Recursos para la acción pastoral

25 Oct 2022
en
Recursos para la acción pastoral
Recursos para la acción pastoral 30 OctubreOct 2022

Verde


El pudor

En lugar de mirar a Dios, el ser humano se mira a sí mismo. “Entonces se abrieron sus ojos” (Gén 3.7). El hombre se conoce a sí mismo en su apartamiento de Dios y del ser humano. Se da cuenta de que está desnudo. Sin la protección, sin el ropaje cubridor que supone para él Dios y las demás personas, se encuentra desnudo. Y surge el pudor. No es otra cosa que el recuerdo imborrable del ser humano de su separación del origen, es el dolor de esta separación y la impotente súplica, deseo, de hacerlo retroceder. La persona se avergüenza, porque se le ha perdido algo que pertenece a su naturaleza original, a su totalidad; se avergüenza de su desnudez.

Pudor y arrepentimiento equivalen las más de las veces. El hombre siente arrepentimiento cuando ha faltado, pudor o vergüenza, porque le falta algo. El pudor es más original que el arrepentimiento. El hecho peculiar de que bajamos los ojos cuando unos ojos extraños se encuentran con nuestra mirada, no es signo de arrepentimiento de alguna falta, sino el pudor que en el ser mirado se acuerda de su propia desnudez. El sostener la mirada ajena, como por ejemplo se exige en una promesa personal de fidelidad, tiene algo de violento; en el amor, que busca la mirada ajena, tiene algo de ansiedad; en todo caso se trata de la tentativa dolorosa de recuperar la perdida unidad mediante la interna superación consciente y decidida o apasionada y rendida del pudor como signo de separación.

“Entonces se hicieron unos delantales.” El pudor busca ocultación, como superación de esa separación. Pero la ocultación significa a la vez confirmación de la separación acaecida y por tanto no puede curar el daño. La persona se esconde, se oculta de los demás y de Dios. El ocultarse es necesario, porque mantiene despierto el pudor y con esto el recuerdo de la separación respecto del origen, además también porque el ser humano precisamente como el separado que es, se debe enfrentar consigo mismo y vivir en la oscuridad. De lo contrario la persona se traicionaría a sí misma. “Todo espíritu profundo necesita una máscara” (Nietzche).

Como el pudor contiene el sí y el no respecto de la separación, por eso el ser humano vive entre ocultamiento y descubrimiento, entre ocultar-se y manifestar-se, entre soledad y comunidad. En la soledad –es decir, en la afirmación de la separación– puede como separado experimentar naturalmente con más fuerza la comunidad que en la comunidad misma. Pero de todos modos siempre tienen que existir ambos. Ni la más estricta comunidad puede destruir el misterio de la persona separada. De igual modo el pudor se preserva de toda manifestación de la relación con Dios. Finalmente, el ser humano se preserva a sí mismo frente a una última ocultación, guarda su propio misterio de sí mismo, al negarse, por ejemplo, a ser consciente de todo lo que crece en él.

La dialéctica de ocultación y descubrimiento es solo signo del pudor. Pero en virtud de esa dialéctica no se supera el pudor, sino que se confirma. Solo puede darse superación del pudor cuando se restaura la unidad original, cuando la persona vuelve a ser vestida por Dios y transformada en el otro hombre mediante “la investidura de la casa de Dios”, del templo de Dios (2 Cor 5.2ss). Superación del pudor se da solamente al soportar un acto de extremo pudor, es decir, el acto de revelarse el saber ante Dios. “Sépanlo bien…, avergüéncense y sonrójense de su conducta” (Ez 36.32, NBE).

Superación del pudor se da solamente en la confusión debida al perdón del pecado, es decir, por la restauración de la comunión con Dios y ante los demás seres humanos. Esto se convierte en acontecimiento en la confesión ante Dios y ante la comunidad humana. La investidura del hombre y la mujer con el perdón de Dios, con el “nuevo hombre”, la “nueva mujer”, que él viste, con la comunidad de Dios, con el vestido celestial, se resume en el verso “la sangre de Cristo y la justicia, he ahí mi adorno y mi vestido triunfal” (Leipzig, 1638).

