Tiempo de Oración – Propuesta semanal para el 30 de agosto
Encuentro con Dios
Alabad al Señor
Allí está Jesús,
Allí está Jesús hablando;
En el monte, en la campiña,
Cerca del mar; junto al Templo.
Si hablando no le creyeron,
Sus hechos lo lograrían.
/Jesucristo con tus hechos
Diste vida a tus palabras./
Allá va Jesús,
Allá va Jesús andando;
Junto a él por el camino,
Hombres, mujeres y niños.
Si viviendo lo negaron
Lo aceptarían muriendo.
/Jesucristo con tu muerte
Diste al mundo nueva vida./
Alberto Giacumbo / Pablo Sosa
Lectura del día
Mateo 16:13-20. Reina Valera Contemporánea (RVC)
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: « ¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?» Ellos dijeron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, que es Elías; y otros, que es Jeremías o alguno de los profetas.» Él les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Simón Pedro respondió: « ¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente!» Entonces Jesús le dijo: «Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no podrán vencerla. A ti te daré las llaves del reino de los cielos. Todo lo que ates en la tierra será atado en los cielos, y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos.» Entonces mandó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era Jesús, el Cristo.
Hoy, el evangelista, nos traslada la pregunta que Jesús hizo a los discípulos: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”… Y nosotras y nosotros reflexionamos: ¿Quién Jesús es para mí? ¿Qué significa en mi vida? ¿Qué significado tiene para mi comunidad?
Cada día que leemos su palabra con nuestra formación en la escuela dominical, o en algún movimiento donde participamos o en nuestra misma comunidad de fe… A pesar de ello, damos la impresión de que seguimos a Jesús sin conocerlo.
Seguimos acordándonos de Él en momentos concretos; como el tiempo de Navidad o Pascua, o también en la pena o en la alegría; sin embargo, no es el centro de nuestra vida.
Además, si no tenemos fe, si no notamos su presencia en nuestra vida, ―sólo en ciertas circunstancias; esto es una realidad que hay que tener en cuenta, es decir que no estamos bien cimentados; de ser así, estamos en arenas movedizas…
Cristo debe ser el pilar de nuestra vida, al menos de quienes nos llamamos cristianos y que además pertenecemos a una Comunidad de Fe, porque de Él viene la auténtica libertad.
Sin embargo, decimos amarlo, conocerlo, pero seguimos teniendo un culto vacío, aburrido porque no lo centramos en nuestra vida y mucho menos en la Palabra y el Sacramento.
Nos centramos en un intelectualismo sin contenido, sin compromiso con nuestra realidad. Y lo que es muy lamentable, olvidamos a la humanidad que sufre dolor, que sufre la pobreza y desesperante marginación…
Pero, a pesar de todo: “¡Ahí está Jesús el Cristo!” tal como dice la canción.
Ahora bien; podemos ver a Jesús como si viéramos al profeta Elías y no estaríamos equivocados, porque como Elías, Jesús enfrento al miedo y la muerte; sin embargo cumplió con su vocación o su llamado…A pesar de los riesgos, también podemos verlo como un profeta; pues, no se cansó de proclamar, en una sociedad hostil, que Amor y Justicia son sinónimos.
Pedro, “recibió las llaves”―no vamos a entrar en una discusión faraónica sobre este tema, que sin duda no nos vamos a ponernos de acuerdo. Los que vamos a rescatar de este maravilloso texto: «A tí te daré las llaves del reino de los cielos», precisamente, es Dios que nos entrega en mano las llaves del reino para abrir las puertas de nuestra Comunidad de Fe a una vida plena para todas y todos. Donde la justicia, la paz y el amor son el signo visible de su presencia.
De manera que, a nosotros nos toca abrir hoy las puertas de la nuestra Comunidad de Fe a las personas que están buscando a Jesús vivo y encarnado y también a la sociedad; y así, de esta manera, permitiremos que entre aire fresco, renovador… ¿Estamos dispuestas y dispuestos a tomar las llaves del Reino?.
Oración de la mañana
Oh Dios en este día, dame la fortaleza para vivir en novedad de vida; que no me acobarde antes las dificultades que aparezcan, ni resulte desleal a mis deberes. No permitas que si tengo que atravesar una situación difícil no pierda la fe; consérvame manso y limpio de corazón, a pesar de la ingratitud, la traición o la vileza. No permitas que dañe a otros; ayúdame a conservar limpio mi corazón y a vivir honesta y valientemente, para que ningún fracaso pueda desanimarme ni arrebatarme la alegría de una conciencia íntegra; en el nombre de nuestro Amigo Jesús, el Cristo. Amen.
Oremos por
- Por todos aquellas que sufren el desamparo y el olvido.
- Por las que son víctimas de toda clase de violencia.
- Para que la justicia sea real y esté presente en todo momento de nuestras vidas.
- Por la construcción de una paz verdadera.
- Por nuestras familias.
- Por la sanidad de nuestros enfermos.
- Para estar más atentos a las necesidades de quienes nos rodean.
- Por nuestras Iglesias en la que sus edificios están sufriendo problemas edilicios.
- Por las congregaciones que están presentando proyectos de misión, para seguir siendo testimonio en sus barrios y que sus edificios puedan ser sostenidos y preservados por sus comunidades.
- Por nuestro Obispo, electo en la XXV Asamblea General, año 2017el pastor Américo Jara Reyes;
- Agreguemos más motivos para orar en la semana…
Oración Nocturna
A concluir este día, oh Dios, tú que haces que todas las cosas cooperen para bien de aquellos que te aman, derrama en nuestros corazones un fuerte amor hacia ti, que los deseo que brotan sean inspirados por ti y no sean desviados por cualquier tentación. Amén.
Breviario Romano (s. XI)
SALMO 124
Si el Señor no hubiera estado de nuestro lado
—que lo reconozca el pueblo de Israel—,
si el Señor no hubiera estado de nuestro lado
cuando todo el mundo se levantó contra nosotros,
nos habrían tragado vivos,
pues su furia contra nosotros los quemaba;
¡nos habrían arrastrado como una inundación!,
¡nos habrían sepultado como un torrente!,
¡nos habrían ahogado como aguas impetuosas!
¡Bendito sea el Señor,
que no nos dejó caer en sus fauces!
¡Escapamos como escapa el ave de la red!
¡La red se abrió, y nosotros escapamos!
Nuestra ayuda viene del Señor,
creador del cielo y de la tierra.