24 – Jesús me busca: La oveja perdida
Guías Metodológicas
Libro de actividades 24
Lucas 15:1-7
Jesús tenía una preocupación muy especial por aquellas personas que la sociedad marginaba y dejaba de lado por considerarlas menos importantes que otras. Los recaudadores de impuestos eran considerados personas deshonestas e inmorales y los fariseos los tildaban de pecadores y no querían ni juntarse con ellos. Esta parábola nos enseña que cuando las personas están viviendo mal, tristes y rechazadas, Dios las busca y cuando las encuentra, él se regocija con mucha alegría. Era muy común encontrar incluso hoy, en el campo, un rebaño con 100 ovejas y por lo general de noche se las contaban para ver si faltaba alguna. En esta comparación se destaca que Jesús, el buen pastor, busca a su oveja perdida, es decir a toda la gente. Esta búsqueda nos muestra cómo Dios nos ama y Él mismo se ocupa de buscarnos con compasión para que cambiemos nuestro estilo de vida y nos volvamos a Él.
Una de las experiencias más grandes en la vida cristiana es saber que somos amados por Dios, nuestro Padre eterno. La parábola de hoy nos muestra que somos muy valiosos para Dios, nadie busca lo que no tiene valor y si el Señor nos busca es que somos muy valiosos.¿Qué hizo la oveja para que el pastor la buscara? No era la mejor oveja, ni la más gorda, ni la más valiosa. Solamente estaba perdida. Jesucristo, el Buen Pastor, nos busca cuando estamos perdidos. Al mismo tiempo el amor de Dios nos motiva a amar a otros y aún a aquellos que no conocen a Dios.
¿Qué queremos lograr?
- Comprender que Dios nos ama y nos busca y se alegra mucho al encontrarnos.
- Aprender que Dios se interesa por cada uno y por cada una de nuestras necesidades.
Índice
./ niñas/os no lectores
Contar la historia bíblica:
Jesús contó esta historia para que supiéramos que Dios nos ama mucho. Había una vez un pastor que tenía cien ovejas. Todas las noches el pastor contaba las ovejas cuando regresaban al redil. Él quería asegurase de que todas estuvieran allí. Una, dos, tres, cuatro…noventa siete, noventa y ocho, noventa y nueve, cien.
Una noche, el pastor volvió a contar las ovejas. Una, dos, tres, cuatro…noventa y siete, noventa y ocho, noventa y nueve y… ¡sólo había noventa y nueve! Las contó de nuevo para asegurarse que no se había equivocado.¡todavía faltaba una oveja¡ El pastor dejó a las otras noventa y nueve y se fue a buscar a la oveja perdida. De pronto, el pastor escuchó cuidadosamente. Escuchó el mismo sonido otra vez:”¡Beeee, beeeee! ¡Era su oveja perdida! El pastor siguió el balido. Allí estaba su ovejita perdida, enredada en las espinas de un arbusto. Suavemente, el pastor la liberó de las espinas puntiagudas. La levantó, la cargó por todo el camino hasta el pie de la montaña. El pastor colocó a la oveja en el corral con el resto del rebaño. Luego el pastor contó: una, dos, tres, cuatro…, noventa y siete, noventa ocho, noventa y nueve y cien.
Todas sus ovejas estaban en el corral. ¡El pastor se puso muy contento! ¡Encontré mi oveja perdida! ¡Bravo! ¡Tendremos que celebrarlo!
Decir que así, de la misma manera Dios se pone contento cuando nos encuentra, Cuando nos sentimos mal porque pensamos que nadie nos quiere, y nos sentimos perdidos, podemos estar seguros de que Dios nos quiere y nos está buscando. Y hasta cuando a veces hacemos cosas que están mal (pegar, no compartir, mentir) él nos busca, nos perdona y nos enseña a buscar la vida en la comunidad de su amor, como la ovejita que se había separado de las demás
Cortar una máscara en papel grueso con forma de oveja. Hacer un orificio bastante grande para el rostro de cada uno, es decir, la máscara será sólo el contorno de su cara. Entrega a los chicos pedacitos de algodón para que los peguen en el borde, alrededor de la máscara En forma de bolita. Luego pegar en la parte inferior de la máscara un palito de helado
Imprimir 2: A pintar (Libro de Actividades)ORAR.- dando gracias porque Dios nos ama y nos cuida siempre.
