Tiempo de ayuno y oración – Propuesta semanal para el 18 de diciembre
Encuentro con Dios
Salmo 21 – RVC
Como ciervo que brama por las corrientes de agua,
así mi alma clama por ti, mi Dios.
Mi alma tiene sed de ti, Dios de la vida;
¿Cuándo vendré a presentarme ante ti, mi Dios?
Mis lágrimas son mi pan, de día y de noche,
pues a todas horas me preguntan:
« ¿Dónde está tu Dios?»
Pienso en esto, y se me parte el alma;
me acuerdo cuando acompañaba yo a la multitud,
cuando la conducía hasta el templo de Dios
entre voces de alegría y de alabanza,
entre la alegría del pueblo en fiesta.
¿Por qué te desanimas, alma mía?
¿Por qué te inquietas dentro de mí?
Espera en Dios, porque aún debo alabarlo.
¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!
Dios mío, mi alma está muy abatida.
Por eso me acuerdo de ti
desde estas tierras del Jordán,
desde los montes Hermón y Mizar.
Un abismo llama a otro abismo,
y resuena la voz de tus cascadas.
Todas tus ondas y tus olas pasan sobre mí.
Pero tú, Señor, durante el día
me enviarás tu gran misericordia,
y por la noche tu cántico estará conmigo,
con mi oración a ti, Dios de mi vida.
Dios mío y Roca mía, yo te pregunto:
¿Por qué te has olvidado de mí?
¿Por qué debo andar acongojado
y sufrir por la opresión del enemigo?
Siento un dolor mortal en los huesos
cuando mis enemigos me afrentan,
cuando a todas horas me preguntan:
« ¿Dónde está tu Dios?»
¿Por qué te desanimas, alma mía?
¿Por qué te inquietas dentro de mí?
Espera en Dios, porque aún debo alabarlo.
¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!
Alabad al Señor
Como el ciervo ansioso brama frescas aguas por beber,
así siente toda mi alma del Dios vivo grande sed.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo, de su amor.
¿Cuándo iré ante su presencia, a gozar de su clemencia?
Pan de lágrimas amargas constituye mi porción.
Búrlense los enemigos: «dinos, ¿dónde está tu Dios?»
Mi recuerdo, con dolor, vuelve al templo del Señor
donde con tu grey un día te alabé con alegría.
No te abatas, alma mía, ni te turbes en tu fe;
cantarás a Dios un día, el que vela por tu bien;
tu clamor escuchará el Señor, y enviará
su clemencia y consuelo, el que cambia en gozo el duelo.
Solamente en Dios espera, no te canses de esperar,
pon en Él confianza entera, pues aún lo has de alabar.
Que no hay otra salvación, ni otro Dios; oh, corazón,
canta lleno de alegría a tu padre noche y día
Theodore de Beze (1519-165) – Canto y Fe 265
Lectura del Día
Mateo 8: 14-17 – RVC
14 Jesús fue a la casa de Pedro, y encontró a la suegra de éste postrada en cama y con fiebre.15 Cuando Jesús le tocó la mano, la fiebre se le quitó. Entonces ella se levantó y los atendió.16 Al caer la noche, le llevaron muchos endemoniados, y él, con su sola palabra, expulsó a los demonios y sanó a todos los enfermos.17 Esto, para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: «Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.»
Mateo nos cuenta que Jesús cura a la suegra de Pedro… Ya había sanado al siervo del centurión de camino a casa (Mat. 8:5) No debemos pensar que los milagros no le costaban nada a Jesús; el poder salía de Él en cada curación; y no cabe duda que estaría cansado. Fue para descansar a la casa de Pedro, y en cuanto llegó encontró que allí le estaba esperando otra necesidad de ayuda y curación. Aquí no hubo publicidad; aquí no hubo una multitud que mirara y admirara y se maravillara. Aquí no había nada más que una casa humilde y una pobre mujer que padecía de una fiebre corriente. Y sin embargo, en aquellas circunstancias, Jesús aplicó todo Su poder. Jesús nunca estaba demasiado cansado para ayudar; las demandas de la necesidad humana nunca le parecían una molestia insoportable. Jesús no era una de esas personas que están en su mejor actitud en público y en su peor en privado. Ninguna situación era demasiado humilde para que Él ayudara. No necesitaba una audiencia de admiradores para estar en su mejor momento. Su amor y su poder estaban a disposición de cualquiera que los necesitara.
