14 – El nacimiento de Moisés (+ introducción Moisés)
Guías Metodológicas
Libro de actividades 14
Introducción: Moisés, otro gran personaje.
Seguimos ahora con otro de los grandes líderes del Antiguo Testamento. Cuando comienza el libro del Éxodo, los hebreos eran una masa de esclavos que ni sabían el nombre de Dios.
Eran los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob y José. Iban a ser el pueblo que Dios llamaría a la libertad desde Egipto, donde José había trasladado a su familia allí 400 años antes.
La familia de José creció y creció hasta que llegaron a ser más de dos millones de personas esos esclavos que vivían en Egipto, en terribles condiciones en esa esclavitud.
Egipto, como todos los imperios, quería enriquecerse gracias al trabajo de sus esclavos y sometiendo también a su propio pueblo. El Faraón era cruel con los israelitas y con todos los que se atrevieran a cuestionar su poder.
Es Dios el que toma la iniciativa en esta historia del “éxodo” (salida, salida de la esclavitud, salida hacia la libertad), cuando se presenta a Moisés:
-Claramente he visto cómo sufre mi pueblo que está en Egipto. Los he oído quejarse por culpa de sus capataces, y sé muy bien lo que sufren… Por lo tanto, ponte en camino, que te voy a enviar ante el faraón para que saques de Egipto a mi pueblo”… (Éxodo 3. 7,10).
Moisés fue un líder del pueblo de Dios. Dios lo había llamado desde mucho antes en su vida, a pesar de que algunas veces cometió errores y se metió en dificultades.
Empezaremos ahora, durante varios encuentros, algunos aspectos de la vida de Moisés que tuvieron que ver con él y con la historia del pueblo, porque sería casi imposible que hablemos de toda su vida en cuatro encuentros.
Parecería que Moisés no vino a nacer en un buen momento: había que matar a todos los varones, por decisión del Faraón como una manera de diezmar a ese pueblo de esclavos. Los tiranos siempre tienen miedo de los pueblos. Sin embargo, Dios sí quería que viviera en ese tiempo y más allá de la orden del Faraón: puso parteras honestas y valientes, y animó a su mamá y a su hermana con un plan para que el pequeño sobreviviera.
Muchas cosas tuvieron que pasar en la vida de Moisés hasta que el Señor lo llamó. Hubo situaciones puntuales que sirvieron para moldear su vida y ponerlo al frente de un pueblo. El supo lo que es matar para defender a su pueblo, lo que es vivir lejos de su familia en tierra extraña.
En tanto el pueblo seguía prisionero en Egipto y Dios escuchó su clamor, se acordó de la alianza que había hecho con los antepasados y acá comienza la aventura de hacer de ese pueblo hebreo un pueblo libre en una tierra nueva.
El líder de esta gran aventura del plan de Dios fue Moisés; allí en el campo, mientras cuidaba ovejas, sintió el llamado de Dios en medio de la zarza que ardía.
Moisés accede a la propuesta de Dios y después de muchas idas y venidas allí está con su pueblo saliendo de Egipto y cruzando ese Mar Rojo donde el Señor abre un camino para que pasen.
Una vez que empiezan a caminar por el desierto el Señor le entrega a Moisés las tablas de la ley.
Un pueblo tan grande y después de toda una vida de esclavitud, tenía que tener normas y leyes que los ordenaran y qué mejor las que venían de la mano de Dios.
Una vez más queremos mostrar cómo Dios busca a personas del pueblo que tal vez no tengan una vida relevante pero que involucrados en sus propósitos de vida, sí pueden actuar y lograr aquello que el Señor propone.
¿Qué queremos lograr?
- Reconocer que, en la historia de Moisés, el Señor renueva su promesa de darle una nueva tierra al pueblo, y renueva su pacto de amor y fidelidad con este pueblo.
- Aprender que Dios conoce y ama perfectamente a los que llama.
- Sentir y valorar que para Dios todos podemos hacer algo importante.
- Apreciar que ningún imperio ni el Faraón más bravo pueden ganarle a Dios.
- Comprender que Dios da mandamientos importantes para poder vivir bien con los otros.
Para tener en cuenta
La historia de Moisés y el Pueblo de Dios es fascinante. Es la historia de un hombre débil que saca fuerzas de flaqueza; un asesino que se reconcilia con Dios y que finalmente acepta el desafío de sacar a su pueblo de la esclavitud de Egipto.