./ niñas/os lectores menores
Entregar a cada niño un rompecabezas para que los arme, pero debe faltarle una pieza que la guardaremos para entregársela más tarde. Esconder la pieza de cada rompecabezas en el salón o lugar donde se reúnan. Pedir que armen el rompecabezas y luego buscar la pieza que les falta.
¿Qué sentiste cuándo faltaba una pieza a tu rompecabezas? ¿Y cuándo la encontraste?
Comentar: en la Biblia hay una historia que cuenta lo feliz que se pone Dios cuándo encuentra a alguien que estaba perdido.
Contar la historia bíblica:
Jesús contó esta historia para que supiéramos que Dios nos ama mucho. Había una vez un pastor que tenía cien ovejas. Todas las noches el pastor contaba las ovejas cuando regresaban al redil. Él quería asegurase de que todas estuvieran allí. Una, dos, tres, cuatro…, noventa siete, noventa y ocho, noventa y nueve, cien.
Una noche, el pastor contó las ovejas. Una, dos, tres, cuatro…noventa y siete, noventa y ocho, noventa y nueve y…¡sólo había noventa y nueve! Las contó de nuevo para asegurarse que no se había equivocado.¡Todavía faltaba una oveja ¡El pastor dejó a las otras noventa y nueve y se fue a buscar a la oveja perdida. De pronto, el pastor escuchó cuidadosamente. Escuchó el mismo sonido otra vez.”¡Beeee, beeeee! ¡Era su oveja perdida! El pastor siguió el balido. Allí estaba su ovejita perdida, enredada en las espinas de un arbusto. Suavemente, el pastor la liberó de las espinas puntiagudas. La levantó, la cargó por todo el camino hasta el pie de la montaña. El pastor colocó a la oveja en el corral con el resto del rebaño. Luego el pastor contó…una, dos, tres, cuatro…noventa y siete, noventa ocho, noventa y nueve y cien.
Todas sus ovejas estaban en el corral. ¡El pastor se puso muy contento! ¡Encontré mi oveja perdida! ¡Bravo! ¡Tendremos que celebrarlo!
Comentar que Jesús comparó a sus discípulos con ovejas, que necesitan su cuidado y amor. Todos lo que creen en Él y son queridos por Jesús, son como el rebaño de ovejas. Por eso, cuando una persona deja de sentirse querida y cuidada, Jesús lo compara con una oveja perdida. Los fariseos y maestros de la ley se creían mejores que cualquier otra persona, se sentían superiores y despreciaban a los que estaban mal en la vida, y les iba mal en todo. Por eso cuando Jesús se reunía con personas pecadoras y de mala fama, estos fariseos y maestros de la ley se enojaban mucho con él.
Pero para Jesús esas personas eran las que más necesitaban su compañía y enseñanza. Los fariseos y los maestros de la ley no debían enojarse, sino alegrarse y buscar también a esa persona para hablarles hablarles del amor de Dios y que pudieran sentirse queridos y cuidados, y entonces iban a querer vivir unidas a Dios –como en un rebaño, en unidad.
Destacar la idea de la felicidad del pastor que dice que va a celebrar por haber encontrado su oveja
¿Qué tenés que recordar cuando te sientas triste, rechazado, incomprendido? ¿Qué cosas te parece que no tenés que hacer más porque te alejan del amor de Dios? ¿Qué cosas te acercan al Señor?
./ niñas/os lectores mayores
Entregar a cada niño un rompecabezas para que lo arme pero debe faltarle una pieza que la guardaremos para entregársela más tarde. Esconder la pieza de cada rompecabezas en el salón o lugar donde se reúnan.
¿Qué sentiste cuándo faltaba una pieza a tu rompecabezas? ¿Y cuándo la encontraste?
