Recursos litúrgicos y pastorales – diciembre 2020 y enero 2021 – ADVIENTO, NAVIDAD Y EPIFANÍA

16 Nov 2020
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Recursos litúrgicos y pastorales – diciembre 2020 y enero 2021 – ADVIENTO, NAVIDAD Y EPIFANÍA

Diciembre 2020 a enero 2021 (Ciclo B)


Querida gente litúrgica y pastoral,
Con más tiempo para ampliar la edición de 2017-2018 de los materiales, les hacemos llegar esta nueva entrega de los Recursos para los tiempos de Adviento, Navidad y Epifanía, con
  • nuevos materiales bíblicos, incluyendo textos sobre los Evangelios, los textos del AT y de las Epístolas, excepto en los Recursos sugeridos para la Fiesta de Reyes, que van con comentarios solo sobre los textos sugeridos para el Evangelio… por si ustedes preparan algo para esa ocasión.
  • algunos nuevos materiales para la acción pastoral,
  • otros nuevos para la liturgia del culto comunitario
  • y muchas más sugerencias musicales, algunas partituras y algunos videos, con datos más completos sobre los autores y autoras.
  • Todo ello en versión Word que les permite cortar y editar fácilmente, y en versión PDF que se va a mantener sin desbaratarse la edición original
Esperando que el Señor los aliente para esta tarea evangelizadora y contenedora para seguir construyendo la casa abierta de nuestras comunidades, les saludamos fraternalmente.
Guido y Laura

Recompensa del culto cristiano


Todo quedaría falseado si se buscara la recompensa en el culto, pero también se falsearía todo si no se recibiera el culto como una gracia, como una recompensa gratuita, buena y hermosa como todo lo referente a la gracia. Esta es la capacidad del culto de inspirar la cultura o de provocar una nueva cultura. Cuando se celebra como el Señor quiere, el culto se convierte en un hogar cultural de importancia decisiva, porque posee el poder de purificación, de expresión y de compromiso. Señalo tres aspectos de este problema.

En primer lugar, el culto es una escuela de gusto. Como afirma Max Thurian, “la liturgia es el lugar privilegiado donde se forja la expresión estética cristiana, en las dimensiones que le propone la simplicidad evangélica. La liturgia sola, vivida verdaderamente como una acción de gracias del pueblo cristiano, en palabras, en gestos, en formas y en colores, abre a la vida estética un campo de acción y le ofrece una inspiración enriquecida sin cesar, que no es solo religiosa, sino universal y cósmica; esto es tan cierto como que en la liturgia, cuya trama la forman los salmos, toda la creación, con sus luces y sombras, se encuentra reunida en Cristo, en un sacrificio de alabanza. Por ser la liturgia una acción de gracias permite el desarrollo de la vida estética de la Iglesia. Pues el arte es esencialmente don de sí, bajo la forma de la belleza.”

Pero si el culto forma el gusto de los fieles, también el culto purifica la cultura humana de sus distorsiones, de su autojustificación y de su desarmonía. Cuando la iglesia se niega a acoger esta recompensa de su culto o cuando el mundo no admite dejarse interrogar por el evangelio e inspirarse en él, se presenta el caos. La palabra se depura al convertirse en vehículo del evangelio y de la oración. La música se depura con los himnos, salmos, doxologías y alabanzas. Los colores también, al convertirse en una refracción simbólica de la luz deslumbradora del evangelio. La arquitectura se purifica al convertirse en construcción del lugar del encuentro vivo entre Dios y su pueblo. La danza se depura como movimiento de alabanza y comunión, etc.

¿De dónde viene, pues, el hecho de que el culto se convierta también en el lugar privilegiado del peor gusto y más injurioso para la gracia y la esperanza cristianas? La respuesta es simple. El mal gusto invade el culto en dos situaciones: cuando la fe comunitaria de la Iglesia se empobrece para dar sitio a la yuxtaposición de creencias individuales, cada una con sus reivindicaciones propias, nacidas de la soledad y del orgullo; o cuando la liturgia renuncia a formar la cultura ambiental soportándola con la excusa de acoger con amor los suspiros del mundo. En este caso la fe no es un filtro, sino un embudo.

