Tiempo de ayuno y oración – Propuesta semanal para el 24 de agosto

Tiempo del Espíritu

La gente que merece mayor compasión y piedad es la que anda con los ojos secos, que no se da el permiso de llorar cuando la situación lo presenta, llorar de tristeza, llorar de emoción y andan por allí, con el corazón frío por la vida. Son aquellos que no pueden disfrutar de las emociones y las dejan pasar siendo que es uno de los sentimientos que puso DIOS en nosotros para poder mostrar nuestro más profundo yo.

Con la Biblia en la mano

Genesis 45:1–5

La vida de José está regada con lágrimas de dolor y lágrimas de alegría.

Y la nuestra también, Permitirnos llorar cuando lo necesitamos, dejar que nuestras lágrimas se derramen ya sea en la soledad o junto al amigo, será no sólo una forma de expresar nuestras emociones sino, también, un camino para la paz de nuestra alma.

Jesús les dice Bienaventurados a los que lloran. (Mateo 5: 4)

Para él, el llanto del corazón no es un signo de debilidad humana, sino una señal de humanidad consumada. Cuando María regó con sus lágrimas los pies del Maestro, no sólo la bendice, también la absuelve: “tus pecados te son perdonados, ve en paz”. Lágrimas, perdón y paz frecuentemente se acompañan unas a otras, pueden sentarse en la misma mesa.

Jesús mismo derrama lágrimas por la ciudad santa diciendo “si en este día tú entendieras lo que puede darte paz” (Lucas 19:42). Lágrimas, arrepentimiento y paz también van de la mano.

Tiempo de pensar, orar y ayunar…

Compungirse profundamente de corazón, lamentarse santamente en el espíritu, experimentar la gracia especial de una suave lluvia de lágrimas, especialmente cuando ese dolor es por el sufrimiento de los otros, es haber captado la esencia del evangelio.

¡¡¡Ahhh!!! y no olvidemos leer y reflexionar sobre Juan 11:35

Permitamos que, si el Espíritu nos guía, nuestro corazón se quebrante y nos dé lágrimas de aflicción o lágrimas de gozo.

Oramos juntos y juntas

JUNTAMOS LAS MANOS y colocamos dentro, TODOS LOS MOTIVOS DE ORACIÓN.

ORAMOS por La misión de la Iglesia en este tiempo del ESPÍRITU, Pastoras y Pastores y hermanas y hermanos que conforman los Equipos Pastorales, que el Señor sople su Espíritu para renovar las fuerzas, la alegría de servir a las comunidades, que no nos gane el desánimo, que el Espíritu Santo nos enseñe a mirar con ojos nuevos y corazón nuevo, este tiempo desde el evangelio.
ORAMOS POR NUESTRA IGLESIA, para escuchar lo que el Señor tiene para decirnos.
ORAMOS por la Asamblea Nacional (7 -8-9-10 de octubre) donde elegiremos Obispo, Obispa para los próximos cuatro años de misión. Que el Señor nos ayude a pensar qué Iglesia queremos y estamos dispuestos a sostener.
ORAMOS por los hermanos y hermanas que comienzan a delinear una pastoral para personas mayores.
ORAMOS por la Secretaria de Educación Cristiana, Débora Petcoff y todo el Equipo que trabaja junto a ella.
ORAMOS por el grupo de Facilitadores de pequeños grupos (ENDE)
ORAMOS dando gracias a Dios que cuidó de las hermanas de Tucumán que tuvieron un accidente automovilístico. Oramos por María que fue la más afectada en una mano.
ORAMOS por los gobernantes de nuestra Patria para que tomen caminos de bienestar para el pueblo. Donde la paz y la justicia se encuentren.
POR LA PAZ ENTRE LOS PAÍSES. Señor ¡ TEN PIEDAD!!
Te damos gracias y ponemos en tus manos todos aquellos lugares donde sirven a otros, con meriendas, comedores, alimentos, ropa de abrigo, materiales para la construcción y varias cosas más.
ORAMOS por discernimiento, sabiduría, palabra y acción para enfrentar situaciones de conflicto dentro de las comunidades de fe, en los hogares, y en el barrio mismo donde vivimos.
ORAMOS POR TODAS LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS QUE TIENE LA IGLESIA, que sean espacios de aprender y espacios donde conocer y acercarse a Dios, Sean bienaventurados, bienaventuradas alumnado y docentes de cada uno de los lugares.
ORAMOS por los Hogares LOWE, por su situación económica, para que florezca aún en este tiempo de pandemia. Amado Padre tú lo haces posible. Por el personal que trabaja allí, que sientan la bendición del Señor por la tarea que realizan y a la vez estén tranquilos sabiendo que pueden seguir trabajando. Por cada uno de los niños y niñas que están en los hogares, bendícelos Señor, con alegría, con ternura, con esas risas que sólo los más chicos pueden contagiarnos. Una bendición especial para todos los que allí habitan, tu abrazo a cada uno y tu caricia sobre sus cabezas sintiendo tu presencia.