Fortalecer lazos, estar presente
En el Colegio Alberto Schweitzer (CAS) en la ciudad de Mendoza, trabajamos en la búsqueda permanente de nuevas formas de aprendizaje y conexión como comunidad. Por tanto, durante la Pandemia compartir y crecer en conocimientos no fue el único desafío al que nos enfrentamos.
Colegio Alberto Schweitzer
Ciudad de Mendoza
La pandemia nos sorprendió a todos, y la comunidad educativa del Colegio Alberto Schweitzer (CAS) en la ciudad de Mendoza no fue la excepción. De golpe, y sin estar preparados, dejamos de asistir al edificio. Libros, cuadernos, toda clase de materiales quedaron guardados en los armarios. Esto nos obligó a buscar nuevas formas de aprendizaje y de estar conectados como comunidad. Comenzamos como pudimos, haciendo uso de distintas formas de comunicación, y con la esperanza que pronto volveríamos al aula.
Con el paso del tiempo fuimos descubriendo que este regreso no sería pronto y empezamos a buscar alternativas para continuar la tarea desde una mejor comunicación con las familias. Armamos nuestras aulas virtuales, buscando diversas formas para ayudar a los que tenían dificultades para la conexión. Pero, a esta altura, ya habíamos perdido los espacios privados. Los horarios de clases se volvieron flexibles, docentes atendieron a consultas en horarios de descanso, las casas de todos se volvieron aulas y dejaron de ser espacios privados. Hijos y mascotas participaron de las clases. Todos, estudiantes, familias, docentes, estaban cansados.
Seguir encontrando la forma de compartir y crecer en conocimientos no fue el único desafío al que nos enfrentamos. Nuestra comunidad se caracteriza por ser como una gran familia, dónde podemos sentarnos a conversar sobre nuestras preocupaciones, dificultades y sentimientos. No es raro ver alumnos conversando con docentes o directivos, observar abrazos que calientan el alma o escuchar la preocupación. ¿Cómo hacíamos para continuar con estos lazos tan importantes? ¿Cómo seguimos abrazando al que lo necesitaba sin estar juntos? ¿Cómo acompañamos a las familias en momentos de enfermedad, de pérdida, de dificultades? Estos fueron nuestros verdaderos desafíos.
Desde la capellanía y las direcciones buscamos estar presente de la mejor forma que pudimos, enviando oraciones a través de videollamadas, compartiendo insumos para las despedidas. Sin embargo, esto era difícil. La comunidad entera estaba preocupada por este tema, y por ese motivo fue una prioridad brindar espacios para expresar las emociones tanto en la virtualidad como al regreso a la presencialidad. Todavía hoy, 18 meses más tarde, estamos viendo los efectos de este dolor. Al entrar al aula podemos ver el dolor en los ojos de los chicos y las chicas que perdieron padres, tíos, abuelos. Podemos ver el miedo en la mirada de aquellos que vieron sufrir a seres queridos. Pero, también podemos hacer lo que era difícil en la virtualidad: abrazar, escuchar, contener.
La pandemia nos desafió, nos incomodó, nos llevó a buscar nuevas formas de comunicación que mejoran nuestros aprendizajes y también nos mostró cuán importante son esos abrazos que compartimos.
Equipo de Capellanía CAS, Meg Whitlatch y Pastor Douglas Williams
Colegio Alberto Schweitzer (CAS) en la ciudad de Mendoza