En segundo lugar, el culto es el convocador del arte y su justificación. El culto es una llamada de las cosas para poder expresarse litúrgicamente, encontrando su razón de ser en la alabanza para la que están hechas. Pero aún más: el culto es el lugar que permite al arte encontrar su función propia, es el misterio donde el arte encuentra su justificación y su libertad. Por cierto, el arte no será siempre “religioso”: siempre habrá otros poemas distintos de los himnos, otras músicas distintas de los cánticos, otros edificios distintos de los templos, como es necesario que haya lunes, martes y miércoles después del domingo, como hay trabajos y alegrías humanas, luchas e investigaciones al lado del culto dominical. Pero de la misma manera que esos trabajos y esas alegrías se justifican y santifican gracias al culto, lo mismo que los días de la semana gracias al domingo, así también todas las expresiones artísticas han encontrado en el culto su tierra prometida, su origen verdadero y su verdadero destino.

Finalmente, el culto es formador de cultura porque inspira la vida política y social, es el punto de referencia del orden y de la libertad, de la justicia y de la paz. Lo es porque celebra la verdadera jerarquía de las cosas, porque confiesa el señorío de Cristo y porque testimonia la gracia inusitada de que esa jerarquía no absorbe todo sobre lo que se extiende: por el contrario, lo funda y respeta su libertad. De ahí que sean posibles vocaciones diversas, de ahí el cuidado de los débiles, el descubrimiento de los verdaderos derechos humanos, los intentos de entendimiento y reconciliación entre las gentes.

Evidentemente, el mundo ignora que uniéndose al culto de la Iglesia se junta a lo que preserva y garantiza. Pero la Iglesia tiene el derecho de saberlo, no para abusar o aprovecharse de él, sino para no dejar de alegrarse del servicio político y social que ofrece al mundo, directa o indirectamente.

Pero, una vez más, no es la formación del gusto, ni la justificación del arte, ni la protección del mundo lo que busca la Iglesia en su formulación litúrgica. Por medio del culto busca celebrar por el Espíritu el amor del Padre manifestado en el Hijo. La Iglesia aprende, sorprendida, que Dios recompensa este intento permitiéndole ser reformadora de cultura, y lugar de belleza y bondad. Sería una ingrata si no se alegrase por esto.

Continuamos el texto del pastor reformado Jean Jacques von Allmen, El culto Cristiano, su esencia y su celebración, Sígueme, Salamanca,1968, pp 109-112. Resumen y adaptación de GBH.

El tiempo de Adviento


El año litúrgico comienza con el tiempo del adviento, término que significa advenimiento o hacia la venida; procede del verbo venir. En el lenguaje religioso pagano, adventus indicaba la venida periódica de Dios y su presencia teofánica en el templo. Es, pues, retorno o aniversario. Desde el punto de vista cristiano, adventus era la última venida del Señor, al final de los tiempos. Pero al aparecer las fiestas de la navidad y la epifanía, significó también la venida de Jesús en la humildad de la carne. Estas dos venidas (la de Belén y la última) se consideran como una única venida, desdoblada en dos etapas. Esta doble dimensión de espera caracteriza todo el adviento.

Adviento es el tiempo litúrgico que precede, como preparación, a la fiesta de navidad. Nació en el siglo IV con tres semanas de duración, a imitación de la cuaresma, o de las tres semanas de preparación pascual. La duración del adviento variaba, según las iglesias, entre tres y seis semanas. Se caracterizó en unos sitios por la penitencia (las Galias) y en otros por la alegría (Roma). En todo caso, el aspecto de la espera prevaleció sobre el de la preparación.

Casiano Floristán, en Diccionario abreviado de pastoral, Verbo Divino, España, 1999, ver Adviento.

