Vasijas de barro – 22 de marzo
22 Mar 2023
en Espiritualidad y devoción
Paz y bien amada hermandad.
Que sus ministerios estén siendo abrazados por la gracia tierna del Dios de la vida plena.
“Porque nosotros no podemos dejar de hablar acerca de lo que hemos visto y oído”.
Hechos 4: 20
Cuando experimentamos la fuerza del amor de Dios, cuando reconocemos su presencia, la de su ESPIRITU en nuestra vida personal y comunitaria, no podemos dejar de anunciar y compartir lo que hemos visto y oído. Lejos de replegarnos o ensimismarnos nos vemos impulsados a transformar todos los inconvenientes, contradicciones en una oportunidad para la misión. Fidelidad, audacia, la valentía venida del Espíritu nos inspira y anima en nuestra diversidad de ministerios pastorales.
Quizás hayamos experimentado el desánimo, el desencanto, el cansancio o hasta la amargura, pero no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Resucitado y su fuerza es la que nos empuja y anima a buscar respuestas creativas capaces de vencer los obstáculos y construir una vida digna, para todos y todas.
Hay toda una humanidad que espera: personas que han perdido toda esperanza, familias en dificultad, infancias abandonadas, jóvenes sin futuro alguno, enfermos y ancianidad abandonada, hombres y mujeres en busca del sentido de la vida.
Mi hermano y mi hermana, es preferible una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades.
La iglesia como comunidad amorosa e inclusiva tiene una visión clara de la misión de Dios en Cristo. Y por ello nos dedicamos a humanizar, restaurar, sanar, reconocer y recuperar la dignidad humana de los deshumanizados, promoviendo la reconciliación y la relación de salud y equilibrio: con Dios, nuestro prójimo y prójima y con la creación toda.
Como comunidades transformadoras, nos urge descubrir, acoger y anunciar al Cristo naciente en la hondura de lo humano, enamorado de la vida y apasionado por la humanidad en todas sus búsquedas de plenitud y justicia.
Nuestra marca evangélica es acoger y anunciar la presencia salvadora de Dios en la fragilidad humana y en lo germinal de la historia desde Jesús el Cristo.
Abrazo cálido y sereno en el amor de Jesús.
Abrazo cálido y sereno.
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo