Vigesimoprimer domingo de Pentecostés

Salmo 104:1-9, 24; Isaías 53:4-12; Hebreos 5:1-10; Marcos 10:35-45

Evangelio de Marcos 10.35-45: Jacobo y Juan piden al Maestro ser los primeros en su gloria. ¿Están dispuestos a tomar mi vaso y recibir mi bautismo? Quien quiera ser grande deberá ser el servidor, como yo no he venido a ser servido sino a servir y a dar mi vida en rescate por todos.

Profeta Isaías 53.6-7, 11-12: Todos nos perdimos como ovejas, pero a él lo llevaron como cordero al matadero. Cuando haya puesto su vida como ofrenda por el pecado, habiendo llevado el pecado de muchos e intercedido por los pecadores, mi siervo justificará a muchos, porque derramó su vida hasta la muerte.

Carta a los Hebreos 5.1-3, 7-10: El sumo sacerdote del antiguo pacto es representante de los hombres delante de Dios. Así también Cristo, que aprendió en el sufrimiento, es nuestro verdadero representante y es fuente de salvación eterna para todos.

Salmo 104.1-7, 24: ¡Cuán grande eres, Señor! Los vientos son tus mensajeros y el fuego tu servidor. Afirmaste la tierra, dominaste las aguas que obedecieron tu voz… ¡Todo lo hiciste con sabiduría!