Vasijas de barro – 6 de marzo
06 Mar 2021
en Espiritualidad y devoción
Paz y bien amada hermandad.
En el deseo de que vuestros ministerios sean fructíferos en toda buena obra y en la oración para que en todo el Señor Jesús sea glorificado. Es que les comparto un breve texto esperando sea de iluminación y estímulo en la caminata de fe.
«- ¡Oh, de qué modo necesito tu gracia, Señor, para atacar y comenzar el bien, ¡para continuarle y darle cima! Sin ella nada puedo hacer; en cambio, todo lo puedo en Ti cuando la gracia me fortifica. ¡Oh, gracia verdaderamente celestial, sin la cual nuestros méritos y los dones de la naturaleza son nada! Las artes, las riquezas, la belleza, la fuerza, el ingenio, la elocuencia, no tienen ningún valor a tus ojos Señor, sin la gracia… Oh, gracia bienaventurada, que haces rico (rica) al (a la ) pobre de espíritu, y al (a la) poseedor/a de grande bienes, humilde de corazón. Ven desciende a mí, lléname con tu consuelo desde que rompe el día, no sea que mi alma agotada, árida, desfallezca de laxitud. Imploro tu gracia, ¡oh, Dios mío!, no quiero más que ella: pues esa gracia me es suficiente, aun cuando nada obtuviera de lo que codicia la naturaleza… no temeré ningún mal mientras tu gracia esté conmigo. Ella es mi fuerza, mi consuelo y mi apoyo. Es más poderosa que todos los enemigos (enemigas) y más sabia que todos/as los sabios/as.»
Tomás de Kempis
Sin gracia somos como tierra árida o como pámpanos estériles. Por nosotros mismos y nosotras mismas nada podemos para proveer salvación alguna. Pero sí, todo lo podemos en Cristo quien es nuestra fortaleza. En medio de nuestras debilidades el poder de Cristo se perfecciona. Tan solo la gracia de Dios hace que la gente mala se vuelva buena, y que la buena se convierta en agradable. Que cada día la gracia no sane los ojos, para ver como Dios ve y prosigamos esparciendo el aroma de la gracia en nuestro mundo. Abrazo cálido y sereno en el amor de Jesús
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo