Vasijas de barro – 1 de marzo
01 Mar 2021
en Espiritualidad y devoción
Paz y bien amada hermandad. Como siempre espero que estos textos breves nos animen e iluminen en nuestro andar los caminos del Señor como sus discípulas y discípulos. ¿Cómo vivenciar un desierto? Nos dice Ignacio Larrañaga que, «El único modo de vivificar las cosas de Dios es vivificando el corazón. Cuando el corazón se puebla de Dios, los hechos de la vida se llenan de encanto de Dios. Y el corazón se vivifica en los Tiempos Fuertes. Así hicieron profetas, santas y santos y sobre manera Jesús»
Que en nuestro ministerio reservemos siempre el tiempo necesario para estar con el Señor. Tiempos de fuertes de comunión, para orar y también para el necesario recupero del equilibrio emocional, de la unidad en el espíritu, de la calma y la paz. Es la única manera de no desintegrarse en la vorágine de la vida, en el vacío o el desencanto de la existencia. Te propongo que leas Éxodo capítulo 19 en donde el desierto es el lugar de la manifestación de Dios. También 1 Reyes 19: 3-15 donde Elías se encuentra con Dios en el Desierto. Y se lo deseas también Números 20: 1-13 en donde el Desierto es el lugar de la purificación. De algún modo el desierto se ofrece como la peregrinación del pueblo de Dios en la búsqueda del Rostro del Señor. Termino con la breve oración cantada de Taizé: «Te busco Señor, te ruego Señor. Clamo a ti óyeme. Te busco Señor, te ruego Señor. Ven escucha mi voz.»
Maranatha. ¡Sí el Señor viene!
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo