Recursos para la acción pastoral

Nueve afirmaciones bíblicas y teológicas para la diaconía ecuménica en medio de la globalización:

La diaconía ecuménica tiene que responder a nuestros contextos locales y mundiales:

• Las complejidades del mundo exigen de nosotros ejercer nuestros ministerios de servicio con clara conciencia de las realidades sociales, políticas, económicas militares, ecológicas, religiosas y espirituales de nuestro contexto;
• La lectura de los signos de los tiempos reafirma por qué la diaconía ecuménica no puede ignorar las causas fundamentales del sufrimiento de aquellos a quienes busca servir. La diaconía no puede desvincularse de la paz, la justicia y la transformación. El reinado de Dios se presente en total y abierta contradicción con la Pax Romana.
• Tomar el contexto seriamente significa escuchar y responder a las voces específicas y diversas, y asegurar que nuestra visión del conjunto aprecia y valora profundamente todas esas voces.

La diaconía ecuménica es un llamado a participar en la misión de Dios:

• El servicio y la solidaridad no son separables de la misión y el testimonio. La misión de Dios se expresa en la promesa vivificante de una vida abundante para todos los seres humanos y para toda la creación.
• La teología de la vida implica la defensa de la vida mediante el respeto y la realización de los derechos humanos en los ámbitos políticos, social, económico, cultural y ecológico. Una vida en abundancia incluye la experiencia del disfrute estético, el desarrollo de la creatividad y la salvaguardia de la dignidad de cada ser humano.
• Cristo es la salvación divina de la vida: curación del enfermo, aceptación del marginado, el perdón de los pecados y la salvación de la vida dañada por los poderes de destrucción.

La diaconía ecuménica es una diaconía profética

• La diaconía puede ser profética en cuanto es realizada en el nombre de Dios. Cuando Jesús sanó enfermos un sábado, estaba actuando proféticamente y en nombre de Dios. Estaba proclamando, por medio de su acción, que el ser humano es más importante que la ley (Mt 12.8-12)..
• Por esto, la diaconía profética tiene que desafiar a la comunidad de fe para que desarrolle estrategias contextuales concretas encaminadas a luchar contra las causas del sufrimiento individual, estructural y cósmico.

La diaconía ecuménica es transformadora y busca la justicia:

• El servicio transformador tiene que encarnar actitudes de compañerismo y de igualdad, a la vez que debe renunciar a la superioridad –especialmente a aquella que se disfraza de humildad– y al poder sobre los demás.
• Una diaconía que busca la justicia nos lleva a la tensión permanente entre responder a las necesidades de quienes sufren aquí y ahora, y hacerlo de tal forma que nuestra respuesta transforme y otorgue poder a esas mismas personas.

La diaconía ecuménica es inseparable de la koinonía:

• El término griego koinonía se emplea como alternativa de “comunidad”. La diaconía y la koinonía son inseparables. Al destacar las experiencias locales y regionales y cuando interpretamos la situación ecuménica global, ampliamos y profundizamos la comunidad y el compañerismo ecuménico.
• La comunidad es una realidad relacional y dinámica que involucra a la totalidad de las iglesias como manifestaciones del pueblo de Dios. Esa comunidad no es un fin en sí misma: existe para servir como signo e instrumento de la visión y de la actividad de Dios en el mundo.

La diaconía ecuménica es una diaconía global, para todas las personas y el conjunto de la creación:

• La diaconía ecuménica requiere también del cuidado de toda la oikoumene, el conjunto de la tierra habitada. Una diaconía que busca la justicia incluye la justicia ecológica.
• Al construir una alianza por la vida frente a las fuerzas que provocan destrucción y muerte, afirmamos que la diaconía ecuménica se extiende más allá de la iglesia.

La diaconía ecuménica es esencialmente sanación, reconciliación y reconstrucción:

• La reconciliación y la igualdad son esenciales para la visión eucarística del compartir. El ministerio de la reconciliación resulta de la reconciliación de Dios con la humanidad, cuando la enemistad es reemplazada por relaciones justas.
• El quebrantamiento y la desintegración de nuestro mundo exigen una visión de la iglesia como comunidad sanadora, de tal manera que la diaconía se convierta en una fuerza sanadora en la sociedad.

La diaconía ecuménica tiene que ver con la construcción de relaciones justas, con el compartir y la mutualidad:

• Quizás el paradigma bíblico más poderoso del compartir es la eucaristía. Por intermedio de esta comunión compartida con Cristo, entramos en comunión los unos con los otros. Ser una comunidad del compartir es parte de la esencia misma de la iglesia.
• El compartir ecuménico promueve una verdadera reciprocidad, al afirmar que todos tenemos algo para dar así como todos requerimos de algo que recibir.

La diaconía ecuménica nos llama  a unirnos en la misión de Dios en una diaconía compasiva, reconciliadora, transformadora, profética y que busca la justicia.

• Esta última afirmación es un resumen y una conclusión, aportando un marco de referencia bíblico y teológico para la tarea de responder fielmente en tiempos de desesperanza. hemos vistió cómo la diaconía misma brota de la esperanza y, a su vez, genera esperanza en una vida abundante.
• No podemos comprender o practicar la diaconía separada de la justicia y la paz. El servicio no puede separarse de testimonio profético, ni del ministerio de la reconciliación. La misión tiene que incluir una diaconía transformadora.

Chris Fergusson y Ofelia Ortega, LA DIACONÍA ECUMÉNICA. Reconciliadora, Compasiva, Transformadora, Profética, Procuradora de justicia. Consejo Latinoamericano de Iglesias, 2006.