Paz y bien amada hermandad.
Que el Dios de la vida plena y abundante esté junto a ustedes, guiando e inspirando su labor pastoral de apacentamiento, siendo buenos compañeros/as de camino, capaces de permanecer junto a quien está triste, está solo o simplemente necesita encontrarse a sí mismo.
Estamos llamados y llamadas a que nuestras prácticas de misión reflejen una hospitalidad sincera, una búsqueda sincera, y la aceptación de todas las personas. El amor de Dios en Cristo se vuelve visible, cuando como congregaciones y miembros individuales de la comunidad cristiana extendemos intencionalmente “la fraternidad y sororalidad de Cristo a todas las personas».
Oramos:
“Espíritu del Cristo resucitado,
así como tus discípulos fueron unidos en el vínculo de la paz
y estructurados en un cuerpo, así como ellos partieron el pan
y permanecieron en oración:
se tú dando tu bendición sobre el compañerismo
que compartimos en el nombre de Jesús.
Renueva nuestra vida comunitaria
a través de tu Palabra y sacramentos,
que podamos despertar a tu voluntad para nosotros
y estar vivos a nuestra participación en tu obra en el mundo,
a la gloria de tu nombre Trino”.
Abrazo cálido y sereno.
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo