Un tiempo de quietud con Jesús
¿CÓMO CONOCEMOS A DIOS?
- ¿El carácter de Dios sacude nuestra imaginación?
- ¿Lo conocemos como el Dios que juzga la idolatría de su pueblo severamente?
- ¿Cómo el Dios de los pactos inviolables? ¿Cómo el Dios que nunca rompe sus promesas?
Desde La Biblia
Daniel 9:1-19
Daniel estaba leyendo el libro de Jeremías, no hubo voces, no hubo visión, fue la palabra escrita lo que lo llamó a ponerse a orar con el Padre.
Daniel no necesitaba oír una voz, se sintió atrapado por la promesa escrita de Dios y esta envolvió sus pensamientos, creándole una tensión interior.
No hubiera surgido ningún conflicto si Daniel hubiera tomado la palabra de Dios superficialmente o no hubiera sentido preocupación por su pueblo.
La falta de clamor a Dios en la Iglesia de nuestros días tal vez indica nuestra falta de conflicto interior entre La Palabra de Dios y la realidad que nos toca vivir.
Aunque no nos parezca la Palabra de Dios no nos pone en tensión entre lo que está escrito y lo que vivimos, tomemos el ejemplo de 2 Pedro 3: 9 y pensemos qué significa para nosotros. La leemos y listo, no nos crea preocupación o tensión.
Y muchas veces no tomamos la palabra de DIOS en serio. Ejemplo: Deberías perdonar a fulana/o y tal vez estés razonando “No puedo perdonarla, he probado pero mis sentimientos de hostilidad no desaparecen”. Sin embargo, las Escrituras golpean nuestra conciencia. Colosenses 3: 13.
La tensión de las cosas espirituales puede ser creativa y generadora de vida.
Observemos la preocupación de Daniel por el carácter de Dios “Señor Dios grande digno de ser temido” Este es el Dios al que se dirige Daniel.
El conocimiento que Daniel tenía de DIOS, le hacía tener muy presente los pecados del pueblo.
Aquel que se precie de intercesor, no debería orar “Ten misericordia de ellos” sino “ten misericordia de nosotros.
¿Qué te impide orar de esta manera? ¿Mereces más la gracia de Dios que otras personas?
¿Qué podemos hacer? – comenzar reconociendo ante Dios que tenemos miedo de enfrentar la verdad, y que el obre en nuestros corazones.
Vers. 19 Daniel siente que está en juego la reputación de Dios y está celoso por su honor. No soporta que la gente tenga un concepto pequeño de Dios.
Dios no tiene necesidad de probar nada.
Es decisivo lo que una persona piensa de Dios, ya que eso determina el curso de su vida. La perspectiva que una iglesia tiene de Dios determinará su vida espiritual y su poder.
Cuando nuestros pensamientos están centrados en el honor de Dios, nos elevamos a un plano superior de oración.
Tomado de “ORACIÓN, un diálogo que cambia vidas” / John White
Motivos de oración
- Por las relaciones personales
- Por quienes perdieron el camino y creen que el poder es el arma que tienen en sus manos.
- Por los que no te conocen.
- Danos las palabras que mi hermano, mi amigo, quien tengo enfrente, está necesitándote.
- Oramos para encontrar un tiempo para estar contigo Señor.
- Rogamos a nuestro Señor por la paz entre los pueblos. Que puedan compartir su vida construyendo una convivencia de encuentro y respeto mutuo.
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El mismo será publicado la próxima semana.