Tiempo de Oración – Propuesta semanal para el 25 de mayo
En el día del primer gobierno Patrio
Canción
Bueno es alabarte, Señor
Bueno es alabarte, señor, y a tu nombre folclore cantar;
De mañana tu gracia anunciar y de noche tu fidelidad.
Con las seis cuerdas del guitarrón y marimbas de rítmico son,
Pues tus hechos me alegran, Señor, son tus obras mi felicidad.
El justo florecerá como la palma y se multiplicará como cedro del Líbano.
Son tus obras excelsas, Señor, y es profundo tu eterno pensar;
El que es necio no ve tu poder y el que peca ignora tu amor.
Aunque abunden las obras del mal y cual hierba nazca el pecador
A la ruina sus obras irán porque Tú eres el Santo Señor.
Oración de la mañana
Señor, en el silencio de este día que nace, vengo a pedirte paz, Sabiduría, fuerza. Hoy quiero mirar el mundo con ojos llenos de amor, ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno.
Ver detrás de las apariencias de tus hijos, como lo ves Tú mismo, Para, sí, poder apreciar la bondad de cada uno.
Cierra mis oídos a toda murmuración, guarda mi lengua de toda maledicencia, que solo los pensamientos que bendigan permanezcan en mi.
Quiero ser tan bien intencionado y justo que todos los que se acerquen a mí, sientan tu presencia. Revísteme de bondad, Señor, y haz que durante este día yo te refleje. Amén
Ignacio Larrañaga
Texto sugerido
Sobre la mayordomía
“Y yo os digo: “Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas”. Lucas 16:9.
A la luz de las creencias o de la fe, el ser humano establece cuatro tipos de relaciones interdependientes para garantizar su supervivencia: Con Dios, con uno mismo, con el prójimo individual y colectivo, (la comunidad, la sociedad), y con la creación.
En su Sermón 50, “El uso del dinero” 1748 Wesley cita el evangelio de Lucas 16:9
Este versículo está en lo que se conoce como la mal llamada parábola del “administrador infiel o prudente” según las distintas interpretaciones, la cual encontramos en el evangelio de San Lucas: 16: 1-13.
Wesley saca de esta parábola la enseñanza sobre “el uso correcto del dinero” y establece que lo malo no está en el dinero como objeto instrumental de la economía, con el cual se posibilita el comercio y los negocios en las transacciones comunes de la vida. En sí mismo no está el mal, ya que el dinero se puede usar para hacer el bien o el mal. Él señala que la “raíz de todos los males es el amor al dinero”, (1º Timoteo 6:10). Por lo tanto la culpa del mal no recae sobre el dinero, sino en quienes lo usan. Luego, Wesley da unas reglas sencillas a los creyentes para poder ser mayordomos fieles, sabiendo cómo usar el dinero (las riquezas injustas).
La primera regla es “gana todo lo que puedas”. Y limita esto a no hacerlo a expensas de la vida y de la salud corporal y mental de la persona que se empeña en ganar todo lo que pueda. Al hacerlo se debe cuidar de no perjudicar al prójimo en sus bienes, descartando toda usura y cobro de intereses. También descarta el hacer negocios perjudicando la salud del prójimo; aquí se refiere al negocio del alcohol que destruye vidas. En una palabra “ganar todo lo que puedas” pero haciéndolo en forma honrada y con celeridad.
Luego la siguiente regla que sigue a la primera es según Wesley: “Ahorra todo lo que puedas”. Aquí su recomendación es gastar en lo necesario para cubrir las necesidades básicas de una vida sencilla, de uno y de sus familiares, o empleados evitando el gastar en cosas superfluas.
Es la actitud del mayordomo y no la del propietario, que administra los bienes del dueño.
Y por último “da todo lo que puedas”, esta tercera regla debe ser considerada la clave hermenéutica de la totalidad de las reglas. La última regla nos invita a hacer todo el bien posible a los demás, ya sean familiares y a los demás, porque todo es de Dios. Las dos primeras reglas tienen validez unida a esta tercera. La última regla es dar a Dios lo que es de Dios. (Mateo 22:21ssg). Y Dios nos invita a servirlo ayudando al que está en necesidad porque Dios mora en el que está en necesidad. (Mateo 25).
