La fe en tiempos de cambios: nuevas prácticas de comunicación

03 Nov 2020
en El Estandarte Evangélico
La fe en tiempos de cambios: nuevas prácticas de comunicación

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Entrevista exclusiva de El Estandarte Evangélico con el Secretario General de Vida y Misión, P. Ariel Fernández.

La reconfiguración de las prácticas comunicacionales en las comunidades de fe, se vuelve imprescindible en momentos donde, el abrazo y el mate compartido, se hacen prácticas lejanas y añoradas.




El pastor Ariel Fernández, actual Secretario General de Vida y Misión de la IEMA, nos ofrece testimonio sobre ricas y variadas experiencias que recorren nuestro país diverso, reconociendo profundos esfuerzos, dones puestos al servicio de otros y otras, creatividad en el uso de recursos con el fin de ampliar horizontes y llegar, con la palabra compartida, a los espacios personales de tantos y tantas.

EEE: Ariel, en este tiempo de Pandemia, donde estamos obligados a mantener la distancia social y todas aquellas vivencias de comunidad que solíamos compartir en forma personal y muy cercana han debido interrumpirse ¿qué prácticas comunicacionales han desarrollado y siguen desarrollando las comunidades de fe de nuestro país para tender puentes entre sus miembros?

Ariel Fernández (A.F.): Entiendo que este ha sido un tiempo de oportunidades: por un lado el aislamiento ha permitido el uso de diferentes tecnologías para estrechar vínculos entre los miembros de las comunidades y por el otro ampliar las redes.

En cuanto a estrechar vínculos, he escuchado varios testimonios que apuntan al uso de las tecnologías para ampliar la comunicación con hermanos con los cuales se tenía un contacto lejano. En este sentido, hay comunidades que han instrumentado el seguimiento de los hermanos por cadenas telefónicas, grupos de whatsapp, reuniones de oración usando diferentes medios de conexión.

Por el otro, las redes, se han extendido de manera que no nos habíamos imaginado o,incluso, planificado. Por ejemplo en un grupo de oración de una iglesia, se ha sumado a un pariente (que no asistía a ninguna de nuestras comunidades) que está trabajando en Haití. 

EEE: Teniendo en cuenta el uso de las tecnologías y la necesidad de reformular las  actividades de las comunidades, ¿qué tipo de experiencias se están desarrollando y qué han permitido aprender y compartir?

A.F.: Hay una multiplicidad de experiencias: reuniones de pastores de un distrito, juntas directivas de comunidades, comisiones de trabajo, grupos de oración, de discipulado, de estudio bíblico. Aquí y allí se han desarrollado y, continúan en desarrollo, reuniones virtuales que permiten, a la iglesia, seguir funcionando en lo que es la comunión, así como en el testimonio en las redes.

Por lo menos diez comunidades del país editan videos todos los domingos, donde se comparte la Palabra, la Santa Cena, motivos de gratitud y oraciones de intercesión del ámbito local. Tres distritos realizan cultos distritales una vez por mes. Tres comunidades realizan los cultos en vivo, transmitidos por Youtube, lo que permite una interacción con la comunidad por medio del chat. Una de las comunidades nos compartió que han llegado a tener 120 participantes en vivo, cuando en forma presencial promediaba unos 25 asistentes en sus cultos.

Asimismo, esta vivencia ha permitido compartir recursos litúrgicos de otras comunidades, invitar predicadores, en definitiva, ampliar el nivel de participación convocando desde lugares lejanos a un mismo espacio virtual compartido.

Estas experiencias locales se suman al esfuerzo realizado desde el nivel general en la producción, edición y puesta en línea del culto nacional el primer domingo de cada mes y devocionales más breves el resto de los domingos. Otras comunidades utilizan sólo el material producido a nivel general.

La difusión pública ha permitido llegar a lugares y hermanos que no nos hubiéramos imaginado, ampliando las redes de las comunidades locales. Incluso, a hermanos mayores que ya no podían concurrir al Templo que participan en forma virtual. Un hermano me comentaba que una vez que volvamos a reunirnos en nuestras comunidades, tendríamos que conservar la  transmisión de los cultos en vivo para aquellos que se han reencontrado en forma virtual con sus comunidades desde lugares lejanos.

EEE: ¿Qué recursos tecnológicos se utilizan más frecuentemente para asegurar la accesibilidad de las personas a estas propuestas virtuales?

A.F.: Básicamente el uso de celulares, que es generalizado entre los miembros de nuestras comunidades, es la herramienta más usada. Algunos hermanos acceden desde computadoras y otros dispositivos. Y con algunos hermanos el teléfono fijo de línea sigue siendo una herramienta fundamental.

EEE: Las nuevas propuestas, ¿cómo han fortalecido las Comunidades de Fe y las prácticas de solidaridad?