Decir: en la Biblia hay una historia que cuenta lo feliz que se pone Dios cuándo encuentra a alguien que estaba perdido, que necesita su cuidado y su amor. Todos lo que creen en él y son queridos por Jesús, son como su rebaño de ovejas, que están unidos y cuidados por su pastor.
Leer la historia de la Biblia.
¿Con quiénes estaba Jesús? ¿Por qué los maestros de la ley se enojaban con Jesús? ¿Qué quiere enseñar Jesús con esta historia? ¿Cómo se sentía el pastor después de rescatar a su ovejita?
Decir que Jesús comparó a sus discípulos con ovejas, que necesitan su cuidado y amor. Todos lo que creen en Él y son queridos por Jesús, son como el rebaño de ovejas, que necesitan su cuidado y su amor Todos lo que creen en él y son queridos por Jesús, son como su rebaño de ovejas.
Por eso, cuando una persona deja de sentirse querida y cuidada, Jesús lo compara con una oveja perdida. Los fariseos y maestros de la ley se creían mejores que cualquier persona, se sentían superiores y despreciaban a los que estaban mal en la vida, y les iba mal en todo. Por eso cuando Jesús se reunía con personas pecadoras y de mala fama –que estaban viviendo mal, tristes y rechazados– estos fariseos y maestros de la ley se enojaban mucho con él.
Destacar la felicidad del pastor por haber encontrado su oveja perdida.
¿Qué cosas te parece que tenés que hacer para disfrutar del cuidado y del amor de Dios? ¿Qué debes evitar para quedarte como una ovejita perdida?
Imprimir 3 y 4: Sopa de letras y juego (Libro de Actividades)ORAR.-
./ adolescentes
Pedir que armen el rompecabezas y luego buscar la pieza que les falta.
¿Qué sentiste cuándo faltaba una pieza a tu rompecabezas? ¿Y cuándo la encontraste?
Decir: en la Biblia hay una historia que cuenta lo feliz que se pone Dios cuándo encuentra a alguien que estaba perdido
Leer la historia de la Biblia.
¿Con quiénes estaba Jesús? ¿Por qué los maestros de la ley se enojaban con Jesús? ¿Qué quiere enseñar Jesús con esta historia? *Preguntar: ¿Qué cosas te parece que no tenés que hacer más por que te alejan de Dios? ¿Qué cosas te acercan al cuidado y al amor de Dios? ¿Cómo se habrán sentido el pastor y su oveja al encontrarse?
Decir que Jesús comparó a sus discípulos con ovejas, que necesitan su cuidado y amor. Todos lo que creen en él y son queridos por Jesús, son como su rebaño de ovejas. Por eso, cuando una persona deja de sentirse querida y cuidada, Jesús lo compara con una oveja perdida. Los fariseos y maestros de la ley se creían mejores que cualquier otra persona, se sentían superiores y despreciaban a los que estaban mal en la vida, y les iba mal en todo. Por eso cuando Jesús se reunía con personas pecadoras y de mala fama se enojaban mucho con él Pero para Jesús esas personas eran las que más necesitaban su compañía y enseñanza. Los fariseos y los maestros de la ley no debían enojarse, sino alegrarse al nvitar a esa persona a encontrarse con el cuidado y el amor de Dios, y entonces iban a cambiar su forma de vivir.
Preguntar cómo te sientes cuándo eres rechazado por alguien –tus mismos padres, de repente, o un profesor, o alguien más importante en tu grupo de chicos. ¿Te sientes como la ovejita perdida? ¿No sientes que te tratan como la “oveja negra”? ¿Te dan ganas de volver al grupo o te quedas cada vez más aislada o aislado?
¿Qué podemos hacer cuando alguien de tu grupo –de la iglesia, o incluso un compañero de estudio, o una chica del grupo del barrio- son rechazados y sienten que nadie los quiere, ni invita, como si fuera un “leproso”?
Destacar la alegría del reencuentro en el pastor y en la ovejita.
Comentar que aunque nos creamos pequeños o que nuestra preocupación no le va a interesar al Señor, somos como la oveja perdida y cada cosa que nos pase le interesa al “buen pastor”.
ORAR.-
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