Es la historia de los pequeños ganando la victoria sobre los grandes con la ayuda de Dios.
En la historia de Moisés y el pueblo de Dios podemos apreciar tanto la obediencia como la desobediencia y sus respectivas consecuencias. Realmente, es una historia de muchas aplicaciones para la vida real.
Por amor Dios tomó a un niño y lo preparó para ser el líder libertador de los israelitas. Dios escuchó los gemidos de su pueblo, los israelitas. Utilizó todas las experiencias para ir formando a un líder valioso y humilde, fuerte y compasivo, sabio y paciente con los demás.
Moisés, el niño sacado del agua, llegó a ser uno de los líderes más importantes y destacados de la historia humana.
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En estas edades, a los niños les encanta aprender de las tradiciones, comidas, ropas y trabajos de los tiempos antiguos.
Hay que ayudar a los niños a entrar a la vida de los israelitas en su esclavitud en Egipto.
Ayudémosles a entender el miedo que tenían los israelitas cuando llegaron al Mar Rojo y vieron que el ejército del Faraón estaba persiguiéndolos.
Es posible que en su grupo haya niños o adolescentes que en el futuro lleguen a ser líderes. Nos gustaría que para ese entonces puedan recordar que Moisés también le ponía excusas a Dios pero que Dios insistió con él, hasta le dejó la promesa de que siempre iba a estar y así llegó a ser líder de su pueblo con una vida totalmente bendecida.
Enseñémosles a nuestros chicos que cuando el Señor nos llama no podemos taparnos los oídos. El quiere contar con nosotros y nosotros siempre contaremos con él.
Éxodo 1 y 2:1-10
Moisés nace y aunque su familia no sabía que todo esto venía de Dios, trataron de preservar su vida, esa vida que sirvió tanto a todo el pueblo.
Empezaremos leyendo Éxodo capítulo 1 hasta 2:10 y allí nos daremos cuenta de cómo Dios puso su mano para que este niñito que ya nacía amenazado de muerte, pudiera vivir.
Moisés y las mujeres que defienden la vida.
Las parteras egipcias: Mostrando una vez más que los imperios y los faraones aplastan a sus propios pueblos, pero que los más débiles enfrentan la muerte y la injusticia, en el comienzo de la historia de Moisés nos encontramos con las parteras egipcias (Éxodo 1.13-22):
13 Los egipcios esclavizaron cruelmente a los israelitas. 14 Les amargaron la vida sometiéndolos al rudo trabajo de preparar lodo y hacer adobes, y de atender a todos los trabajos del campo. En todo esto los israelitas eran tratados con crueldad. 15 Además, el rey de Egipto habló con Sifrá y Puá, que eran parteras de las hebreas, y les dijo:
16 —Cuando atiendan a las hebreas en sus partos, fíjense en el sexo del recién nacido. Si es niña, déjenla vivir, pero si es niño, ¡mátenlo!
17 Sin embargo, las parteras tuvieron temor de Dios y no hicieron lo que el rey de Egipto les había ordenado, sino que dejaron vivir a los niños.18 Entonces el rey de Egipto las mandó llamar y les dijo:
—¿Por qué han dejado vivir a los niños?
19 —Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias —contestaron ellas—. Al contrario, son muy robustas y dan a luz antes de que nosotras lleguemos a atenderlas.
20-21 De esta manera el pueblo israelita seguía creciendo en número, y cada vez se hacía más poderoso. Además, como las parteras tuvieron temor de Dios, él las favoreció y les concedió una familia numerosa. 22 El faraón, por su parte, ordenó a todo su pueblo: «Echen al río a todos los niños hebreos que nazcan, pero a las niñas déjenlas vivir.»
La madre de Moisés que esconde al niño durante tres meses, y después, no pudiendo esconderlo más, con riesgo de su vida y la de toda su familia, por el tirano faraón, deciden astutamente poner al niño en un canastito bien preparado, entre los juncos del río Nilo, y luego le encarga a
La hermana de Moisés que se quedara a cierta distancia del niño, esperando atentamente todo lo que ocurriera con el bebé. Así esta pequeña no se arriesga inútilmente pero al mismo tiempo vigila, cuida a su hermanito, hasta que…
La misma hija del faraón que baja a bañarse en el río, y ve el canastillo entre los juncos. Y al ver que allí había un niño llorando, la princesa hija del faraón siente compasión. Y entonces aparece en escena la hermana de Moisés que representa un hermoso papel en este drama (Éxodo 2.7-10):
7 Entonces la hermana del niño propuso a la hija del faraón:
—¿Le parece a usted bien que llame a una nodriza hebrea, para que le dé el pecho a este niño?
