1990) y, más recientemente, “Que esta Iglesia sea un árbol”, dada a conocer mundialmente en la Asamblea General del Consejo Mundial de Iglesias en Busan, Corea, 2013 y lema de la 46ta Asamblea Anual del Caucus Hispano-Latino de La Iglesia Metodista Unida (MARCHA-Metodistas Asociados por la Causa Hispano Americana), celebrada en la ciudad de Dallas en 2017.

En 2003 la editorial GIA Publications de la ciudad de Chicago, lanzó al mercado el disco “Este es el Día”, que contiene una recopilación de diecinueve canciones, presentadas en inglés y español, de las más conocidas de Sosa. La editorial calificó este material como “el legado e inspiración de Sosa para las futuras generaciones de compositores de música sagrada”.

En 2007 Sosa también escribió para la Iglesia Metodista Unida de EEUU, “Un canto de Libertad” (A Song of Freedom) que fue una guía para el estudio del movimiento misionero a través de sus canciones.

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