Adviento: tiempo de sembrar y de ser sembrados en esperanza
Al pueblo metodista.
A las Congregaciones.
Al cuerpo pastoral
Amada hermandad paz y bien en sus vidas, familias y comunidades de fe.
Estamos iniciando el tiempo de Adviento que, para la cristiandad, es un tiempo de reflexión, de meditación y de volver en sí a la luz de la Natividad de Jesús. El Adviento nos invita a ser comunidades de esperanza y ternura para quienes andan con el corazón roto resultado de las realidades duramente humanas.
La espera de Adviento está llena de ternura: ángeles se aparecen para anunciar buenas noticias, hombres y mujeres son redimidos, personas marginadas son engrandecidas. Somos llamados a ser iglesia viva en el Adviento: iglesia que anuncia la llegada del Señor y sabe esperar junto a quienes necesitan una buena noticia para sus espíritus acongojados.
Nuestra Latinoamérica nos muestra el rostro de una realidad convulsionada. Hay quienes dicen buscar la paz y promover la justicia, pero sus acciones provocan pobreza y dolor.
Vivir el Adviento bajo circunstancias adversas es estar a la espera de que la justicia llegue y la paz irrumpa. Vivir la Navidad en medio de la agitación social es saber que el Dios que se encarnó sigue naciendo en los corazones de quienes buscan justicia, paz y gozo para sus pueblos. Toda nuestra existencia, la existencia de nuestras familias, pueblos, y la existencia de la iglesia están en manos de un recién nacido.
El Adviento nos desafía a ser Iglesia en misión dispuesta a abrazar y acariciar con gestos y palabras a nuestro pueblo; a arropar a la desnuda/o, a la postergada/o, a la invisibilizada/o, manteniéndonos con el corazón tibio y el oído atento, en la certeza de que “El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz; sí, la luz resplandeció para los que vivían en un país de sombras de muerte.”
Amada hermandad, que este tiempo nos prepare para días luminosos, sabiendo que la esperanza inicia en el silencio de la oscuridad y que esto sea la ocasión apropiada para prepararnos con miras a la llegada de la gran liberación.
ESPERAR, PREPARAR, SERVIR Y RECIBIR
Esperar a Jesús aunque nadie lo espere,
esperando su reino de paz y verdad,
con esa esperanza que nunca se muere
esperando a Jesús vivimos Navidad.
Preparar las antorchas que Jesús enciende
en nuestras vidas con su paz y libertad,
comprender este mundo como Dios lo entiende,
preparando luces hacemos Navidad.
Servir con mi Jesús en su largo camino
del pobre pesebre hasta la misma cruz,
en esta Navidad yo junto mi destino
con todos los que buscan su Reino de luz.
Recibir a Jesús en mi propio pesebre,
abrir bien las puertas de cada corazón,
recibiendo a Jesús y que todos celebren
en mi vida y la tuya viviendo su amor.
Pastor Guido Bello
Amado hermano y amada hermana, dejo algunas tareas para esperanzar en este tiempo de Adviento:
Pensá a quiénes, (familiares, amigos, vecinos, compañeros/as de trabajo), podés contarles de tu fe e invitarlas a alguna actividad de la iglesia. ¡Ora por ellas!
No pierdas oportunidad de hablar de Jesucristo en las charlas que cada día tienes con la gente.
Usa la folletería que tiene tu iglesia para compartir y no olvides orar cada día, para que el soplo de Dios te anime a dar testimonio, renovando la fe y para que esa fe tenga una proyección práctica en la cotidianeidad de la vida.
Abrazo fraterno y sororal
Pastor Américo Jara Reyes,
Obispo