8 —Ve por ella —contestó la hija del faraón.
Entonces la muchacha fue por la madre del niño, 9 y la hija del faraón le dijo:
—Toma a este niño y críamelo, y yo te pagaré por tu trabajo.
La madre del niño se lo llevó y lo crió, 10 y ya grande se lo entregó a la hija del faraón, la cual lo adoptó como hijo suyo y lo llamó Moisés, pues dijo:
—Yo lo saqué del agua.
Las parteras egipcias, la madre del niño que va a llamarse Moisés, su hermanita y la misma hija del faraón, hacen una cadena solidaria en defensa de la vida, arriesgando cada una de ella exponerse a la furia, al odio y al miedo del tirano. Ellas usan firmeza y valentía, astucia y creatividad, compasión e ingenio, amor y dulzura, todo ello para defender la vida del pequeño hijo de una esclava, el que va a ser el líder y profeta de su pueblo.
Es posible que alguna vez en nuestra vida nos encontremos solos, abandonados, desamparados y aún rechazados. Pero es en esos momentos cuando Dios nuestro Padre nos da una familia que estará junto a nosotros en los momentos difíciles.
Los niños y adolescentes deben recordar además que la familia de Dios es grande y que está regada por todo el mundo, entonces no importa dónde estemos ni adónde vayamos, Dios proveerá de una familia espiritual para cada uno de nosotros.
Índice
./ niñas/os no lectores
Contar la historia bíblica del capítulo 2 hasta el versículo 10, leyendo los diálogos y haciendo un poco de teatro.
Podemos tener un fuentón o una palangana con una canastita adentro y un muñequito mientras vamos contando la historia.
¿Quién cuidó a Moisés? (la hermana y después se lo dieron a su mamá para que lo criara).
Comentar que así Moisés pudo crecer con su familia. Dios hizo posible todo esto, porque quería que Moisés creciera bien.
Les voy a contar un secreto: Dios los cuida también a ustedes porque quiere que crezcan bien.
Cantar: A esta edad les encanta cantar. Dirija y cante la canción “Yo tengo un amigo que me ama”. Es una canción que resalta el amor que Dios nuestro Padre tiene con cada uno de nosotros. Pueden cantar otras estrofas usando las palabras “vos”, “él” y “tenemos”.
Yo tengo un Amigo que me ama, me ama, me ama…
Yo tengo un amigo que me ama Su nombre es Jesús.
Comentar que a pesar de que muchas veces nos sentimos solos, Dios no nos abandona. Él lo sabe todo y está pendiente de nosotros en cualquier situación.
Libro de Actividades
Imprimir 1 y 2: Para pintar (Libro de Actividades)
./ niñas/os lectores menores
Contar la historia desde la Biblia (Éxodo 2:1-10).
Destacar que los israelitas eran esclavos en Egipto. Pero sabemos que Dios escuchó el sufrimiento de los israelitas, aún cuando ellos todavía no lo reconocían. Dios estaba escuchando su sufrimiento y tenía un propósito para ellos. Él los iba a librar pero quería tener una persona que pudiera guiarlos en la salida y el viaje al lugar que le había prometido a uno de sus antepasados.
¿Qué es un antepasado? Un familiar que vivió muchos años antes que nosotros. Por ejemplo, mi bisabuelo es uno de mis antepasados.
Bueno, un antepasado de los israelitas fue Abraham. Un día Dios le prometió a Abraham una tierra muy linda. Los esclavos en Egipto le llamaban la “Tierra Prometida” y tenían muchas ganas de ir allá. Pero no sabían cómo llegar, así que Dios tenía que darles un líder. Pero ¿dónde iba a encontrar un líder para los israelitas? Dios tenía un plan. Saben que el Faraón tenía mucho miedo de los israelitas. Entonces él hizo algo horrible. Mandó a sus soldados a que mataran a todos los bebés varones de los israelitas.
Quizás los israelitas pensaban que Dios los había olvidado. Pero no fue así. Dios tenía un plan.