Por otro lado, el apoyo a estas reglas metodistas de ganar y ahorrar dinero, que Wesley sugiere, puede llegar a interpretarse como un leve respaldo al deseo de acumular ganancias o riquezas.
Pero no podemos perder de vista que la última regla subordina a estas dos primeras, como ya hemos explicado. Dice Outler Albert sobre este sermón que Wesley introdujo en esta regla primera, ciertos condicionantes sobre el cómo ganar dinero. Wesley aclara sobre la responsabilidad social en la forma en que se adquiere la propiedad, el capital, o los medios de producción. En cuanto a la segunda regla (guardar), puso énfasis principal en la abnegación de uso de los recursos de cada uno, no gastarlos en gastos ociosos o lujos. Luego, en la tercera regla (dar), renunció a la acumulación de algo por encima de lo que satisface las necesidades básicas de cada uno, la dirección de su lugar para satisfacer las necesidades de nuestros vecinos. En otras palabras, mientras que Adam Smith, (padre del capitalismo), unos años después sostendrá que la acumulación de superávit fue el fundamento del bienestar económico, Wesley discrepa con esta opinión, tal vez influenciado por la situación de estar rodeado de personas cuyas necesidades básicas no se cumplen y de entender a esta situación como de pecado mortal. Sin embargo, le resultó difícil convencer a su pueblo de seguir estas reglas. La mayoría del pueblo inglés y en especial las clases acomodadas, eran propensos a retener para sí mismos el excedente conseguido. Wesley considera esta actitud más que una desviación menor, sino más bien un pecado mortal. Difícilmente se puede adivinar a partir de estos recursos que el esfuerzo principal de la proclamación original de Wesley estaba, junto con otros cristianos, en buscar la santidad de corazón y vida, como contribución esencial a la santidad social en la sociedad.
En estos tiempos de crisis económica que se materializan en una inequitativa distribución de la riqueza, que es la esencia del sistema capitalista. Es saludable tener presente los consejos de Wesley para no caer en la tentación de descuidar nuestro compromiso de ofrendas y diezmos con nuestro Dios, para sostener la misión de nuestras congregaciones y la solidaridad con nuestro pueblo humilde a través de obras de misericordia.
Pastor Fernando H. Suarez
Oración de la noche
Danos, Señor aquella paz que brota en plena lucha como una flor de fuego; Que rompe en plena noche como un canto escondido; que llega en plena muerte como el beso esperado.
Danos la paz de los que andan siempre, desnudos de ventaja, vestidos por el viento de una esperanza núbil.
Aquella paz del pobre que ya ha vencido el miedo.
Aquella paz del libre que se aferra a la vida.
La paz que se comparte en igualdad fraterna como el agua y el cuerpo de Cristo.
Obispo Pedro Casaldáliga
Motivos que presentamos en Oración
- Por nuestra querida Patria para que cada día crezcamos en los ideales de la Revolución de Mayo: en igualdad, libertad y fraternidad para todos.
- Para que la iglesia renueve su misión para hacer brotar la fe en medio de las pruebas y las dudas.
- Para hacer crecer la esperanza en medio de los temores.
- Para hacer reinar el amor solidario en medio de las crisis.
- Para defender los derechos humanos entre tantas injusticias.
- Para que demos testimonio de que somos mayordomos de la creación.
- Para llevar paz en medio de la violencia.
- Por la salud de aquellos que están padeciendo alguna dolencia o enfermedad.
- Por la unidad, el amor y la sanidad en nuestras familias.
Derrama Señor los dones del Espíritu Santo para que seamos señales de tú Reino y su justicia en estos tiempos difíciles.
En el nombre del Señor Jesús, a él sea la Gloria, el Poder y el Reino por los siglos de los siglos. Amén.