Paz y bien amada hermandad.
Que la jornada de cada una y cada uno de ustedes sea clara, amorosa y esperanzadora. Quién te dice: «Yo soy la luz del mundo»…te llama a sí; cuando te llama, te convierte; cuando te convierte, te sana; cuando te haya sanado, verás a tu conversor». San Agustín de Hipona. La conversión por sobre todas la cosas es gracia. No podemos por nosotros mismos o nosotras mismas conocer, poseerlo o vivir en comunión con Él.
Solo Cristo nos ayuda para que experimentemos la paz de Dios que nos convida a retornar al corazón y disponernos a vivir con plenitud y de modo auténtico el tiempo presente.
«Por eso, vuélvanse al Señor de todo corazón. Él es misericordioso y clemente, lento para la ira y grande en misericordia…» Joel 2: 12 – 13b.
Que ratifiquemos en éste día nuestra opción por un cambio profundo del corazón y no nos conformemos con un barniz en la vida. Sino todo lo contrario, que nos comprometamos hasta la médula con el amor que es la raíz de todos los bienes.
Abrazo cálido y sereno.
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo