28 – Yo soy la luz del mundo

12 Mar 2019
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28 – Yo soy la luz del mundo

Guías Metodológicas


Libro de actividades 28


Juan 8:12


Esta presentación de Jesús como el YO SOY… está seguida de una invitación que es seguir a Jesús. Seguir a Jesús es compartir su vida y su resurrección. Es la luz que alumbra el camino que es Él mismo.


¿Qué queremos lograr?


  • Descubrir que Jesús ilumina tu vida, dándote la seguridad de su amor hacia ti y hacia los demás.
  • Reconocer con gratitud que Dios renueva nuestra conciencia para corregir nuestros errores y crecer en la fe.


Índice



./ niñas/os no lectores

Contar la historia bíblica de la siguiente manera:

Luciana ya estaba en su cama a punto de dormirse. A la mañana se tenía que levantar temprano para ir al jardín. Justo cuando estaba casi, casi dormida empezó a llover. Cada vez era más fuerte y luego de unos minutos empezaron a sonar unos truenos que parecía que se caía el cielo. También se veían los rayos y Luciana ya no pudo dormir más. Al principio se tapó con las sábanas, tanto se tapó que no se le veían ni los pelos, ni la punta del dedo gordo del pie. Pero no le alcanzaba, tenía tanto miedo que algunas lagrimitas empezaron a correr por sus mejillas, tanto susto que casi, casi se hace pis encima. Antes de que eso pasara pegó un salto y salió corriendo a buscar a su mamá. Cuando la mamá la abrazó Luciana temblaba y ¿saben una cosa? su perrito que sólo tenía 5 meses también temblaba del susto, para colmo ¡zas! se cortó la luz. Su mamá entonces al verla tan asustada le contó que Jesús dijo: «Yo soy la luz». Y aunque la luz se corte y los truenos sean fuertes nosotros sabemos que Jesús es nuestra luz, que nos ayuda a que el miedo se vaya porque él está con nosotros. La mamá de Luci la acompañó hasta la cama, la tomó de las manos y juntas oraron pidiendo a Dios que las cuidara mucho.

Luciana ya no tuvo miedo o muy poquito. Cerró los ojos y cuando estaba por dormirse se acordó de su perrito y le dijo: «Jesús es nuestra luz, no tengas miedo». Y allí Luci se durmió hasta que salió el sol a la mañana siguiente.


Preguntar qué le pasó a Luciana, ¿qué hizo su mamá? ¿Qué hizo Luciana con su perrito? ¿Qué dijo Jesús? ¿Ustedes tienen miedo cuando está todo oscuro? Ahora que conocen lo que dijo Jesús ¿qué pueden hacer?

Explicar que él siempre está a nuestro lado, nos cuida y nos protege y que si hacemos lo que él nos enseña caminamos en un camino que no tiene oscuridad.

Pedir que dibujen el cuento. Para esto les vamos a entregar una hoja dividida por una línea en dos partes. En la parte derecha de la hoja dibujarán la porción del cuento que les dio más miedo a ellos, del otro lado la hoja estará escrita en la parte superior JESÚS DIJO: «YO SOY LA LUZ». Pedirles que en esa parte dibujen a Luci orando con su mamá o acostada durmiendo junto al perrito.

ORAR.-

 

./ niñas/os lectores menores

¿Quién le tiene miedo a la oscuridad? ¿Por qué? ¿Disfruto estando en la oscuridad? ¿Qué cosas puedo hacer cuando todo está oscuro? ¿Qué cosas puedo hacer cuando tengo luz?

Hacer juegos recreativos (tipo gallito ciego).

Decir: La luz agrega actividad en mi vida (da sentido) y quita los miedos que tengo. Esto es lo que hace Jesús en mi vida.

Trabajar la oposición luz-oscuridad con velas. Mostrar cuántas cosas puedo ver y con qué claridad según la luz que me alumbre, finalmente se cuenta que fue Jesús quien dijo: “Yo soy la luz”, porque él nos muestra todo lo lindo que podemos disfrutar, y también darnos cuenta de dónde podemos tropezar y caernos, si estamos en la oscuridad. ¡Gracias a Dios por Jesús que es nuestra luz!

 

Contar el texto bíblico.

Hacer portavelas con masa de sal o Crealina para pintar después (comprar velas chiquitas para agregarles).
  Imprimir 1: A pintar (Libro de Actividades)

ORAR.-

 

./ niñas/os lectores mayores

¿Trataste de andar en tu casa con las luces apagadas? ¿Te pegaste en tu dedo gordo o te pegaste en la pared? En nuestra historia de la Biblia esta semana, Jesús habla de no andar en la oscuridad jamás.

Preguntar por qué la luz es esencial para la vida, si el sol jugara a no salir más, el mundo no sería el mismo, porque la fuerza de la luz del sol, hace que la naturaleza tenga vida. Comentar la necesidad de luz que tienen las plantas.

Conversar con los chicos sobre la luz del sol y la luz de la luna, sobre la luz y la oscuridad. En la luz todo se ve – En la oscuridad no se encuentran las cosas, te podés caer si no ves lo que hay delante de ti. La luz te da seguridad. La oscuridad te da miedo.

 

Leer el texto bíblico.

Jesús dice: Yo soy la luz del mundo, el que me sigue tendrá la luz que da la vida y nunca andará en la oscuridad (Juan 8:12). Jesús quiere que caminemos con él por la luz, sobre todo por lo que dice la primera Carta de Juan 1: 5 – 7.

Jugar a pasar por determinados obstáculos (subir a una silla, un banco, pasarlo por debajo, etc) con los ojos cerrados y que otro amiguito nos lleve de la mano.

Cuando no vemos, el amigo que nos lleva de la mano nos permite caminar con confianza, ¡es como tener luz en nuestra mente! Por eso seguimos lo que Jesús nos dice para andar en la luz.

Hacer farolitos de papel, Como si fuera la Usina de Dios de donde tomamos la luz.

 

En el encuentro anterior Jesús decía que era el Camino, y ahora le agrega la Luz a ese camino; así es el amor de Dios, siempre cuidándonos para que estemos seguros.

Agregar un lindo sol al camino de tela hecho en la clase pasada.

 

ORAR.-

 

./ adolescentes

Leer el texto bíblico Juan 8: 12

Hablar de la luna y el sol, de lo que significa para todo lo que es ser viviente la luz del sol y lo que significa la luz de la luna.

Conversar sobre algunas personas que decidieron tener la luz de Jesús, como él nos invita en ese texto de Juan. Hay ejemplos lejanos y cercanos, seguramente ustedes conocerán algunos que sería muy bueno recuperar.


Hoy les proponemos conocer a un doctor, Enrique Cichetti y a un joven militante social, el Pocho Lepratti. Los dos de mucha fe, trabajaron por los más pobres en distintos lugares de nuestro país. El Dr. Cichetti vivía en Córdoba pero se trasladó al Chaco, Castelli, para trabajar desde allí con los Qom, pueblo originario también llamado Toba, que no tenía quién atendiera su salud, principalmente la tuberculosis. El Pocho, que nació y se crió en Concepción del Uruguay, fue a estudiar a Rosario y allí conoció en el Barrio Ludueña, un grupo de adolescentes y niños muy pobres con los cuales trabajó mucho ocupándose de que recibieran comida, educación y entretenimiento.

Al Pocho lo mató injustamente la policía mientras intentaba proteger a un grupo de chicos que comían en el comedor de la escuela, en días de luchas, saqueos por comida de personas muy desesperadas. Dicen que subió al techo de la escuela y gritó: “No tiren que aquí solo hay pibes comiendo”.

Los dos han dejado su luz en lo que iniciaron. En el Chaco se formó la Junta Unida de Misiones, allí quedó un hospital, una escuela bilingüe-bicultural en el Paraje El Colchón y muchas iglesias comprometidas con una vida mejor para los Qom. En Rosario y muchos otros lugares del país se sigue recordando al “ángel de la bicicleta” como se lo llama al Pocho. Se dibujan por todas partes bicicletas con alas. También cuentan que su mamá plantó en su jardín de Concepción del Uruguay un cantero con flores rojas de lino que visto desde el cielo (un avión o un monte) dice: “VIVE”.


¿Conocen la canción de León Gieco, El ángel de la bicicleta? (Si tiene la canción y posibilidades de reproducirla, escúchenla). La última parte dice así:

“Cambiamos buenas por malas,

y al ángel de la bicicleta lo hicimos de lata.

Felicidad por llanto,

ni la vida ni la muerte se rinden

con sus cunas y sus cruces.

Voy a cubrir tu lucha más que con flores,

voy a cuidar tu bondad más que con plegarias.

¡Bajen las armas

Que aquí solo hay pibes comiendo!

Cambiamos ojos por cielo,

sus palabras tan dulces, tan claras,

cambiamos por truenos.

Sacamos cuerpo, pusimos alas,

y ahora vemos una bicicleta alada que viaja

por esquinas del barrio, por calles,

por paredes de baños y cárceles.

¡Bajen las armas

Que aquí solo hay pibes comiendo!”

¿Conocen ustedes otras personas que decidieron llevar la luz de Jesús trabajando para mejorar su vida y la de los demás? ¿Qué podemos hacer nosotros por llevar esa luz?

Hagamos una lista y oremos por todos ellos y por nosotros.

Como líderes, propongámonos destacar las señales de luz que encontramos en las experiencias de nuestros adolescentes, por ejemplo: la rifa que hicieron para ayudar a los vecinos que se inundaron; o cuando se enojaron con esos chicos que se burlaron de ese compañero porque es diferente; o cuando ayudaron a resolver un conflicto en el grupo, o cuando se encargaron de lavar todos los platos después del cumpleaños de mamá; o se atrevieron a decirle al Director del colegio que habían sido ellos los responsables de haber cortado la luz, cuando ya habían sancionado a un compañero inocente…

Dar tiempo a que los adolescentes se expresen, en primer lugar valorando esas experiencias positivas.

Cuando se refieran a experiencias negativas, hacer el juego de tapar las ventanas o cortinas, señalando la oscuridad. esperar porque no es fácil decir ciertas cosas. Invitar a un momento de oración, terminar abriendo las ventanas a la luz, dándole gracias a Jesús, nuestra luz.

Después del gesto puede haber un momento festivo, donde se den la paz o cantar una canción “con mucha fuerza”

 

Animar a que digan cuáles son las cosas que tenemos claras como la luz del sol.

Cerrar con canción y oración de gratitud.

 

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