Tiempo de Oración – Propuesta semanal para el 16 de marzo
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Canto matutino
Entra en la presencia del Señor con gratitud
y adórale de corazón.
Entra en la presencia del Señor con gratitud
y alza tu voz con loor.
Dad gloria y honra
y alabanza al Señor,
Oh Cristo nombre sin igual
Oración de la mañana
…por la renovación de la vida
Oh Dios, Rey eterno, que con tu luz separas el día de la noche, y transformas en claridad la sombra de muerte: Arroja de nosotros todo mal deseo, inclina nuestro corazón a guardar tu ley, y guía nuestros pasos por el sendero de la paz; para que, al hacer con gusto tu voluntad durante el día, nos alegre darte gracias cuando llegue la noche; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Libro de Oración común
Texto sugerido
“Todo lo considero pérdida comparado con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús mi Señor”
Filipenses 3:8
Para rumiar en momentos del día
LA ORACIÓN, VERDADERO REFUGIO DEL ALMA
Una presentación panorámica del libro de Richard j. Foster. 2ªparte
FOSTER, Richard J. La oración, verdadero refugio del alma. Miami: Editorial Betania, 1994. 321 p.
Movimiento ascendente: en busca de la intimidad necesaria.
Dios es el verdadero hogar de nuestro corazón y, mientras no lleguemos ante Él, somos exiliados y extranjeros. El miedo y el orgullo nos distancian del Padre, pero pueden ser vencidos por la fe, la esperanza y el amor.
Ese el camino ascendente que nos conduce hacia la intimidad con Dios.
- Oración de adoración: Deleitarnos en Dios, venerarlo y magnificar su nombre son, entre otros, los nobles propósitos de la oración de adoración. En ella no buscamos cosa distinta a exaltar a quien nos ha amado con amor y nos trata con bondad infinita. Esta oración debe aprenderse e incluye la práctica de la gratitud y la gracia de magnificar a Dios, entre otras.
- Oración de descanso: Por medio de esta oración Dios pone a sus hijos en el ojo de la tormenta. Esa es su promesa, que nos dará descanso (Mt.11: 29). Hay tres prácticas diseñadas para guiarnos en esta oración: la soledad, que nos aísla para descubrir que nuestras fuerzas provienen de Dios; el silencio que aquieta el control sobre la gente y las situaciones; y el recuerdo, que propicia la reflexión para considerar el rumbo de nuestra vida.
- Oración sacramental: Una liturgia bien conducida puede elevarnos en santa reverencia. No siempre lo informal o espontáneo es señal segura de mayor intimidad espiritual. Las oraciones escritas, la Santa Comunión o Eucaristía, así como el sacramento de la Palabra, el cántico y el uso reverente de nuestro cuerpo –incluida la danza sacra- son medios de gracia ordenados por Dios.
- Oración incesante: No es esta una oración de fácil acceso puesto que se trata de hacer de nuestra vida una constante oración y un reflejo vivo de la presencia de Dios. Se requiere de ardua disciplina hasta lograr que nuestro subconsciente y toda nuestra personalidad se impregnen de Dios y se produzca, aquello que los santos llaman, «unión con Dios».
- Oración del corazón: También se le conoce como «oración abba» por ser una comunicación personal con Dios en la que priva la intimidad, el amor y la ternura. Es una oración del corazón en la que se concede un lugar para la glosolalia, la experiencia de «descanso en el Espíritu» (algunos quedan inconscientes y caen al piso) y la «risa santa», entre muchas otras. Es, ante todo, dejar que la ternura de Dios sacuda nuestro corazón.
- Oración meditativa: La Escritura y los textos de los escritores clásicos devocionales son una rica fuente para la meditación cristiana. En esta práctica no se busca estudiar los textos con propósito literario o académico, sino dejar que «el suave susurro» del Espíritu aliente nuestra alma y nos conduzca por los caminos de la intimidad con Dios.
- Oración contemplativa: Esta no es una oración para principiantes. Para entrar en la contemplación silenciosa de Dios y penetrar en la profundidad del ámbito espiritual se requiere madurez. En esta oración del silencio afloran los sentimientos y todo el ser se concentre en la amorosa atención de Dios. Su meta es una: la unión con el Señor.
El camino hacia el exterior: en busca del ministerio pertinente.
La transformación interior y la intimidad con Dios deben traducirse en servicio hacia los demás. El Espíritu Santo es quien nos conduce por este camino del ministerio.
