Paz y bien amada hermandad.
Mi deseo de que en todo sean animados y animadas por las presencia del Espíritu, dando razón de la esperanza en tiempos de incertidumbre.
“…ese designio secreto es Cristo, que está entre ustedes y que es la esperanza de la gloria que han de tener” Colosenses 1. 27
Afirmamos, que Él es nuestra esperanza. Cristo nos trae la alegría mesiánica para iluminar nuestra vida. No se trata de mesías despóticos y crueles. Se trata de Jesucristo Salvador, que viene a nosotros y nos llena de su alegría. ¡Él es la gozosa noticia del Padre de la vida eterna y verdadera! ¡Es la inmensa alegría de cuando un ciego recobra la vista, cuando un cojo comienza a caminar, cuando un sordo puede escuchar, cuando un mudo se pone a hablar! Podemos afirmar con W. Benjamin que “es por causa de los desesperanzados que se nos ha dado la esperanza”.
Que el Dios de la esperanza nos llene de alegría y paz, para que en la espera experimentemos una nueva forma de vivir, donde las promesas sobre un futuro nuevo, en el que todo lo dañado, carcomido o arruinado, pueda ser recompuesto y nos impulsen a gozar de una felicidad y confianza, decisivas.
Que nuestra contribución sea ofrecer con generosidad la esperanza de vida buena, como comunidades de fe, manteniendo viva la memoria del crucificado y resucitado, que anunciamos como el que vive para siempre.
Abrazo cálido y sereno.
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo
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