Vasijas de barro – 22 de julio
22 Jul 2021
en Espiritualidad y devoción
Paz y bien amada hermandad.
Que la santa trinidad les esté iluminando y animando en sus ministerios de buena nueva.
Les comparto un texto de la teóloga Pepa Torres deseando sea de edificación y desafío.
«La ternura y la compasión configuran la vida y la misión de Jesús y, por tanto, su destino. Constituyen una forma de estar en la vida afectada por el sufrimiento y los sueños de alternatividad de quienes no pueden más y en la vida comprometida a fondo perdido con ellos. Implica una indignación ética y una postura social comprometida de parte de las víctimas. Tiene consecuencias que afectan a la polis, al sistema y, por tanto, estructurales. La compasión y la ternura constituyen una forma radical de crítica, porque con su praxis anuncian que todo dolor ha de ser tomado en serio, que ninguna injusticia ni sufrimiento ha de ser concebido como algo normal ni natural. Por eso la ternura y la compasión, vividas al modo de Jesús, resultan altamente sospechosas e inaceptables para el status quo y también para nosotros y nosotras, porque desinstalan nuestra visión de la realidad, nuestra imagen de Dios y nos urgen a modificar nuestra manera de posicionarnos en ella. Tanto en la época de Jesús, como en la nuestra, la compasión es una relación no permitida a la hora de estructurar la legalidad. Los imperios y los mercados no se construyen ni se sustentan sobre la base de la compasión. a lo largo del Evangelio. La compasión de Jesús es un tocar y dejarse tocar por el sufrimiento y los sueños de los últimos y desde ahí revelar el corazón del Abba como un corazón sin periferia. Un corazón cuya voluntad histórica es que la vida sea un banquete permanente, en el que no haya personas, pueblos culturas, sexos, razas, etc. descartables, una comida popular sin primeros ni últimos, donde corra el vino de la justica y la alegría y el pan que dé saciedad y plenitud a cada corazón humano, cada pueblo y cultura.»
Sed compasivos, como vuestro padre es compasivo> Que sea este nuestro compromiso de vida. Santo Espíritu, ayúdanos a que en la gran danza de la vida sintamos el llamado a movernos constantemente, a fin de dar lugar a los cuerpos de las otras y los otros, para que juntos podamos participar y danzar en plenitud por la buena nueva del Reino de Dios.
Abrazo cálido y sereno.
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo