La oración del justo es muy poderosa y efectiva. -Santiago 5:16b-
Les saludo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
En esta Santa Cuaresma, nos reunimos para recordar la entrada de nuestro Señor en Jerusalén, su sufrimiento y muerte, y su resurrección de entre los muertos. Mientras reflexionamos sobre estos misterios de nuestra fe, llevamos en el corazón a nuestros hermanos y hermanas en Cristo que en muchos países de Oriente Medio han entrado en su quinto año de agitación. Los grupos armados estatales y no estatales han cometido atrocidades insoportables en los numerosos conflictos que tienen lugar principalmente en Iraq, Siria, Libia y Egipto. Cientos de miles de personas han perdido la vida en estas guerras, la mayoría civiles inocentes entre los que se encontraban muchos niños. Millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares y tierras ancestrales. Muchas otras han desaparecido en las prisiones, han sido víctimas de torturas y malos tratos, y han sido privadas de las condiciones básicas para vivir con dignidad. Los perpetradores en estos conflictos no respetan el derecho internacional humanitario, y han cometido crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.
En todas estas tragedias, las minorías religiosas y étnicas siguen siendo las comunidades más vulnerables. Entre ellas están los cristianos, nuestros hermanos y hermanas en el Señor, que afrontan el peligro actual del exterminio o el exilio de su propia región, un ataque catastrófico a la vida y el testimonio cristianos en estas tierras. Muchas iglesias y cristianos de todo el mundo han dado muestras de solidaridad y compasión a través de vigilias de oración, asistencia humanitaria y la promoción de una paz justa. A pesar de estos esfuerzos, muchos siguen sintiéndose impotentes e incapaces de lograr algún impacto o cambio. No obstante, sabemos que rendimos culto al Dios de la esperanza, en quien siempre hay cruz, siempre hay resurrección. Como cristianos, estamos llamados a vivir en la esperanza que Cristo nos da y hacer de ella nuestro testimonio en tiempos de profundo dolor y lucha.
Durante este período de Cuaresma, el Consejo Mundial de Iglesias invita a sus iglesias miembros y a los cristianos de todo el mundo a ofrecer oraciones especiales por todas las personas afectadas por estas guerras el domingo, 29 de marzo. Pedimos estas oraciones en especial por los países de Iraq, Siria, Libia y Egipto, donde la presencia y el testimonio cristianos autóctonos han sido continuos desde la encarnación de nuestro Señor, y desde donde se han divulgado las buenas noticias al mundo entero.
Se ha elaborado un servicio de oración en común a modo de recurso útil para las parroquias y las congregaciones. Estas oraciones pueden adaptarse de acuerdo con los diferentes calendarios, estilos litúrgicos y tradiciones eclesiales.
A los miembros del Comité Central y las iglesias miembros del Consejo Mundial de Iglesias.
Como estamos llamados a orar sin cesar, alcemos juntos nuestras voces anhelando la justicia y la paz.
Suyo en nuestro común Señor,
Rev. Dr. Olav Fykse Tveit
Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias (CMI)
Carta a A los miembros del Comité Central y las iglesias miembros del Consejo Mundial de Iglesias
Ginebra, marzo de 2015