Estamos llamadas, llamados a caminar con el Resucitado… Llamados a ser un pueblo que alaba al Dios de Jesucristo, porque un pueblo que alaba no tiene el horizonte clausurado. Somos iglesia peregrina, que ama, sirve y espera ver cielos nuevos y tierra nueva.
No estamos solos. Emanuel es Dios con nosotros, no Dios solo para mí, no Dios sin los hermanos y hermanas, tanto los de la iglesia como los del barrio. Demos gracias a Dios por ese pan de la gracia de Dios que nos cuida y que vivimos y hacemos todos y todas…
¿Te preguntas en este tiempo cuáles son tus sueños? ¿dónde está Dios en medio de esos sueños? Hay señales de resistencia frente a lo inevitable y la resiliencia se configura como esperanza porfiada de lo que vendrá. Esperanza propia de Jesús que, a diferencia del optimismo que busca un resultado “ganador”, tiene convicción de lo que espera más allá de sus resultados posibles.
Por las características que tiene y el contacto que estimula en nosotros mismos y en nuestro vínculo con los demás, el tiempo de pandemia puede constituirse en una oportunidad para vincularnos con el lado más profundo de nuestra vida. Allí es donde el Señor quiere llegar para que las tensiones, incertidumbres y conflictos que puedan darse se conviertan en experiencias de aprendizaje.
La Iglesia Evangélica Metodista Argentina te convoca a poner en práctica gestos de amor utilizando tus dones al servicio de nuestro prójimo con dos propuestas de voluntariado.