Este milagro también nos dice algo de la mujer que Jesús sanó. Tan pronto como se sintió bien se ocupó de atender a las necesidades de sus visitas. Sin duda se consideraba «sana para servir.» Jesús la había sanado; y ahora su único deseo era usar su salud recién encontrada para ser de utilidad y servicio a Jesús y a otros.
Oscar Wilde escribió una vez lo que él llamó «la mejor novela corta del mundo.»; la suegra de Pedro usó el don de su salud restaurada para servir a Jesús y a otros. Así es como debemos usar todos los dones de Dios; pues somos bendecidas(os) para bendecir…
« Como ya hemos visto, el relato de Mateo, explica que esta escena tuvo lugar por la tarde, al final del día. Según la ley del sábado, prohibía hacer ningún trabajo ese día, era ilegal curar en sábado. Se podían tomar medidas para impedir que un enfermo se pusiera peor, pero no para hacer que se pusiera mejor. La ley general era que los sábados se podía prestar atención médica solamente a los que estuvieran en peligro de muerte. Además, era ilegal llevar una carga en sábado, y se entendía por carga cualquier cosa que pesara más que dos higos secos. Por tanto era ilegal llevar a una persona enferma de un lugar a otro en una camilla, o en brazos, o a hombros, porque eso habría sido llevar una carga. Oficialmente el sábado terminaba cuando se podían ver dos estrellas en el cielo, porque no había relojes que dijeran la hora en aquellos días.» (BARCLAY)
Mientras transitamos por este Tiempo de Adviento; pensemos que,como seguidoras(es) de Cristo no podemos buscar descanso mientras haya personas oprimidas de muchas maneras, que necesitan nuestra ayuda y también necesitan ser sanadas(os); lo extraño o raro y maravilloso, de todo esto, es que al mismo tiemposentimosun aire fresco sobre nuestro cansancio y fortaleza cuando estamos al servicio a los demás. Pues; de alguna manera encontramos que, conforme llegan las demandas, también llegan las fuerzas; y de alguna manera encontraremos que somos capaces de proseguir por amor a otros cuando sentimos que ya no podemos dar ni un paso más por sí mismos y expresar nuestro gozo tal como lo hizo Annie Johnson Flint (1866-1932)
“Más gracia Dios da cuando aumentan las cargas…
A múltiples pruebas da paz y valor.
A grandes angustias añade consuelo,
Pues de sus riquezas escondidas en Cristo,
El dio, el da y dará otra vez”Amén,
ROG
Motivos de Oración
- Por nuestro país, nuestros gobernantes y por nosotros, nosotras, el pueblo que lo forma.
- Para que Dios acompañe a quienes están estudiando y rindiendo los exámenes de fin de año.
- Por este tiempo de Adviento en donde estemos reflexionando, aprendiendo y poniendo en acción las enseñanzas de Jesús.
- Por aquellas personas que están en situación de calle, que puedan conseguir trabajo y vivienda y que encuentren cristianas, cristianos que los ayuden y acompañen.
- Por todas las actividades de nuestras congregaciones, comunidades y la Iglesia Nacional.
- Por quienes están solos/as.
- Por los enfermos/as.
- Quienes están atravesando pruebas en sus vidas.
- Por las familias que están esperando la llegada de una hija, un hijo.
- Para aquellos que viajarán.
- Sigamos agregando motivos…
Recomendación y Bendición Apostólica
No tiene que ser así entre ustedes; antes, si alguno de ustedes quiere ser grande, sea su servidor; y el que de ustedes quiera ser el primero, sea servidor de todos, pues tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos.
Marcos 10, 43-45
Por lo tanto:
Y que la bendición de Dios Padre y Madre,
De Jesús, su Hijo y del Espíritu Santo
Sea con toda su Iglesia en el mundo
Amén.