Tiempo de ayuno y oración – Propuesta semanal para el 5 de agosto
Encuentro con Dios
En esta última semana hemos estado inmersos/as en números, porcentajes y perspectivas. Lamentablemente, estamos hablando del tiempo que nos tocó vivir y la cantidad de contagios y muertes provocados por el coronavirus.
La mayoría, nos seguimos asombrando de lo rápido y silencioso que es este virus, y como no lo vemos y no tenemos certeza si, por los lugares por donde andamos, éste también anda, creemos que estamos a salvo y más es el asombro cuando nos toca de cerca. Tendremos que seguir cuidándonos y cuidando a los demás pero eso no nos impide conservar la fe y ponerla en práctica haciendo real y aquí el Evangelio. De esta manera, estaremos generando pequeños milagros, impulsados por el amor a nuestro prójimo.
Sigamos con fuerza, llamando a quien necesita ser escuchado, o darle una palabra de aliento. Sigamos ofrendando, compartiendo con quien lo necesita. Mandemos un regalito, por más simple que sea, compartamos un pan hecho con nuestras manos, usemos nuestros dones en servicio a los/as otros/as. Oremos por los cercanos y los que no conocemos, también… Y seamos luz, brillemos en el sitio donde nos ponga Dios!
Él nos escucha!!
VBM
Salmo 47: 1-3, 6-10
(2) ¡Aplaudan, pueblos todos!
¡Aclamen a Dios con gritos de alegría!
2 (3) Porque el Señor, el Altísimo, es terrible;
es quien gobierna toda la tierra.
(6) ¡Dios el Señor ha subido a su trono
entre gritos de alegría y toques de trompeta!
6 (7) ¡Canten, canten himnos a Dios!
¡Canten, canten himnos a nuestro Rey!
7 (8) ¡Canten un poema a Dios,
porque él es el Rey de toda la tierra!
8 (9) ¡Dios es el Rey de las naciones!
¡Dios está sentado en su santo trono!
9 (10a) Los hombres importantes de las naciones
se unen al pueblo del Dios de Abraham,
10 (10b) pues de Dios son los poderes del mundo.
¡Él está por encima de todo!
Alabad al Señor
Canten todos sin distinciones
Entonándole mil canciones:
Con guitarras, bombos y a viva voz,
Que todo suene dando gloria a Dios.
Pues él nos dio aliento para cantar.
¡Gloria a Dios!
Canten todos sin distinciones
Entonándole mil canciones:
El rumor del viento, los bosques, las olas,
Las cornetas, flautas, pianos y violas.
A él le gusta el rock y las sinfonías.
¡Gloria a Dios!
Canten todos sin distinciones
Entonándole mil canciones:
Él nos dio sentidos para captar luces,
Sonidos, la frescura del mar
Y construir un futuro lleno de amor.
¡Gloria a Dios!
Canten todos sin distinciones
Entonándole mil canciones:
La armonía, el canto su creación,
Sin disonancias de odio y destrucción
Es nuestra entera de responsabilidad.
¡Gloria a Dios!
Alejandro Zorzin – Canto y Fe 177
Lectura del día
Isaías 51:1-3
«1Escúchenme ustedes, los que me buscan y van en pos de la justicia. Miren la piedra de donde ustedes fueron cortados; el hueco de la cantera de donde fueron sacados. 2 Miren a Abrahán, su padre; miren a Sara, la mujer que los dio a luz. Cuando él era uno solo, yo lo llamé, lo bendije y lo multipliqué. 3 Yo, el Señor, consolaré a Sión; consolaré todos sus páramos. Haré de su desierto un paraíso, de su soledad un huerto mío, y en ella habrá gozo y alegría; alabanzas y voces de canto.»
Mateo 11:20-24
20 Entonces Jesús comenzó a reprender a los pueblos donde había hecho la mayor parte de sus milagros, porque no se habían vuelto a Dios. Decía Jesús: 21 « ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho entre ustedes, ya hace tiempo que se habrían vuelto a Dios, cubiertos de ropas ásperas y ceniza. 22 Pero les digo que en el día del juicio el castigo para ustedes será peor que para la gente de Tiro y Sidón. 23 Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás levantado hasta el cielo? ¡Bajarás hasta lo más hondo del abismo! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, esa ciudad habría permanecido hasta el día de hoy. 24 Pero les digo que en el día del juicio el castigo para ti será peor que para la región de Sodoma.»
El profeta propone a los exilados descorazonados el ejemplo del gran antepasado de Israel –Abraham para que reconozcan su categoría entre las naciones. La bendición de Dios hizo que de Abraham, ya muy anciano, surgiera una gran nación; del mismo modo ahora el pueblo escogido, reducido a la miseria y a la impotencia, puede recobrar su primitiva grandeza y aun superarla con la bendición de Yahvé. El profeta se dirige a los que aún conservan alguna esperanza de salvación: Oídme los que seguís la justicia (v.1); como en otros lugares, la palabra justicia aquí puede ser sinónimo de «victoria,» «salvación.» Los que buscáis a Yahvé, esperando el cumplimiento de sus promesas y la manifestación de su poder para liberar al pueblo elegido.
¡Qué maravilla el Evangelio…! Jesús hace; con la fuerza de un profeta, una oferta, a toda la población de una ciudad. Jesús los ve a todos implicados en un destino común. En el encuentro personal Jesús siempre llama al individuo, y éste adquiere la fe. Pero todos concurren y son responsables unos de otros. La llegada del reino de Dios es un acontecimiento público, más aún, político, que a todos atañe. Dios puede dar una señal a una comunidad, a una ciudad, a un pueblo, y hacer una oferta que obligue a todos. Así sucedió siempre hasta nuestros días. Eso significa que debemos estar atentos al llamamiento que exhorta a la conversión…
De manera que; entendamos “conversión” como una búsqueda, constante, del amor y la justicia, señales ellos, de salvación que nos transforma y transforma al mundo. Amén.
ROG
Oremos en paz y en comunión…
Deidad de los muchos Nombres; danos, junto al hambre de Vos, un hambre también insaciable de amor, de justicia, de libertad, para nosotras y nosotros y para todos los humanos, especialmente aquellos a quienes el mundo actual, estructuralmente, se lo niega. Que, en este tiempo de pandemia e insoportable cuarentena, nuestra hambre de Vos de realmente con Vos y no con un ídolo religioso que te suplante, a Vos que sos una Divinidad del amor, de la justicia, de la libertad y de la implacable pasión por los pobres. Nosotras y nosotros te lo pedimos recordando a Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén.
Oramos por…
- Nuestro país y todas las personas que lo habitan.
- Por todos los países del mundo que están sufriendo de esta pandemia pero también por los que están en guerra o padeciendo hambre e injusticias.
- Para que Dios nos ayude a pasar por estos tiempos tan difíciles y nos de la esperanza de nueva vida.
- Por todas las personas que están enfermas de diferentes dolencias.
- Por quienes se han contagiado el COVID19 y están luchando por su vida.
- Por nuestras familias.
- Por nuestros padres, madres mayores.
- Por nuestros hijos, hijas, sobrinos, nietos.
- Por nuestras hermanas y hermanos de la fe, que siguen trabajando para llevar consuelo, esperanza y valor a los que están solos, solas o enfermos.
- Por nuestras comunidades que trabajan en acción social, acercándose a los más necesitados y armando bolsones de alimentos, ropas y otras necesidades.
- Por quienes nos gobiernan.
- Para que no impere el odio, la intolerancia y la falta de compasión en el pueblo todo, especialmente en quienes manejan medios de información y comunicación.
- Por nuestra Iglesia y su mensaje de amor y esperanza.
Agreguemos nuestros motivos personales…
Recuerda que puedes ser luz y brillar para muchos/as!!