A.F.: Como ya les compartí, los vínculos se han fortalecido, principalmente por el esfuerzo que han llevado adelante los líderes de las comunidades para mantener y profundizar las relaciones entre los hermanos. Por otro lado, las iglesias han tratado de responder en la medida de lo posible, los recursos especialmente en los primeros meses con los sectores más vulnerables que se han visto sacudidos en sus economías familiares. Diferentes esfuerzos se han realizado en nuestras iglesias. Hemos asistido con alimentos no perecederos a alrededor de 900 familias, se han repartido viandas en otras comunidades. Ha habido un gran esfuerzo diacónico en nuestras comunidades, acompañando a hermanos de nuestras comunidades, así como a vecinos y allegados. 

EEE: ¿Qué aspectos consideras relevantes en este tiempo para la Pastoral de la comunicación? ¿Qué cambió ? ¿Qué persiste? ¿Qué hay de nuevo?

A.F.: Un pastor me compartió el otro día que, cuando estaba en la Facultad de Teología, veía muy críticamente a los telepredicadores de los años 90. Y que en este tiempo se sorprendió a sí mismo haciendo aquello que lo incomodaba en otro tiempo. Y daba gracias a Dios por poder usar los medios tecnológicos para mantener el vínculo con sus hermanos.

Nada reemplaza, evidentemente el vínculo presencial, el cara a cara, las miradas, los gestos, los abrazos. Y todos, en mayor o menor medida, anhelamos el tiempo del reencuentro. Sin embargo, hemos descubierto herramientas y dinámicas de trabajo que complementarán en un futuro las dinámicas congregacionales y distritales. Para quienes vivimos en grandes ciudades, el tiempo que se pierde en traslados y las dificultades en encontrar un horario común para un cuerpo colegiado, hacen que muchas comunidades sigan usando estos medios.

La pregunta que creo que nos desafía es, cómo vamos a integrar lo «nuevo» (los medios tecnológicos) y a los «nuevos» (los hermanos que se han incorporado a nuestras redes de hermandad), con nuestras prácticas comunitarias tradicionales.

Este tiempo, creo que nos ha ayudado a ver qué es lo importante y que es lo superfluo en la vida de nuestras comunidades. Hemos asistido en el pasado a conversaciones sobre qué tipo de cera usar en el Templo, o cómo ponemos los bancos… O hemos escuchado en muchas comunidades cuando uno pregunta sobre determinados usos y costumbres la respuesta «siempre se hizo así»… Bueno, ya nada será como era antes. Algunas cosas persistirán y otras nos desafiarán a seguir siendo creativos.

Para el /la lector/a…¿Cómo es tu participación en la vida de fe en tiempos de Pandemia? ¿Qué  transformaciones has notado en la comunidad de la que formas parte? ¿Qué acción pensás que se puede sumar a lo que ya se viene haciendo para enriquecer y profundizar la interacción y el vínculo con las/os hermanas/os?




El Estandarte Evangélico

Pandemia: prácticas comunicacionales en las comunidades de fe

Noviembre 2020




Introducción

Florencia Lahitte

Cuando nos miramos como comunidades de fe, en tiempo de pandemia y aislamiento social obligatorio, nos encontramos con experiencias comunicacionales nuevas que se debieron reconfigurar en torno a sostener “el encuentro” a pesar de las restricciones de acercamiento, incorporando recursos, medios tecnológicos, intentando no perder la esencia del encuentro como vínculo que se construye con la palabra compartida.

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¡Seguimos siendo Iglesia!

Transmisiones en vivo y redes sociales en la Iglesia Metodista de Arroyito, Rosario, Santa Fe

“No somos iglesia porque tenemos un templo, sino porque tenemos una comunión con el Señor y con un grupo que puede avivar su fe en forma permanente. Nos sentimos comunidad, Iglesia más allá de que no nos podemos ver ni encontrar todo lo que quisiéramos. Seguimos siendo iglesia y permitiendo que la buena nueva siga siendo una palabra de esperanza y fe”

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Oportunidad para nuevas experiencias

“Pensar y dejar pensar”, programa de radio de la Iglesia Metodista de Villa Mercedes, San Luis

“Esta es una linda experiencia a la que se traslada el mismo temor que uno tiene en el culto, de tener todo organizado y preparado. Solo que aquí no puede haber silencios, sino que debe estar todo pautado. Si bien es parecido a una liturgia de culto, es una experiencia nueva porque tenés que aprender cómo reemplazas el gesto o los movimientos. Otra cuestión es que lo que se diga sea con amor y responsabilidad, por eso todo está guionado y la preparación es fundamental para hacer las cosas en forma eficiente, como servidores de Cristo.”

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