- Oración cotidiana: No hay razones bíblicas para hacer de nuestra espiritualidad un aspecto separado -y hasta contrario- a nuestra vida cotidiana. Es necesario lograr esta integración y para ello debemos volcar las experiencias de cada día en la vida de oración, ver a Dios en las experiencias diarias y aprender a orar mientras transcurre nuestra cotidianidad. El trabajo debe ser convertido en oración y en expresión natural de nuestra ofrenda a Dios.
- Oración de súplica: A Dios le gusta que le pidamos. Cuando suplicamos su favor fortalecemos nuestra relación con el Padre. El mejor modelo de la oración de súplica es el Paternóster, donde aprendemos el valor de acercarnos al Creador para descansar en su bondad y esperar el cumplimiento de su soberana voluntad.
- Oración intercesora: Cuando intercedemos por otras personas estamos expresando, de alguna forma, nuestro amor por ellas. La intercesión es una oración descentralizada del yo y orientada al bien de nuestro prójimo. Cristo es el intercesor por excelencia y por medio de él se hace posible nuestro ministerio de intercesión, pues oramos siempre «en su Nombre».
- Oración sanadora: Orar por la salud física, espiritual o emocional de una persona es una práctica corriente en la Palabra de Dios. En especial, en el Nuevo testamento, encontramos que se imponen las manos para procurar la acción de Dios sobre una persona enferma. Estos gestos de fe sincera debemos rescatarlos con equilibrio y buscando en todo la dirección del Espíritu de Dios.
- Oración de sufrimiento: Pablo nos invita a ser compañeros de Cristo a través de la «participación de sus padecimientos» (Fil. 3:10). Cuando el sufrimiento es injusto y carente de sentido debemos luchar contra él porque se opone a la vida en el Reino; pero hay «un tipo de sufrimiento que tiene propósito y sentido» (p. 273). En este último caso debemos buscar a Dios para encontrar valor y comprender sus propósitos.
- Oración de autoridad: En esta oración no es tanto lo que hablamos a Dios, sino lo que hablamos por Dios. «No le pedimos que haga algo; al contrario, usamos la autoridad de Dios para mandar que algo se haga» (p. 287). Por este medio se invade el territorio del adversario para buscar los intereses del reino de Dios. Esta es una oración de mandato que actúa en medio de poderes diabólicos –personales y estructurales- que niegan la voluntad de Dios.
- Oración radical: La oración radical es profética porque cree que el mundo puede ser diferente y por lo tanto procura la transformación de las personas, las instituciones y las estructuras sociales. Este es un clamor subversivo e impertinente, que atenta contra el status quo y que eleva la fe a la categoría de santidad social, al decir de John Wesley.
Oración de la noche: Colecta por Socorro en Todo Peligro
Te suplicamos, Oh Señor, disipes nuestras tinieblas; y por tu gran misericordia guárdanos de todos los peligros y riesgos de esta noche; por amor de tu Hijo único nuestro Salvador Jesucristo. Amén.
Libro de Oración Común, guía de oración vespertina
Canción
Te busco Señor, te ruego Señor, clamo a Ti, Oyeme
Te busco Señor, te ruego Señor, ven escucha mi voz.
Motivos que presentamos en Oración
En este mes de marzo, donde comienzan varias actividades y programas:
- Porque el Señor nos renueve en la disciplina de la Oración personal y comunitaria
- Porque la presencia del Señor nos acompañe con su gracia y sabiduría en esta cuaresma
- Por nuestra patria argentina, los desafíos que enfrenta nuestra nación en relación a la deuda externa y el debate y resolución de nuestro Congreso
- Por el inicio de las Escuelas Bíblicas y espacios de educación Cristiana
- Por los sueños y proyectos que cada iglesia local tiene para este año y las asambleas locales de cada comunidad.
- Por los distritos y sus reuniones de OED y programas
- Por el inicio de la Semana Santa y el testimonio de cada congregación en sus actividades
Y continuamos orando por:
- Por la salud de aquellos que están padeciendo alguna dolencia o enfermedad.
- Por la unidad, el amor y la sanidad en nuestras familias.
- Por un volver el rostro a la Creación y ser más comprometidos por el cuidado de nuestra tierra: nuestra casa.
- Por la paz y el entendimiento entre los pueblos del mundo.
- Para que no falte trabajo, educación, salud y vivienda en cada familia de nuestro pueblo.
- Por el acercamiento, el perdón y la restauración entre quienes están alejados o peleados.
- Para que nuestro corazón y mente se abran más y miren al otro, encontrando en él, en ella, a un amigo/a, hermano/a.
- Por el Segundo Encuentro Nacional de Líderes laicas y laicos a realizarse a fines de abril.