¿Qué piensan ustedes que hubiese pasado con Moisés si los soldados lo hubiesen encontrado? ¿Cuánto tiempo podría haber vivido Moisés dentro de la canastita? ¿Qué hubiese pasado con Moisés si la princesa no lo hubiese encontrado?
Destacar la sensibilidad de la princesa al escuchar al bebé llorar. Esto ayudará a pensar que nosotros también debemos ser sensibles ante el dolor de otras personas.
Hacer un álbum de fotos de Moisés: bebé, niño, joven “egipcio”, defendiendo a un hermano y corriendo de Egipto. Puede ser un mini-libro que los niños deben pegar en orden y cada gráfico en el respectivo texto.
Libro de Actividades
Imprimir 3: Figuras del álbum (Libro de Actividades)
./ niñas/os lectores mayores
Que los chicos lean el pasaje de Éxodo 2.1-10.
Comentar que el cuidado de Dios pudo más que la orden del Faraón de matar a los varones que nacieran.
- Podemos pensar hoy cuáles son los niños que están expuestos a morir (no bajo la orden del Faraón, pero hay otras maneras).
Hacemos una lista con lo que los chicos digan:
Por ejemplo, los chicos abandonados, los que no tienen qué comer, los chicos de los países en guerra, los que no pueden comprar medicamentos, etc.
¿Ustedes creen que Dios puede más que todas esas cosas?
Comentar que Dios utilizó a la hermana y a la madre de Moisés para cuidarlo.
¿Y nosotros qué podemos hacer para cuidar a los que están en peligro?
Escuchamos a los chicos y oramos a Dios para que estemos dispuestos a ayudar a otros.
Libro de Actividades
Imprimir 4: Crucigrama (Libro de Actividades)
./ adolescentes
Leer algo del capítulo de Éxodo 1 y explicar lo de las parteras; luego se puede leer el capítulo 2.1-10
(Parteras – madre – hermana. Se jugaron por los niños y por un niño en particular, defendieron lo que creían que era justo.)
¿Es difícil hoy defender lo que uno cree que es justo? ¿Será más difícil hoy que en ese entonces? ¿Por qué cosas nos jugamos hoy? ¿Qué defendemos? ¿Qué nos gustaría que cambie (en el cole, en el barrio, en la ciudad)? Y si hay algo para cambiar, ¿por qué piensan que no cambia? ¿Piensan que siempre está todo mal? (padres, profesores, líderes, autoridades).
Sería interesante que si plantean situaciones concretas, se vea entre todos la forma para poder hacer el intento de cambiarlas. Tenemos que estar dispuestos a que digan qué hay cosas que cambiar en la iglesia.
Por ejemplo, podemos charlar sobre…
Las “débiles” mujeres que se muestran fuertes y valientes en la historia de Moisés…
Los “débiles” jóvenes que muchas veces son avasallados ni son tenidos en cuenta por los poderosos…
Notemos cómo Dios nos cuida, aún siendo débiles, y cómo podemos usar la astucia y la creatividad en defensa de los realmente débiles y desprotegidos.
Reglas del juego:
De 6 a 10 jugadores, según el número total de participantes, se colocan en círculo, de espaldas al centro del mismo, con los ojos vendados, y lo bastante separados los unos de los otros como para que al extender los brazos no se toquen.
Se ponen de pie con las piernas separadas. Son los centinelas de la torre.
En el centro del círculo se halla otro jugador: El prisionero.
Los demás jugadores, que están en el exterior del círculo, son los caballeros que quieren liberar al prisionero.
A una señal del director del juego, los caballeros intentarán penetrar en el círculo por entre las piernas de un jugador, o entre dos jugadores.
Los centinelas no pueden cerrar sus piernas ni moverlas, pero sí balancear sus brazos e intentar tocar a los caballeros.
Cuando un caballero es tocado dos veces, es eliminado. Cuando dos caballeros entren en el círculo, la partida queda ganada.
Se puede complicar el juego exigiendo que los caballeros hagan salir al prisionero sin ser tocados por los centinelas.
En éste caso es interesante la ayuda que del exterior puedan dar los demás caballeros.
Observaciones: Es importante el trabajo en equipo. Se necesita trabajar con otros para mejorar las situaciones, juntarse con los demás, conversar sobre lo que no nos gusta y si es justo, defenderlo.
La vida de Moisés escapó de las normas del faraón porque hubo quienes se jugaron por él y Dios lo vio con agrado y actuó con poder.
ORAMOS.-