50 años de autonomía de la IEMA: enfoque histórico

13 Oct 2019
en El Estandarte Evangélico
50 años de autonomía de la IEMA: enfoque histórico

El Equipo Editorial de EEE respeta la opinión de sus colaboradores/as. Los artículos firmados expresan única y exclusivamente pareceres de sus autores. Permitida la reproducción total o parcial de los artículos, citando la fuente.

A cincuenta años de la autonomía y nacimiento de la IEMA

“Nos retiramos declarando que quedan en pie nuestras santas aspiraciones…para quizá mañana mismo volver a la carga por nuevos caminos, según los designios que Dios nos tenga preparados, ya que por las sendas andadas hasta ahora no nos ha sido dado realizar nuestros ideales”… (1919)

Con estas palabras cargadas al mismo tiempo de frustración y esperanza se cerraba una de los procesos más conflictivos y menos conocidos en la historia del metodismo rioplatense. Entre 1916 y 1918 un fuerte movimiento de laicos y pastores habían generado un debate público de carácter internacional para lograr su autonomía de la Iglesia Metodista Episcopal. La certeza de aquel movimiento era que “mientras nuestros pueblos, no lleguen a la persuasión de que el Evangelio que predicamos no es una doctrina exótica, una religión de extranjeros… la semilla del evangelio no se desarrollará, arraigará ni fructificará en la medida que esperamos…”

Aquel movimiento nacionalizador era minoritario y fue ahogado a principios de 1919. Pero, como rezaba la proclama que abre el artículo, Dios tendría preparados otros caminos, aunque los gestores de aquella historia ya no estuvieran para verlos.

Los sesenta en el cono sur

Las primeras iglesias metodistas en obtener la autonomía en América Latina, fueron las de Brasil y México. Durante cincuenta años ambos países tenían la presencia de dos iglesias metodistas distintas en cada país. Hacia fines de la década de los ‘20, el metodismo estadounidense comienza un proceso de unificación para superar aquella división.

La reunión de ambas misiones hacía necesario ahora definir de cuál de las dos iglesias madres dependerían a partir de ese momento. La mejor solución encontrada fue declarar a las nacientes misiones reunificadas como iglesias autónomas. Luego de un largo proceso con sus respectivas instituciones, ambas misiones logran su autonomía en 1930.

La historia y proceso en el cono sur fue distinto. Las iglesias de la primera misión metodista del Cono Sur (Argentina, Uruguay, Chile y Perú) deberían esperar hasta la década del 60 para alcanzar ese objetivo. La atmósfera emancipadora de los ‘50 y ’60, en lo político y social, tenía ciertas semejanzas con la vivida en 1916. Sin embargo, el éxito del proceso que culmina con la obtención de las autonomías de las iglesias del cono sur, no puede explicarse solamente a través de la fuerza de voluntad y visión de los metodistas latinoamericanos. Además, debe tenerse muy en cuenta el contexto que, en ese momento, estaba dando nueva forma al metodismo en los EEUU. Ciertas decisiones tomadas en aquel momento, repercutieron en el mediano plazo, en sus misiones en el exterior.

A mediados de los 60 van confluyendo dos factores facilitadores del proceso de autonomía. Por un lado, se hace oír una progresiva demanda de las misiones del cono sur, de una estructura propia y adecuada a sus realidades. Por otro lado, la necesidad de tener un espacio de decisión política independiente de los intereses centrales. Muchos de sus dirigentes, en clara consonancia con lo expresado en 1917, pensaban que “la efectividad de su testimonio podría anularse a causa de su relación histórica y orgánica con el metodismo norteamericano”. Lo cual era cierto. Pero, también debe tenerse muy en cuenta, las necesidades estructurales que afectaba a la Iglesia de los EEUU. Estas demandaban una redefinición de sus objetivos y sobre todo de sus presupuestos con las misiones. Se trataba de las demandas de post guerra de las nuevas misiones en África y Asia. Estas siempre fueron, más aún en este contexto, objeto de una mayor atención y presupuesto que el destinado a las de América Latina.

En este contexto la acción de la Comisión sobre Estructura del Metodismo en el Extranjero (en inglés: COSMOS) comienza a movilizar la idea sobre la necesidad de que las misiones en América latina se separen de la iglesia madre. Esto resulta determinante para la concreción del proceso de autonomía. Comienza su labor en 1964 y concluye oficialmente en 1972, sin embargo, hacia 1968 su tarea estaba casi completada.

En 1968, COSMOS hace llegar una recomendación a la Asamblea General de la Iglesia Metodista Episcopal para que se concediera la petición de autonomía que las iglesias en Chile, Perú, Argentina y Uruguay venían pidiendo.

De esta manera los procesos de autonomía se terminan de legitimar en Asambleas locales que crearían las nuevas Iglesias nacionales: Chile, febrero 1969, Argentina y Uruguay, Octubre 1969 y Perú, Enero 1970.

