Tiempo de Oración – Propuesta semanal para el 7 de junio
Encuentro con Dios
Alabad al Señor
Soplo de Dios viviente
Soplo de Dios viviente,
que en el principio cubriste el agua;
soplo de Dios viviente,
que fecundaste la creación.
Ven hoy a nuestras almas,
infúndenos tus dones,
soplo de Dios viviente,
¡oh Santo Espíritu del Señor!
Soplo de Dios viviente,
por quien el Hijo se hizo hombre,
soplo de Dios viviente,
que renovaste la creación.
Soplo de Dios viviente,
por quien nacemos en el bautismo,
soplo de Dios viviente,
que consagraste la creación.
Lectura del día
Juan 7:37 (RVC)
En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y en voz alta dijo: «Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 Del interior del que cree en mí, correrán ríos de agua viva, como dice la Escritura.» 39 Jesús se refería al Espíritu que recibirían los que creyeran en él. El Espíritu aún no había venido, porque Jesús aún no había sido glorificado..
En este tiempo de Pentecostés, Juan se adelanta y nos enseña que esto no podía suceder antes de la muerte y resurrección de Cristo; sin embargo antes de la llegada de Jesús, las Escrituras decían que «el espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.» (Gen. 1:2) Es decir que el Espíritu Santo nunca dejó de estar, nunca dejo de comunicarse.
Por otro lado; en el último día de la fiesta de los tabernáculos, los judíos sacaban agua y la derramaban delante de Yahvé. Se supone que Cristo hizo alusión a esto. Es decir que el Espíritu Santo se desliza, como al principio, sobre las personas con un corazón lleno de fe –en el pasado estaba presente con las y los héroes, mártires, y en las santas y santos.
Hoy se presenta y se moviliza en las inquietudes de la juventud, en las aspiraciones de las masas, en los movimientos de liberación, en las comunidades de fe que aman y sirven a todas las personas sin hacer diferencia alguna.
En Cristo hay plenitud de vida, gracia sobre gracia; por lo tanto el Espíritu Santo que habita y trabaja en las personas creyentes, es como una fuente de vida, de agua corriente, en donde el agua fluye abundantemente, sin parar…
¡Qué maravillosa realidad de nuestro ser cristiano! Por el don del Espíritu Santo, hemos sido constituidos en verdaderos hijas e hijos de Dios, como nos recuerda san Juan; de manera apasionada, en su primera epístola: «Miren cuánto nos ama el Padre, que nos ha concedido ser llamados hijos de Dios». (I Jn 3, 1).
Esto ha sucedido y sigue sucediendo, gracias a la generosidad, la alegría y el entusiasmo del Espíritu Santo sobre nuestras vidas. De manera que no hay ley ni poder humano que pueda invalidar esto. Demos gracias a Dios por ellos.
Oración de la mañana
Ven Espíritu Creador; visita las almas de tus fieles.
Llena de la divina gracia los corazones que Tú mismo has creado.
Enciende con tu luz nuestros sentidos, infunde tu amor en nuestros corazones y con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra frágil carne.
Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto tu paz, siendo Tú mismo nuestro guía evitaremos todo lo que es nocivo.
Gloria a Dios Padre
Y al Hijo que resucitó de entre los muertos,
Y al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos.
Veni Creator Spiritus himno latino s. IX se le atribuye a Rabano Mauro.
Oremos por
- Por todos aquellas que sufren el desamparo y el olvido.
- Por las que son víctimas de toda clase de violencia.
- Para que la justicia sea real y esté presente en todo momento de nuestras vidas.
- Por la construcción de una paz verdadera.
- Por nuestras familias.
- Por la sanidad de nuestros enfermos.
- Para estar más atentos a las necesidades de quienes nos rodean.
- Por nuestras congregaciones y el trabajo testimonial de éstas.
- Por los hogares de niñas y niños de la Fundación Nicolás Lowe
- Oremos por nuestras instituciones educativas en Buenos Aires:
- Colegio Ward,
- Instituto Alberto Schweitzer,
- Escuela William Morris,
- Escuela Juana Manso,
- Jardín de Infantes Arco Iris.
- Agreguemos más motivos para orar en la semana…
Oración Nocturna
¡Oh llama de amor viva! Que tiernamente hieres
De mi alma en el más profundo centro.
Pues ya no eres esquiva, acaba ya, si quieres;
¡Rompe la tela de este dulce encuentro!
SAN JUAN DE LA CRUZ (1542-1591)
Salmo 51:1, 10-12. (RVC)
Dios mío, por tu gran misericordia, ¡ten piedad de mí!;
por tu infinita bondad, ¡borra mis rebeliones!
Dios mío, ¡crea en mí un corazón limpio!
¡Renueva en mí un espíritu de rectitud!
¡No me despidas de tu presencia,
ni quites de mí tu santo espíritu!
¡Devuélveme el gozo de tu salvación!
¡Dame un espíritu dispuesto a obedecerte!