Nuevos desafíos y proyectos para pensar el trabajo con la niñez y adolescencias en la iglesia
Durante el fin de semana del 17 y 18 de mayo tuvimos la oportunidad de encontrarnos con las referentes distritales de la pastoral de niñez y adolescencias, en el Colegio Ward, en Ramos Mejía.
Valoramos infinitamente la oportunidad del encuentro, lo que genera y provoca la posibilidad de compartir en tiempo y espacio esas jornadas. Agradecemos por los devocionales, por las comidas compartidas que nos elaboraron, la oportunidad de pensar juntas la tarea, sus desafíos y cambios.
Durante las jornadas de trabajo hubo tiempo para la evaluación de informes, la proyección y la capacitación. Fue muy bonito recibir hermanas que por primera vez concurrían a un espacio nacional. Le damos muchas gracias a Dios porque anima en la tarea de cuidar y acompañar a cada referente local dentro del distrito donde estamos, porque nos enriquece en las vivencias de cada lugar del país y nos organiza para esperanzar en tiempos desafiantes.
Agradecemos a Dios porque, aunque ese fin de semana fueron noches tormentosas, hubo cortes de rutas, y cambio de recorridos donde hubo viajes que terminaron siendo de 30 horas, cada hermana fue cuidada por El Señor y cada una pudo regresar a casa.
Compartimos algunos testimonios de este tiempo:
“Dios nos sorprende siempre con su generosidad y Gracia. Fue muy enriquecedor para mí, fui con temor porque nunca había estado en un encuentro, me vine contenta, con muchas ganas de seguir trabajando. Agradecer por la unidad en la fe y la esperanza, para trabajar con niños y adolescentes de nuestras iglesias locales”.
Paola Gamboa –Referente por distrito Cuyo
“2025, Nuevo reencuentro de referentes distritales de la pastoral de niñez y adolescencia. Nuevas experiencias, nuevos desafíos, nuevos proyectos, nueva esperanza, con alegría en nuestra tarea para la Gloria de Dios. Inmensa gratitud compartida”.
Matilde Acosta – Referente por distrito CABA Norte y Zona Norte
“El encuentro es importante, y conocer personalmente a las personas que comparten nuestra tarea resulta muy satisfactorio, por lo que el espacio de trabajo en equipo presencial fue importante y gratificante, a la vez motivador para desafiarnos a asumir nuevas propuestas y proponernos desarrollar otras ideas nuevas, de esas que siempre nos está susurrando el Señor al oído y que en soledad nos cuesta iniciar. La lluvia intensa y las dificultades de algunas hermanas para llegar no impidió sentir que en medio de la tarea prevaleció la alegría y la esperanza”.
Edith Bur, por distrito Cordillera
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