Nace la IEMA

El preámbulo de la Constitución de la IEMA lo atestigua de esta forma:

En Rosario de Santa Fe, el 5 de octubre del año del Señor de mil novecientos sesenta y nueve, a ciento treinta y tres años del establecimiento de la Iglesia Metodista en la Argentina,

  • agradecidos a Dios nuestro Señor, por la obra de cuyo Espíritu, mediante nuestros padres en la fe, nos hizo nacer a la verdad del Evangelio en las filas de esta Iglesia, ……
  • convencidos de que los tiempos presentes exigen toda la intrepidez y la capacidad creadora de un pueblo arraigado en la fe evangélica y dinamizado por el poder del Espíritu Santo para el cumplimiento de la misión que Cristo ha encomendado a su Iglesia,…..
  • queriendo dar un carácter más autóctono y auténtico a nuestro testimonio para su mayor eficacia, y sintiendo la necesidad de estar dotados de más autonomía y libertad para darnos una legislación adaptada a las necesidades y circunstancias de nuestra situación inmediata,

declaramos nuestra voluntad de constituir con carácter autónomo, la IGLESIA EVANGÉLICA METODISTA ARGENTINA, cuya vida y acción se regirán por la Constitución y Reglamento General.

Autonomía con conexionalidad

Es importante señalar que, a causa de este proceso de autonomías de las iglesias metodistas, nace en febrero de 1969 el Consejo de Iglesias Metodistas de América Latina (CIEMAL). En su primer plenario, declaraba:

«Ha llegado el tiempo en que los latinoamericanos demuestren mayor responsabilidad, consolidando la unidad del metodismo en América Latina, para evitar una fragmentación, a través de la autonomía de las Iglesias del continente».

El objetivo principal de esta entidad era evitar que las autonomías nacionales provocaran la atomización del metodismo en AL. Por ese motivo, el nuevo consejo procuraría «elaborar una estructura que permitiera al metodismo latinoamericanos mantener su unidad en la misión en un continente tan vasto y diferenciado como el nuestro” sin que ello significara inmiscuirse en la legislación y la política de cada iglesia autónoma.

En el sermón de clausura de la asamblea Constitutiva de la IEMA celebrada en Rosario el 5 al 7 de Octubre de 1969, el Obispo Carlos Gattinoni decía:

“No siempre vemos el camino, pero vemos a Jesús que va adelante con la gran promesa, así como el Padre me envió, yo los envío a ustedes” …. “Hubo una gran desesperanza en la obra del metodismo en la década del 30, cuando me dijeron la iglesia metodista está por extinguirse…pero ella se reconstituyó en la década del 40 y 50 y se propuso extenderse… Hubo nuevos sentidos de marcha, hubo que preparar nuevos conceptos teológicos, y nueva conciencia social. Pero seguros estamos que hemos de seguir adelante con más osadía por campos y ciudades. Nuestro programa nos lo dará Cristo, porque él es la mano derecha de Dios”

A lo largo de todo este tiempo se siguen abriendo interrogantes, como los que desvelaron a los precursores de principios de siglo. Es probable que el proceso de preguntas no se cierre y tal vez sea mejor así, por lo que sería conveniente hablar de que aún somos una iglesia en proceso de autonomía. Un proceso que logre dar forma a una iglesia diagramada y sustentada en función de una misión abierta a la medida de las necesidades de la gente, porque “nuestro programa nos lo dará Cristo, porque él es la mano derecha de Dios”


Daniel A. Bruno para El Estandarte Evangélico




El Estandarte Evangélico

50 años de autonomía de la Iglesia Evangélica Metodista en Argentina: IEMA
Octubre 2019




Introducción

Carlos Valle

La creación de una Iglesia Metodista autónoma en Argentina, independiente de las misiones, refleja la preocupación generada en su seno por hacer emerger los valores fundamentales que hacen a su verdadera razón de ser, su presencia y aporte a la familia de la comunidad de fe.

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50 años de autonomía de la IEMA: enfoque histórico

Daniel A. Bruno

Entre 1916 y 1918 un fuerte movimiento de laicos y pastores habían generado un debate público de carácter internacional para lograr su autonomía de la Iglesia Metodista Episcopal, quien realizó la misión en nuestro país desde 1836.

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50 años de autonomía de la IEMA: enfoque teológico

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Los años de la década de 1960 y primeros de los ’70 fueron señalados como “situación revolucionaria”. En América Latina, y específicamente en nuestro país esto se trasladó también al ámbito eclesiástico.

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Corrían tiempos de una vida fraternal intensa y una conexionalidad espontánea, más allá de las que reglamentariamente estaban estipuladas en mi comunidad la Congregación de San Rafael.

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