Adviento y liturgia

La espiritualidad del Adviento combina dos grandes temas: la preparación para celebrar el nacimiento de Cristo –primera venida– y la espera de su venida gloriosa al final de los tiempos.
(Augé 1996)

El adviento anuncia la tensión entre el ya de la salvación cumplida en Cristo y el todavía no de la manifestación plena de la salvación. La espera del tiempo nuevo no es una actitud pasiva. Esperamos el mundo nuevo preparando las condiciones para su alumbramiento. La esperanza escatológica se alimenta de las acciones concretas que cristianos y cristianas realizan para anticipar ese mundo justo y fraterno que soñamos. Es por esta razón que el Adviento también apunta hacia el carácter misionero de la Iglesia. En tanto celebra la primera venida de Cristo y aguarda su regreso, la iglesia actúa.
(Amós López)


En el archivo encontrará

  • Orientaciones para la predicación
  • Orientaciones para la acción pastoral
  • Orientaciones para la liturgia del culto comunitario

Domingos

  • 29 de Noviembre 2020 – Primer domingo de Adviento (Morado) – Ciclo litúrgico B
    Martes 1 – DÍA MUNDIAL DE LUCHA CONTRA EL SIDA. – ARG: DÍA DEL AMA DE CASA
    JUEVES 3 – DIA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD – ARG: DÍA DEL MÉDICO
  • 6 de Diciembre 2020 – Segundo domingo de Adviento (Morado)
    MIE 9 – ARG: DÍA DE LA INFORMÁTICA
    JUE 10 – DÍA UNIVERSAL DE LA DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS
  • 13 de Diciembre 2020 – Tercer domingo de Adviento (Morado)
  • 20 de Diciembre 2020 – Cuarto domingo de Adviento (Morado)
    LUNES 21 – COMIENZA EL VERANO
  • 24 de Diciembre 2020 – Celebración familiar de la Nochebuena 2020
  • 25 de Diciembre 2020 – Navidad del Señor (Blanco)
  • 27 de Diciembre 2020 – Primer domingo después de Navidad (Blanco)
  • 3 de enero 2020 – Segundo domingo después de Navidad (Blanco)
  • Miérc. 6 de Enero 2021 Fiesta de los Reyes: Epifanía o Manifestación del Señor (Blanco)
  • 10 de Enero 2021 – Bautismo del Señor – Primer domingo después de Epifanía (Blanco)
  • 17 de Enero 2021 – Segundo domingo después de Epifanía (Verde)
  • 24 de Enero 2021 – Tercer domingo después de Epifanía (Blanco)
  • 31 de Enero 2021 – Cuarto domingo después de Epifanía (Verde)


Esta ha sido una nueva entrega de recursos litúrgicos y pastorales para los tiempos de Adviento, Navidad y Epifanía, meses de Noviembre 2020 a Enero 2021 (Ciclo B). Reedición de 2017-2018 con nuevos materiales, incluyendo sugerencias de recursos musicales.

  • para hermanos y hermanas encargados del ministerio de la Palabra,
  • realizando trabajos pastorales en amplio sentido y con distintos grupos
  • y a encargados y encargadas de la liturgia del culto comunitario.

Cotejando el “Leccionario Común Revisado”, con el también editado por la agenda y leccionario de la IEMA y otros de iglesias hermanas. Nos permitimos algunos cambios en la longitud de los textos y proponiendo otras alternativas.

Este material circula en forma gratuita y solamente en ámbitos pastorales, dando crédito a todos los autores hasta donde los conocemos, valorando mucho su disponibilidad.

Agradecemos todos los materiales que hemos usado –ya disponibles en varias redes–, como aportes para estos “recursos”.

Las indicaciones de las fuentes, especialmente las musicales, son:

  • CA – Cancionero Abierto, ISEDET.
  • CFCanto y Fe de América Latina, Igl. Evangélica del Río de la Plata.
  • HCN – Himnario Cántico Nuevo, Methopress.
  • MV – Mil Voces para Celebrar, himnario de las comunidades metodistas hispanas, USA.
  • Red Crearte, https://redcrearte.org.ar/
  • Red de Liturgia del CLAI: www.reddeliturgia.org
  • Red Selah: www.webselah.com

Fraternalmente, Laura D’Angiola y Guido Bello, desde la congregación metodista de Temperley, Buenos Aires Sur.

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