Vasijas de barro – 13 de noviembre

13 Nov 2021
en Espiritualidad y devoción
Vasijas de barro – 13 de noviembre

Paz y bien amada hermandad.

Mi profundo deseo de bendición sobre vuestras vidas y ministerios pastorales amorosos y serviciales con el pueblo.

En la hora de las naciones Emmaniel Levinas, relata una parábola judía sobre la luna que se hace pequeña. Se trata de un diálogo entre Dios y la luna. En la estructura del dialogo está la aparente contradicción que encontramos en Génesis 1: 16. En el relato se anuncia la creación de dos grande luminarias e acto seguido se pasa a hablar de “la gran luminaria” y “la pequeña luminaria y es como si repentinamente una de las dos grandes luminarias se hubiere hecho pequeña.

La parábola cuenta que, cuando había “dos grandes luminarias”, la luna hizo notar al Creador que no era posible que dos reyes llevasen la misma corona. La luna no quería compartir su grandeza y, por eso, afirmaba la necesidad de un “orden jerárquico”. Grande sólo puede haber uno. La grandeza no se comparte, pues compartir la grandeza es la guerra. Entonces, Dios le dijo: “ve, pues, y hazte más pequeña”.

El justo castigo a la pretensión de la luna fue hacerse más pequeña. Naturalmente la luna protestó: “acabo de exponer una idea sensata; eso no es razón para hacerme pequeña”


“el cual:
Aunque existía con el mismo ser de Dios,
no se aferró a su igualdad con él,
sino que renunció a lo que era suyo
y tomó naturaleza de siervo.
Haciéndose como todos los hombres
y presentándose como un hombre cualquiera,
se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte,
hasta la muerte en la cruz.
Por eso Dios le dio el más alto honor
y el más excelente de todos los nombre” Filipenes 2: 6-9


Jesús, el que no retiene su categoría de Dios, el que tomó la condición de esclavo, invita a los suyos a hacerse servidores de todos/as y ocupar el último puesto.

El que trae el reino de Dios a las y los pobres, que cura y sana y hospeda a quienes son menospreciados, es quien nos convoca al seguimiento y nos enamora con su esperanza y su entrega.


Abrazo cálido y sereno.

Pastor Américo Jara Reyes
Obispo

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