Dietrich Bonhoeffer, Ética, edición inacabada 1948. Edición en castellano, Estela, Barcelona, 1968, pp.11-13.


Comunión en diversidad

  1. La diversidad en la unidad y la unidad en la diversidad son dones de Dios a la Iglesia. Por el Espíritu Santo, Dios otorga diversos dones complementarios a todos los fieles, para el bien de todos y para que puedan servir en la comunidad y en el mundo (1 Co 12.7 y 2 Co 9.13). Nadie se basta a sí mismo. Los discípulos están llamados a ser uno, pero se ven enriquecidos por su diversidad, a estar plenamente unidos aunque respetuosos de la diversidad de las personas y de las comunidades (Hch 2.15; Ef 2.15-16).
  2. La vida y el testimonio cristianos presentan una rica diversidad que proviene de la pluralidad de contextos culturales e históricos. El Evangelio debe encarnarse y ser vivido auténticamente en todos y en cada lugar. Tiene que ser proclamado en el lenguaje, símbolos e imágenes que se comprometan y sean pertinentes a su época y a sus contextos particulares. La comunión de la Iglesia exige una interacción constante de las expresiones culturales del Evangelio, para que todo el pueblo de Dios pueda apreciar las riquezas del Evangelio. Los problemas que podrían surgir serían:
  • Cuando una cultura trata de acaparar el Evangelio y pretende ser la única forma auténtica de celebrar el Evangelio;
  • Cuando una cultura trata de imponer su forma de expresar el Evangelio a otras como siendo la única expresión auténtica;
  • Cuando una cultura considera que es imposible reconocer como fiel proclamación del Evangelio la que se realiza en otra cultura.
  1. No debe ahogarse la diversidad auténtica de la vida de comunión y no hay que renunciar a una unidad auténtica. Cada iglesia local debe ser el lugar donde se dan garantías de dos cosas al mismo tiempo; la salvaguardia de la unidad y la posibilidad de una legítima diversidad. La diversidad como enriquecimiento tiene límites y cuando se traspasan esos límites no solo es inaceptable sino que se perjudica el don de la unidad. Del mismo modo, la unidad, particularmente cuando tiende a identificarse con la “uniformidad”, puede ser perjudicial para la auténtica diversidad y volverse entonces inaceptable. Mediante una fe compartida en Cristo, expresada en la proclamación de la Palabra, la celebración de los Sacramentos y una vida de servicio y de testimonio, cada comunidad cristiana local participa en la vida y el testimonio de todas las comunidades cristianas en todo lugar y en todos los tiempos. Un ministerio pastoral al servicio de la unidad y del mantenimiento de la diversidad es uno de los muchos carismas que ha recibido la Iglesia. Contribuye a que aquellos que tienen dones y puntos de vista diferentes puedan responsabilizarse unos a otros dentro de la comunión.
CMI, Naturaleza y misión de la Iglesia, Documento de Fe y Constitución 198, Ginebra – Isedet, 2007, pp 40-42.


Agregar a Calendario Google
  • Calendario
  • Guests
  • Attendance
  • Forecast
  • Comentarios

Weather data is currently not available for this location

Weather Report

Hoy stec_replace_today_date

stec_replace_today_icon_div

stec_replace_current_summary_text

stec_replace_current_temp °stec_replace_current_temp_units

Wind stec_replace_current_wind stec_replace_current_wind_units stec_replace_current_wind_direction

Humidity stec_replace_current_humidity %

Feels like stec_replace_current_feels_like °stec_replace_current_temp_units

Forecast

Date

Weather

Temp

stec_replace_5days

Next 24 Hours

Powered by openweathermap.org

Compartir