Paz y bien amada hermandad.
Que el Dios de la gracia multiforme les acompañe y sostenga en los compromisos cotidianos con un nuevo mundo posible y necesario. Oramos y trabajamos por la vida integra, amorosa, por una nueva tierra y nuevos cielos.
“Envías tu Espíritu, y son creados, y así renuevas el rostro de la tierra” Salmo 104. 30
Nuestro planeta, es el hogar o casa común que compartimos. Lugar sagrado, de aspiraciones, búsquedas y sueños, de aprendizajes y descubrimientos, de vínculos y corazones. La casa común que resulta ser la cartografía de nuestras propias vidas.
“Así pues, al informarnos y familiarizarnos con las obras de la naturaleza, nos convertimos en parte de esta familia, un participante de sus dichas; pero si permanecemos ignorantes, seremos como extranjeros y peregrinos en una tierra extraña, sin conocer ni ser conocidos”. J. Wesley
Somos interpelados e interpeladas a repensar la red de vinculaciones entre creación, criatura y creador. Y nos preguntamos desde nuestras prácticas cotidianas: ¿Hemos cuidado las relaciones entre las criaturas creadas por Dios? ¿Cómo nos hemos relacionado con Dios? ¿Cómo son nuestras relaciones como parte de lo creado? ¿Cómo nos relacionamos con la creación toda? Tenemos que seguir revisando nuestras prácticas personales y comunitarias a fin de ser buenos mayordomos y mayordomas de la casa que nos hospeda y cobija.
Creo en la resurrección del cuerpo, que haga posible el goce, el placer, la donación y la plenitud de lo corporal humano; solidarios en el sufrimiento y la consolación, en la lucha viviendo y esperando el Reino y su justicia; la recuperación, en suma, de la sensibilidad en compromiso intenso y alegre con la vida toda de nuestra casa común como espacio de salud y salvación, que es asimismo de liberación.
Abrazo cálido y sereno.
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo
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