Tercer domingo después de Pentecostés

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Génesis 18:1-15; Éxodo 19:2-8a; Romanos 5:1-8; Mateo 9:35-10:8

Evangelio de Mateo 9.35–10.8: (Jesús sigue anunciando la buena noticia del reino, llamando discípulos y sanando enfermos).  Siente compasión de la gente: ovejas sin pastor. La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Entonces llama a sus doce discípulos y los envía con el mismo anuncio del reino de los cielos que se está acercando.

Libro del Éxodo 19.2-8a: Ustedes han visto cómo los he traído sobre alas de águila. Y si prestan oído a mi voz y cumplen mi pacto, serán mi tesoro especial sobre todos los pueblos, serán un reino de sacerdotes y un pueblo santo. Y todo el pueblo respondió: Haremos todo lo que el Señor ha dicho.

Salmo 100: ¡Canten al Señor habitantes de toda la tierra! Reconozcan que el Señor es Dios, él nos hizo, somos su pueblo, somos las ovejas de su prado! ¡Su misericordia es eterna! ¡Su verdad permanece para siempre!

Carta a los Romanos 5.1-8: Ahora que Dios nos ha hecho justos gracias a la fe, tenemos paz con Dios por medio de Jesucristo, y estamos firmes en esta fe, alegres en la esperanza aún en medio de los sufrimientos, pues Dios nos ha llenado con su amor.

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